¿Carlos Lehder está realmente arrepentido de su vida de narco en Colombia, reconoce a su victimas y está dispuesto a reparar el daño causado?
- Redacción Pares
- hace 3 días
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Por: Juan Guillermo Sepúlveda Arroyave.[1]

Imperdible oportunidad que tenemos aquellos a los que nos preocupa la justicia y nos duele Colombia, de poder reflexionar sobre Carlos Lehder Rivas ahora de regreso en nuestro país.
Ya escribí un primer artículo, donde presenté la posibilidad que tuvo Lehder a los 20 años de no haber iniciado su carrera delictiva que lo llevó a pagar 33 años de prisión en los EEUU.
Miremos un poco en retrospectiva el caso:
Carlos Lehder es detenido en Colombia el 4 de febrero de 1987.
Condenado por la justicia norteamericana a cadena perpetua más 135 años.
Por delatar al General Antonio Noriega, presidente de Panamá, su pena se rebajó a 55 años y pagó 33 años efectivos en celdas aisladas en varias prisiones de los EEUU.
Recuperó la libertad el 16 de junio de 2020, luego de cumplir la tercera parte de su condena, fue enviado, por el gobierno norteamericano, a Alemania por ser ciudadano alemán.
El 28 de marzo de 2025, Lehder llegó a Bogotá y fue detenido por tener, supuestamente, cuentas pendientes con la justicia colombiana, pero, tres días después, se le concedió libertad por la prescripción de los delitos en su contra.
A Carlos Lehder, ahora libre en Colombia, le pregunto:
¿Cómo ha cambiado el “loco”, como le decían en el Cartel de Medellín?
¿Reconoce el daño causado a cientos de miles de víctimas, en nuestro país y en los EEUU?
¿Está arrepentido y reniega, realmente, de su vida de narcotraficante?
¿Ha contado toda la verdad en EEUU y en Colombia?
¿Reconoce a sus víctimas, el daño que les causó y las ha reparado?
En consideración a lo que responda, podríamos afirmar que Carlos Lehder está preparado o no para abrirle la puerta de la reintegración en Colombia.
Luego de ver la entrevista que concedió en la Revista Semana[1], se puede decir que usted, Señor Lehder, ha cambiado, pero de manera algo ambigua, pues pasó de ser una persona activista y beligerante, que rayaba en el histrionismo, contra el gobierno de los EEUU, al cual atacó siempre en su vida de narcotraficante, y le llegó a decir frases explosivas como: "La cocaína es la bomba atómica de América Latina contra Estados Unidos", a estar muy agradecido por permitirle su rehabilitación.
También ha cambiado, en el sentido, de hacer apología a la guerrilla y querer parecerse a ellos, cuando estaba en su vida criminal, a tal punto que a la guerrilla que alguna vez lo protegió y la que lo apodaba el “Comandante Rambo González”, pasó a pronosticar que a los narcos, tarde que temprano los arrestan, mientras a los guerrilleros los van a matar. En el mismo sentido, afirma tajantemente que, en Colombia no existe una razón válida para que existan guerrillas…//…” yo diría al que le guste la guerrilla, al guerrillero, al que le guste el comunismo, que empaque y se vaya a vivir a Cuba… a ver cómo le va”. [2]
También Lehder, a su llegada a Colombia, reconoce que se equivocó de “profesión”: “yo cometí el error de escoger una profesión equivocada, traficante de cocaína”.[3]
Reconoció también, que era un contrabandista de cocaína y no mandó matar a nadie, que se equivocó de negocio, pues el narcotráfico es mal negocio pues tarde que temprano las autoridades te descubren, porque cuentan con inteligencia globalizada que no hay forma de contrarrestar.
