Por: Lizeth Serrato Contreras

Colombia ha dependido históricamente de sus propias reservas de gas natural para abastecer la demanda doméstica e industrial. Sin embargo, durante el pasado 2024 resonaba en Colombia la situación del gas y el desabastecimiento que se aproximaba frente a la alta demanda del recurso de más de 40 millones de personas, frente a ello a finales del año pasado algunas empresas comenzaron a importar el combustible y Ecopetrol no será la excepción.
El panorama actual es alarmante. Las reservas de gas natural solo alcanzan para 6 o7 años, lo que genera inquietud y desconcierto sobre la seguridad energética del país. El fracking figura como una opción inviable debido a los parámetros establecidos desde el Gobierno Nacional. Ante este escenario, la única alternativa inmediata es la importación de gas natural, y Ecopetrol ha estructurado dos proyectos estratégicos en Buenaventura y La Guajira para garantizar el suministro hasta que los nuevos proyectos offshore en el Mar Caribe comiencen su producción comercial en 2029 o 2030.
A partir del 2026 Ecopetrol iniciará la oferta del producto importado y ha decidido que esta gestión del combustible se haga desde dos proyectos uno en Buenaventura y otro en el departamento de La Guajira. Según manifestó David Riaño, vicepresidente ejecutivo de Energías para la Transición de Ecopetrol, “iidentificamos las dos mejores alternativas para Ecopetrol que cumplen con los criterios de disciplina de capital y que nos permitirán poner gas adicional al mercado para atender la demanda que se espera en los próximos años” (2025).
Se sabe que el proyecto en Buenaventura cuenta con un avance significativo, pues Ecopetrol ya firmó el primer contrato de servicios de regasificación en beneficio a la empresa Puertos, Inversiones y Obres S.AS. Por otro lado, se encuentra el panorama Guajiro, de este proyecto se conoce que, a pesar de estar más demorada que el de Buenaventura, las importaciones se llevarán a cabo utilizando la plataforma de Chuchupa B, área que ya cuenta con el campo offshore propiedad del mismo Ecopetrol.
La decisión de Ecopetrol de importar gas es una respuesta necesaria y pragmática a una crisis inminente. No obstante, no debe convertirse en una solución permanente. La dependencia de las importaciones de gas podría traer consigo riesgos financieros, políticos y ambientales a largo plazo. Colombia tiene una oportunidad histórica para consolidar su transición energética. Para ello, es fundamental que el Gobierno y el sector privado trabajen en una visión de largo plazo que incluya inversión en exploración y producción de gas en el Mar Caribe para reducir la dependencia de importaciones. También es necesario acelerar proyectos de energía renovable garantizando incentivos fiscales y financiamiento para desarrollos sostenibles. Además, se requiere una regulación clara y estable que permita equilibrar el mercado energético y evitar que los consumidores paguen precios excesivos. Si Colombia no toma medidas estructurales ahora, en el futuro enfrentará una crisis energética aún mayor, con una dependencia del gas importado que podría volverse insostenible. Este es el momento de apostar por una estrategia energética integral que garantice seguridad, sostenibilidad y competitividad a largo plazo.
Comentarios