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Capítulo III: Comportamiento de la Paz Urbana y los diálogos socio jurídicos

Por: Redacción Pares



¿Y cómo va la Paz Urbana?


Valle de Aburrá


Uno de los escenarios más estables que tiene el gobierno nacional en este momento en medio de la paz Urbana es la que lleva a cabo en Medellín y el Valle de Aburrá. En este lugar el homicidio se ha reducido: Según estadísticas del SIEDCO de la Policía Nacional, en el Valle de Aburrá se cometieron 552 homicidios durante 2023, una reducción del 2.5% respecto a 2022. En Medellín, hubo una reducción del 27% en los homicidios asociados a grupos delincuenciales, mientras aumentaron los relacionados con convivencia, violencia de género y violencia intrafamiliar. Sin embargo, delitos como la extorsión (20.1%), el secuestro (83.3%) y el hurto (6.4%) han aumentado preocupantemente en el Valle de Aburrá. El secuestro, por su parte, reportó un aumento preocupante de los casos denunciados. En 2023 se evidenció un aumento del 83,3% (15 más que en 2022) Finalmente, los casos de hurto a personas también evidencian un incremento del 6,4% en 2023.


En síntesis, el Valle de Aburrá presenta una disminución de la violencia letal asociada a disputas entre organizaciones delincuenciales correlacionada con los pactos de no agresión vigentes en el marco de las negociaciones con el gobierno nacional. Sin embargo hay preocupación por la llegada de grupos de crimen transnacional que vendrán a disputar territorio y con drogas tan desconocidas aún en nuestro medio y tan letales como el fentanilo.


Uno de los inconvenientes que podría tener en Medellín La Paz Urbana es convencer al alcalde Federico Gutiérrez, quien está en las antípodas del gobierno Petro. el desarrollo del espacio de diálogo del Valle de Aburrá ha transcurrido en una tensa calma. Si se compara con el desarrollo de los espacios en Buenaventura y Quibdó, se puede afirmar que este es el diálogo más consolidado y abierto de cara a la sociedad civil. Sin embargo, luego de más de un año de acercamientos entre las partes, y de cumplirse un año desde la instalación de la mesa los avances no son los esperados.


Se busca que la visita de Otty Patiño a la cárcel de Itagüí, el fortalecimiento de una agenda conjunta con la sociedad civil y la confianza construida entre las partes pueda por fin encaminar el rumbo de la Paz Urbana. Por esta razón, 2024 es un año determinante. De no consolidarse una hoja de ruta, unos primeros acuerdos y confluencia de fuerzas sociales y políticas en torno al espacio de diálogo, la Paz Urbana del Valle de Aburrá puede entrar en un punto de desgaste definitivo para el proceso.


Buenaventura


De acuerdo con el último informe de la Paz Urbana de Pares en 2023, en Buenaventura ejercen mayoritariamente el control territorial Los Shottas y Los Espartanos, que surgen en 2019 de la ruptura de la antigua empresa criminal La Local, y en menor grado, Los Chiquillos, quienes actualmente tendrían una alianza con Los Espartanos. Los Shottas cuentan con un pie de fuerza que va de los 600 a los 1.000 integrantes, que en su mayoría son hombres jóvenes. Hace presencia en 5 de las 12 comunas de Buenaventura, específicamente en las comunas 6, 7, 8, 11, y 12. Los Shottas, según Según el Mapa del Delito de Pares tienen un número de integrantes que oscila entre los 600 y 1.000 integrantes, sin embargo, su presencia territorial se duplica, ya que ejercen control en las comunas 1, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 11 y 12.


Desde septiembre del 2022 el gobierno ha intentado sentar a negociar a Shottas y Espartanos. La tregua se quebró después de la desaparición de alias “Súper” vocero de los Shottas. Este escenario dejó en cuatro meses (abril 2023-julio 2023) una cifra de 68 homicidios, en contraste con los 50 homicidios registrados en los ocho meses anteriores. Durante este periodo, las comunas 6, 7, 8, 10 y 12 fueron las que concentraron estas acciones violentas.  Aunque han sido varios los esfuerzos por disminuir los homicidios en el marco de la Paz Urbana, para 2023 los homicidios aumentaron en un 36%, para el 2022 se registraron 113 hechos, mientras que para 2023 la cifra subió a 154.


A sabiendas que la extorsión puede tener un subregistro, es un delito que va a la baja en el puerto de Buenaventura, en contraste con lo que sucede en el resto del país. El hurto también ha disminuido: Para 2023 se registraron en los primeros tres meses 142 hurtos y en el comparativo con 2024, en el mismo periodo, 129 hurtos documentados.


Mesa de negociación entre Shottas y Espartanos


A finales del 2022, tanto el Alto Comisionado para la Paz, Daniel Rueda, como la vicepresidenta Francia Márquez anunciaron a Buenaventura como “piloto” del componente de Paz Urbana, de la Paz Total, que dio paso a toda una fase exploratoria y comenzaron oficialmente los diálogos entre ambos grupos y el gobierno nacional. Al mismo tiempo que se oficializaban los diálogos, los esfuerzos por alcanzar la paz en la urbe bonaverense atravesaban varios obstáculos por una serie de eventos violentos que sacudieron la estabilidad frágil que se había intentado construir y demostraron las tensiones en la ciudad. El asesinato de alias “Super” figura clave de Los Shottas en abril, seguido del atentado contra "Gordo Lindo" en junio pusieron en vilo la instalación del espacio, pero como muestra de voluntad de paz, las treguas que se pactaron entre agosto y septiembre lograron reducir la confrontación armada y, por ende, el comportamiento de la violencia selectiva. Sin embargo, cabe resaltar que en medio de este dinámico escenario y de forma paralela, se sumó la fragmentación entre los lideres de un grupo menor conocido como la Empresa, que en meses anteriores añadió un nuevo nivel de complejidad al panorama, puesto que su ruptura llevó a que alias “Robert” con su empresa criminal, Los Chiquillos, se aliara con los Espartanos y que alias “El Mono” y su facción se unieran a Los Shottas.


