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Bajar con firmeza las tasas de intervención

Por: Germán Valencia

Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia



Finalizó febrero y la tasa de intervención de la economía siguió igual. Marzo de 2024 comienza con una tasa de referencia de 12.75% —la misma que la Junta Directiva del Banco de la República estableció desde finales de enero de este año—. Sin embargo, se espera que al finalizar el mes —en la reunión del 22 de marzo, antes de Semana Santa— este organismo reduzca en, por lo menos, 100 puntos la tasa de interés de la economía colombiana.

 

Como recordarán, la tasa de intervención del banco central tuvo un comportamiento de crecimiento constante desde septiembre de 2021, cuando se ubicó en la cifra de 1.75% —la más baja en los últimos tres lustros— y comenzó a subir hasta el primero de abril de 2023, ubicándose en la altísima cifra de 13.25%, la cual se mantuvo constante diciembre, donde cayó 25 puntos —a 13%—.

 

Este comportamiento ha tenido serías y muy dañinas consecuencias en algunas variables de la economía nacional. La más importante ha sido la reducción abrupta de la solicitud de créditos para el consumo: las familias han soportado tasas de usura —en las tarjetas de crédito— superiores al 40% en 2023, lo que llevó a una caída en la demanda de bienes y servicios de los hogares.

 

También, las altas tasas de interés han afectado fuertemente la inversión, en especial, en los préstamos para vivienda. El incremento en casi un año de más de 11 000 puntos en la tasa de intervención elevó para las familias y empresas el costo de compra de vivienda. Afectando negativamente a los más de 50 actividades que están asociados al sector de la construcción en el país.

 

El resultado, como lo ha advertido el Gobierno nacional, ha sido una reducción paulatina del producto interno bruto (PIB). El cual cayó de un nivel altísimo postpandemia, de cerca del 19% en el segundo trimestre de 2021, a uno negativo de -0.3 en el último trimestre de 2023. Lo que significó una disminución de la tasa anual del PIB de 11% a 7,5% y a 0.6% del 2021 al 2023, respectivamente.

 

Situación que ha llevado a que el Ministerio de Hacienda y Crédito Público prenda las alarmas y ruegue a la Junta Directiva del Banco de la República que comience a bajar más decididamente la tasa de referencia de la economía. Para el Gobierno está sería una sensata decisión para que la economía nacional no siga el camino de estanflación y se alegre de una fase probable de recesión.

 

La principal razón que ha tenido la Junta Directiva del Banco de la República para comportarse de esta forma ha sido el control de la dinámica general de los precios de la economía. La Constitución Política de 1991 le estableció a este organismo estatal la prioridad en controlar la inflación. Pasando a un segundo o tercer plano, el fomento del crecimiento de la economía.

 

De allí que cuando comenzó a ver cómo, desde el 1 de marzo de 2021, comenzó a crecer el Índice de Precios al Consumidor de 1.51% a la alta cifra de 13.28% en enero de 2023, el camino que adoptó el ente regulador fue subir de manera sistemática las tasas de interés de referencia. Logrando, finalmente, a partir de marzo del anterior año, tener un comportamiento decreciente en la inflación (ver gráfico).


Gráfico 1. Evolución de la inflación y la tasa de intervención en Colombia, 2014-2024



 Esto significa que la receta que sugiere la política monetaria tuvo buenos resultados. La tarea de controlar y reducir el nivel de inflación la ha cumplido el Banco de la República a cabalidad. Hoy el país cuenta con un comportamiento del nivel de precios en caída: pasó de 13.34%, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en marzo del año anterior —el nivel más alto desde 1999—, a uno de 8.35%, en enero de este año, y se espera que esté siga cayendo hasta niveles cercanos a 6% al finalizar el año.

 

Por eso, la insistencia del Gobierno sobre la necesidad de cambiar el ritmo que se trae con las tasas de intervención. Para el ministro Ricardo Bonilla, al igual que múltiples analistas económicos, la Junta Directiva del Banco de la República está abusando del poder que tiene para controlar la inflación. Para ellos es tiempo ya de que se tome la decisión de bajar en varios puntos porcentuales la tasa.

 

Es exagerado la lentitud con que opera el Banco. Pasarón nueve meses —del comienzo de marzo al comienzo de diciembre de 2023— para bajar en tan sólo 0.25% la tasa de interés, sabiendo que la curva de inflación había presentado una caída sostenida desde aquel mes. Medida tibia que se repitió en enero de 2024, donde la tasa se ubicó en el nivel actual del 12.75%. Afectando seriamente, como vemos, el crecimiento económico vía reducción de la inversión.

 

Una decisión que ha generado también graves problemas para el Gobierno. Este actor ha visto como el papel keynesiano que le asigna al gobierno de fomentar el crecimiento económico no lo ha podido cumplir. El encarecimiento del crédito ha provocado tanto una caída permanente en la producción como una transferencia de dinero al sector privado —vía pago de intereses por deuda pública—, poniendo en peligro las finanzas públicas.

 

En síntesis, contamos con una Junta Directiva del Banco de la República que ha logrado controlar, vía política monetaria contractiva, el nivel de inflación, pero esta medida se está presentando como una gran amenaza para la economía. La medida de control inflacionario está teniendo efectos negativos sobre el crecimiento económico, afectando todo el cuerpo social, incluido el Gobierno nacional.

 

Y, aunque es cierto la tasa de interés no es la única variable responsable de la caída en el crecimiento económico del país —pues existen otros factores como la incertidumbre política, la desconfianza de los inversionistas y la baja gestión inversora del Gobierno—, es claro que esta variable pesa mucho en los bajos resultados actuales.

 

De allí que se espera que, a finales de marzo, definitivamente, el organismo emisor tome la decisión de bajar con firmeza las tasas de intervención. La Junta Directiva del Banco de la República tiene un margen de, por lo menos, 440 puntos de tasa real para cambiar el rumbo de la economía e impulsar un crecimiento económico. La decisión debe ser invertir la tendencia negativa del PIB de -0.3, en el último semestre de 2023, a niveles positivos del 2%, en el cuarto semestre de este año.

 

*Este artículo es resultado de las dinámicas académicas del Grupo de Investigación Hegemonía, Guerras y Conflicto del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia.

** Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.

 

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