Por: Redacción Pares
Resulta, por lo menos curioso, que Armando Benedetti escogiera a Yezid Lancheros, nuevo director de la revista Semana para dar a conocer sus nuevos derroteros: dejará la embajada de la FAO en Roma y regresará al país a ayudar al gobierno Petro. La chiva la dio él. Ningún ministro ni persona cercana a la órbita del presidente sabía de este regreso. Si existe una figura resistrida dentro del petrismo pura sangre es Armando Benedetti. Las constantes denuncias sobre maltrato físico a esposas y ex esposas y el problema de drogas y alcohol que él mismo ha reconocido, lo ha puesto en el ojo del huracán. El petrismo defiende precisamente causas como el feminismo y Benedetti no es la persona idónea para enarbolar esas banderas.
Dentro del gobierno se han terminado aceptando proyectos políticos como Roy Barreras, quien también tiene facultades camaleónicas, pero que, a punta de trabajo, ha demostrado su valía a la hora de impulsar las reformas dentro del Congreso. Desde Londres, donde es embajador, Barreras siempre tiene puesto un ojo en Colombia. Pero Benedetti es un sapo muy difícil de tragar para el progresismo. Hay que recordar que el embajador de la FAO fue en su momento un devoto y obediente uribista.
En esa entrevista con Lancheros Benedetti afirmó que regresaba al país a dos cosas, una de ellas ha someterse a una desintoxicación porque sus adicciones ya lo han hecho tocar fondo y lo otro es que le pondrá el hombro al gobierno. Desde entonces se dispararon las especulaciones. Afirmaban que vendría a ser ministro o un alto cargo. En el primer trimestre del 2025 se dará una nueva removida al gabinete ministerial. Lo más seguro es que Benedetti sea nombrado como Alto Consejero. Su tensa relación con Laura Sarabia, evidenciada en los audios que se hicieron público en octubre del 2023, hará que sea insostenible su cargo en el DAPRE. Además ya se habla de desgaste pero, es evidente, que el regreso de Benedetti traiga este efecto dominó.
Pero al presidente no sólo se le hará agua el barco por el lado de Sarabia sino que el sector más de izquierda del petrismo está indignado con esta nueva oportunidad que se la abre a Benedetti dentro del gobierno. Según un análisis del diario El Tiempo, la verdadera función que tendría el ex senador en el gobierno es la de operador político. Petro se alista para las elecciones del 2026 que ya arrancaron con el lanzamiento de precandidaturas como la de Miguel Uribe Turbay y María Fernanda Cabal por el lado del uribismo, la segura postulación de Claudia López y Sergio Fajardo, y la confirmación de que Vicky Dávila se cambió de vestido y pasó de la orilla del periodismo a la de la política. Con Benedetti Petro espera llegar a círculos más de centro. Pero, todos los analistas coinciden en que el regreso de Benedetti es un error que podría pagar muy caro el gobierno.
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