Los dos grupos decidieron seguir apostándole al diálogo pero las cifras de violencia en Buenaventura para el último trimestre de 2023 ascendieron nuevamente. Después de una serie de crisis el gobierno logró renovar la tregua entre los dos grupos por noventa días más.

Una de las grandes dificultades que presenta la Paz Urbana es que el nuevo alto comisionado de paz, Otty Patino, no la ha puesto andar ni en Buenaventura ni en el Valle de Aburrá. Desde la oficina del Alto Comisionado de la Paz no ha habido una metodología clara para empezar a hacer funcionar la mesa.


En Quibdó el desinterés por la Paz Urbana cunde


De los tres espacios analizados el de Quibdó es donde menos información hay. Pero, por la situación en términos de seguridad en los barrios del municipio, no parecen dar cuenta de que se esté logrando avances significativos en la reducción de la violencia y las actividades delincuenciales que afectan a la población. En la capital del Chocó hacen presencia estos grupos: el Clan del Golfo, el ELN, Los Mexicanos y Los Zetas, Los Locos Yam, RPS o Los Rapados quienes viven en una constante disputa territorial. De estos grupos solo uno, el Clan del Golfo, no le entró a participar de la Paz Urbana.


Según cifras de MinDefensa sobre homicidios en Quibdó, se puede evidenciar que, tras el anuncio de cese al fuego por parte de Mexicanos y RPS en diciembre de 2022, se registró una reducción de más del 50% en los casos en enero y febrero del 2023. Sin embargo, para el mes de marzo se registró un pico de incremento del 200%, periodo que coincide con una tensa situación en la que se señalaba tanto al Clan de Golfo y el ELN como a los distintos grupos delincuenciales urbanos de un aumento en la violencia, y en la que se dio el asesinato del líder comunitario José Eduardo Cárdenas Sánchez, y una masacre a inicios del mes en la que al parecer estarían implicados miembros de Los Zetas/Palmeños.


El proceso de diálogo con las bandas criminales en Quibdó ha estado marcado por múltiples complicaciones. Uno de los primeros puntos está relacionado con el profundo hermetismo con el que se ha desarrollado el proceso. Primero, la no presencia de la Gobernación en estas conversaciones, lo cual ha generado suspicacia y ha planteado interrogantes sobre la legitimidad y la transparencia del proceso. La ausencia de una entidad gubernamental clave como la Gobernación puede socavar los esfuerzos de paz y reconciliación, dado que esta tiene un rol fundamental en la administración y el bienestar de la región.


Este hermetismo que ha caracterizado la mesa de diálogo en Quibdó ha generado un desconcierto generalizado en la población, alimentando la desconfianza de la ciudadanía y la percepción de que las negociaciones no están alineadas con la realidad territorial.


En este sentido, sin formas de acceder al desarrollo del espacio sociojurídico de Quibdó, el ambiente de paz generado al inicio del proceso se ha ido desvaneciendo. Hoy el desarrollo de la mesa de diálogo no es un tema urgente o si quiera de mayor interés para los habitantes de Quibdó, lo que le resta no solo importancia.


La paz urbana en otras ciudades


En otras ciudades, como Barranquilla, Los Costeños han manifestado su interés por ingresar a un proceso de Paz Urbana. Sin embargo, estos acercamientos, específicamente entre la OACP y Los Costeños, no parecen haber tenido mayores avances. Sumado a esto, en análisis anteriores, desde la Fundación Pares, se han recalcado las dificultades existentes para el desarrollo de esta iniciativa en la ciudad de Barranquilla y su área metropolitana, debido a la configuración de la dinámica delictiva en la ciudad, en la que participan otros grupos con una capacidad de acción importante, como los Rastrojos Costeños y Los Pepes, y además cuentan con cientos de jóvenes en sus filas realizando acciones delincuenciales a nivel barrial. Además, la incursión latente del Clan del Golfo en el departamento, que ha sido una constante en las otras ciudades, se configura como un factor de riesgo importante ante una posible tregua.


En el Valle del Cauca la Inmaculada, que ya ha probado su poder en Tuluá, ha manifestado su intención de sentarse a dialogar con el gobierno. Su consolidación es tal, que incluso han llegado a tener capacidad de incidencia a nivel nacional, con la reciente vinculación que se les ha hecho con una organización denominada MAGO (Muerte a Guardianes Opresores), señalada de realizar amenazas y cometer atentados en contra de funcionarios del INPEC, siendo uno de los casos más recientes el asesinato del entonces director de la cárcel Modelo de Bogotá, Elmer Fernández. Si bien está por esclarecerse su participación en este asesinato, La Oficina de Tuluá y el grupo MAGO se han convertido en una amenaza latente para guardianes y funcionarios del INPEC.


De cara a lo que viene la posición de las estructuras criminales del Valle de Aburrá de sentarse a dialogar con el gobierno ha servido para que otras, en diferentes partes del país, se animen a la negociación. Algunas de estas se han quejado de que, a pesar de su interés por arrancar a negociar, el gobierno no las escucha y que las condiciones, desde la salida de Danilo Rueda y la llegada de Otty Patiño como Alto Comisionado de Paz, no ha abierto demasiadas puertas.




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