Pero, no ha reconocido que el narcotráfico lejos de ser una profesión o un negocio, es uno de los peores delitos que la humanidad tenga noticia, pues ha producido miles de muertes, solo en Medellín en 1992, el narcotráfico causó 420 homicidios por cada 100 mil habitantes, siendo la mayoría jóvenes pobres; múltiples magnicidios, desplazamientos rurales y urbanos, desigualdad social, pobreza y ha contribuido a fortalecer el conflicto armado y a cambiar la cultura del país, por una cultura narco, del negocio fácil, que da dinero rápido.
El narcotráfico del que usted hizo parte, es el delito que más ha reproducido las violencias en Colombia y en los EE.UU, donde pagó su condena con la finalidad de rehabilitarse.
Señor Lehder usted no reniega del narcotráfico por ser un delito, sino por ser un “negocio” una “profesión” donde tarde que temprano te descubren, por causa de la tecnología tan avanzada con la que cuentan los organismos de seguridad, nacionales e internacionales, en cambio, sí lo recomendaría, si los narcos usarán tecnologías superiores a los de la policía, que les evite ir a la cárcel.
El problema para usted, no es el daño humano, social y económico que causa el narcotráfico, sino que, por el desarrollo técnico de la investigación criminal, dicho delito, ha perdido el poder de no ser intervenido, la falla del narcotráfico, entonces, es técnica, no moral, ni de ética y menos que atenta contra la vida. Lo anterior, nos lleva a la máxima de Pablo Escobar: El día que usted haga algo malo, hágalo bien hecho, no sea tan pendejo de dejarse pillar.
Por cosas como estas, señor Lehder es que el concepto del negocio se ha desnaturalizado en Colombia y en Antioquia particularmente, pues ha dejado de ser lo que es un negocio: cualquier actividad, trabajo u ocupación que se realiza con el fin de obtener una ganancia económica, es decir, que se lleva a cabo con la intención de producir dinero, a producir dinero como sea, través de cualquier medio, el fin (el dinero) justifica los medios (el narcotráfico).
Derivado de esta desnaturalización de la definición inicial de lo que es negocio, también se ha desvirtuado los que trabajan en el negocio, o sea las personas que dicen que van a “trabajar” o “que van a hacer un trabajito”, cuando van a cometer un acto sicarial o terrorista…, pero antes le piden la bendición a la cucha (la mamá) y se aseguran de llevar la Virgen del Carmen bien atada en el tobillo del pie izquierdo. De ahí viene el dicho popular negativo que ha motivado a centenares de jóvenes que están en el “negocio” de la droga: En este negocio, el que tiene más balas siempre gana. (Pablo Escobar).
Señor Lehder, lejos de arrepentirse de haber corrompido a la clase política, con todo lo negativo que ello significa, usted afirma: “yo prefiero ver a un narco contribuyendo al sistema democrático político que a la guerrilla comunista”. [4] Aquí le confieso que tuve que parar de ver la entrevista de la Revista Semana, pues no daba crédito a lo que veía y escuchaba. Y pensé: Este señor, después de todo el mal que hizo desde el cartel de Medellín, del cual era uno de sus líderes, que envió toneladas de cocaína a los EEUU, que ha acabado con generaciones enteras y que fue uno de los hombres más ricos del mundo producto del narcotráfico, ahora viene a decirnos después de haber estado 33 años en prisión, tiempo suficiente para recapacitar del mal que hizo, dice que el dinero del narcotráfico es bueno para contribuir al sistema democrático político, pero siempre y cuando venga de un narco y es malo si viene de la guerrilla. ¡Apague y vámonos!, como dicen en mi tierra.
“El asesino que no se arrepiente de lo que hizo sigue siendo, desde la perspectiva moral, asesino”
Xavier Etxeberria Muleon [5]
Señor Carlos Lehder, en relación a decir la verdad, solo dijo la verdad que le pidió la justicia norteamericana: delatar al General Antonio Noriega, lo que le permitió una rebaja de pena muy considerable frente a la pena exagerada que inicialmente le habían dado, algo muy típico en la justicia premial americana.
