El proceso de reclamación y restitución de tierras en Colombia, iniciado por el presidente Juan Manuel Santos, se ha visto amenazado por personajes oscuros que por la vía armada y de la intimidación han demostrado su oposición a uno de los proyectos que en su momento era considerado como la principal bandera de la administración actual.
Uno de estos personajes es el recién capturado Benjamín Alvarado Bracamonte, quien por varios años fue buscado por las autoridades y es considerado como una de las piezas claves en el despojo de tierras en los departamentos de Antioquia y Chocó llevado a cabo por los jefes paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Fue lugarteniente de Salvatore Mancuso, con quien se dio a la tarea de arrebatarles las tierras a cientos de pobladores a finales de la década del noventa y comienzos del dos mil, y para no permitir el retorno de estas familias a su lugar de origen, la emprendió contra ellos a través de amenazas, asesinatos e intimidaciones en acuerdo con las bandas criminales emergentes una vez comenzó a ejecutarse la Ley 1448 de 2011, conocida como de Víctimas y Restitución de Tierras.
Fuentes oficiales le identifican con los alias de ‘Juancho’ y ‘Misael’. Este individuo hizo parte de la desmovilización de las Auc, y más adelante ayudaría a conformar el grupo armado ilegal conocido como los ‘Urabeños’ o ‘Autodefensas Gaitanistas de Colombia’, que surgió en el norte del Urabá antioqueño a finales del año 2006, , una vez concluyó la reinserción de las Auc bajo el gobierno de Álvaro Uribe Vélez.
Su captura despeja las dudas que existían de parte de algunos sectores políticos que niegan la existencia de un “Ejército antirestitución de tierras”, que como bien lo han dicho de manera reiterada, los miembros de la Fundación Paz y Reconciliación, está conformada por abogados, funcionarios públicos, notarios, políticos locales y nacionales en contubernio con organizaciones criminales como las bacrim.
“Hay una campaña de movimientos políticos y grupos empresariales contra la restitución, como (el expresidente) Álvaro Uribe y (el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, Fedegán) José Félix Lafaurie, y todo ese sector político, lo que alienta a los despojadores y legitima muchas de las presiones que se hacen por la vía violenta”, dijo León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación al diario El Heraldo en agosto de 2012, lo que dio a pie a un fuerte debate con sectores políticos conservadores y del Uribismo Centro Democrático, que en reiteradas ocasiones han negado el hecho, y que han visto cómo estas denuncias han sido confirmadas no solo con la captura reciente de Benjamín Alvarado, sino también con la de Sor Teresa mujer de confianza de los hermanos Carlos y Vicente Castaño Gi, responsable intelectual del asesinato de la líder campesina Yolanda Izquierdo y del desplazamiento de cientos de personas en el departamento de Córdoba.
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