Por: Sergio Saavedra. Periodista Pares.
“En bluyines
y con la cara pintada
llegó la muerte
a Cumbal.
Guerra Florida
a filo de machete”
“Cumbal” es el nombre del poema escrito por la poetisa colombiana María Mercedes Carranza. A Cumbal sigue llegando la muerte. A Cumbal, municipio ubicado en suelo nariñense, arribaron hombres con armas de fuego para asesinar a Carmen Ofelia Cumbalaza el pasado 3 de marzo. El cuerpo sin vida de la lideresa indígena fue encontrado por la comunidad en cercanías a la vereda Tasmag en un sector conocido como La Laguna, donde vivía Carmen, primera lideresa asesinada en el departamento.
Carmen, de 48 años y madre de tres menores de edad, era una reconocida lideresa del Resguardo del Gran Cumbal. La lideresa indígena también es recordada por haber sido la primera mujer candidata municipal de las Autoridades Indígenas de Colombia (AICO).
Además del resguardo de Gran Cumbal en el municipio también se encuentran los resguardos de Panan, Chiles y Mayasquer. Sin embargo, el resguardo de Gran Cumbal es el que tiene mayor extensión y población. El resguardo limita al Sur con los resguardos de Mayasquer y Panan; al norte con los municipios de Ricaurte, Mallana, Guachucal y Ricaurte; al oriente con los municipios de Cuaspud Carlosama y Guachacal; y al occidente con Ricaurte.
Casos impunes
De acuerdo con el seguimiento hecho por PARES a los asesinatos a lideresas y lideres sociales, son cuatro (4) las lideresas, a nivel nacional, que han asesinado en 2021 tras la firma del Acuerdo de Paz. Además de Carmen, en los primeros meses de 2021 también fue asesinada Dobida Mohomia, el pasado 19 de febrero, integrante de la comunidad Emberá en el Alto Baudó (Chocó). El 21 de enero fue asesinada la lideresa comunitaria Janeth Zapata, en el municipio de Dos Quebradas (Risaralda). El 19 de enero fue asesinada la lideresa social Linda Patricia Díaz Romero, en Cáceres (Antioquia).
Asimismo, después de la firma del Acuerdo de Paz los departamentos en donde más se han registrado asesinatos de lideresas sociales son Cauca, Antioquia, Nariño, Arauca y Norte de Santander. Más del 70% los casos no se conoce los agentes perpetradores de los asesinatos y por tanto se encuentran en completa impunidad. La sistematicidad se ha podido, entonces, establecer a través de los perfiles de las lideresas asesinadas. Los perfiles más victimizados son las lideresas presidentas o integrantes de las Juntas de Acción Comunal (JAC), lideresas indígenas, lideresas de mujeres, lideresas campesinas, lideresas comunitarias, lideresas representantes de víctimas, lideresas negras o afrodescendientes, lideresas ambientales, lideresas LGBTQ, lideresas sindicales, defensoras de Derecho Humanos y lideresas juveniles.
Lideresas sociales y un mensaje en el 8M
Ivonne Quiñonez, lideresa de Tumaco e investigadora de Pares, envía un mensaje frente a los riesgos que representa ser lideresa social.
“Una de las labores más arriesgadas para cualquier mujer en el Pacífico Nariñense, es su ejercicio como lideresa; los distintos tipos de violencia la acechan permanentemente, entre las que sobresalen, las amenazas contra ellas y sus familiares, las cuales casi siempre terminan materializándose y traduciéndose en asesinato; los falsos positivos judiciales, que han llevado injustamente a mujeres lideresas a pagar condenas por delitos no cometidos, o exponerlas con falsas acusaciones para así convertirlas en objetivo militar de cualquier grupo armado ilegal, y un tercer factor, de las que muy pocas se atreven a hablar, quizás por lo atroz y doloroso que puede ser, y son los ataques sexuales de las que son víctimas por parte de grupos armados tanto ilegales como legales, a fin de ultrajar su dignidad de mujer y debilitar su voluntad de servicio comunitario”.
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