Pero aquí en Colombia no ha contado la verdad de lo que hizo y sabe. Cuando se le pregunta sobre la verdad, inmediatamente muestra su libro e invita a comprarlo pues dice que ahí está. La verdad se cuenta ante las víctimas, en espacios seguros y dispuestos para ello, no solamente de tipo jurídico sino histórico, humano, que permita pasar página a las partes. Colombia de eso sabe.
Señor Lehder, usted estuvo 12.045 días y noches encerrado, Nelson Mandela, estuvo 27 años en la cárcel y al salir fue presidente de su país, Premio Nobel de Paz y modelo a seguir de las generaciones futuras.
¿Usted qué espera ser? ¿Cómo quiere ser recordado por los colombianos que usted dice querer mucho?
¿Cómo alguien que quiere mejorar el negocio del narcotráfico, o en cambio cómo una persona arrepentida y dispuesta a contar la verdad, a enfatizar que el narcotráfico no es un negocio ni una profesión, y que los que trabajan en ello, no son empresarios ni contrabandistas, sino criminales?
Eso debe decirlo alto y claro, y poder mirar a sus víctimas a los ojos, responder a sus preguntas y prometer que nunca más repetirá su vida pasada, y lo más importante, hacer memoria de los daños irreparables.
Le invito Señor Lehder a que considere esto último, y se atreva a delatar la paz[6], figura socio- territorial que significa decir, producto del conocimiento en la guerra, con quién, cómo y dónde se puede hacer la paz en Colombia. Esta figura se empleó en la década de los 90 en la ciudad de Medellín, cuando se estableció una comunicación positiva entre cárcel y ciudad, y que aportó a la paz social en la guerra urbana producto del narcoterrorismo que desangraba la ciudad.
Finalmente, acercarse a la JUSTICIA RESTAURATIVA, a esa justicia que humaniza la justicia, donde con seguridad jurídica, física y psicológica y en ambientes de confianza, se pueda reunir con víctimas y comunidades para conocer la verdad, reparar el daño causado de manera real o simbólica, y abrir las puertas a la reintegración social en Colombia, ese lugar puede ser el Centro Nacional de Memoria Histórica[7]. ¡¡Esta cordialmente invitado!!
La única justicia de los daños irreparables, es la justicia de la memoria de la injusticia[8] Reyes Mates.
[1] Fundador y director general de Colombia Restaurativa www.colombiarestaurativa.com Reconocido por la Organización de Estados Americanos, OEA, generador de Confianza en América Latina. Abogado, criminólogo, victimólogo, conflictólogo e interesado en la cultura y justicia restaurativa penal y ambiental.
[2] Las revelaciones de Carlos Lehder en SEMANA, Revista Semana, 5/04/2025. https://www.youtube.com/watch?v=uMSa5oVH_9s
[3] Idem
[4]Idem
[5] Las revelaciones de Carlos Lehder en SEMANA, Revista Semana, 5/04/2025. https://www.youtube.com/watch?v=uMSa5oVH_9s
[6] Xavier Etxeberria Muleon. Los Encuentros Restaurativos como dialogo moral. En “Los Ojos del Otro”, Encuentros restaurativos entre víctimas y ex miembros de ETA. Esther Pascual Rodríguez (Coord).
[7] Sepúlveda Arroyave, Juan Guillermo. Vivencias Urbanas de Paz. Medellín década de los 90ª.2010 CIDOB Barcelona, España. https://www.files.ethz.ch/isn/145616/VIVENCIAS%20URBANAS%20DE%20PAZ_2010_JGSA%20(06.2010).pdf
[8] Dirección: Carrera 7 No 32-42 Pisos 30 y 31 Bogotá, Colombia. Código Postal: 110421. Horario de atención: lunes a viernes 08:00 a.m. - 05:00 p.m.
[9] Reyes, Mate, Tratado de la Injusticia.2011.
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