Por: Redacción Pares
Cada vez que alguien entra al Valle del Cocora tiene una ilusión: ver a un cóndor volar. Los avistamientos son cada vez más frecuentes. No sólo allí sino en el cañón de Cácota en Norte de Santander. Sin embargo no se dejen engañar. Lo que sucede es que, a diferencia de décadas anteriores, la gente que los ve tiene más posibilidades de grabarlos. Siempre tendrán a su mano un celular que los aperciba. Pero, lo cierto es que el censo de cóndores en el país está descendiendo a niveles preocupantes. La mano del hombre está ahí, como siempre, causando el mal. En el 2022 aparecieron tres aves envenenadas.
Y no sólo eso. Al condor lo cazan con perdigones, lo persiguen con escopetas. Está arrinconado. Hay instituciones como el Parque Jaime Duque en Bogotá o el parque de la Conservación, en el antiguo zoológico Santa Fé que con sus 12 metros de altura se ha convertido en uno de los santuarios de un ave que, según el censo de finales del 2023, apenas tiene 69 ejemplares en toda Colombia de los cuales su gran mayoría -40- están en los departamentos de Santander y Norte de Santander.
Los cóndores, paradójicamente, es el único animal que está en el símbolo de Colombia. Preservarlo debería ser una obligación gubernamental. Es el ave más longeva del mundo ¡viven más que un humano! Con 80, 90 años en sus alas aún pueden volar.
El Cóndor es una especie que habita el país y que está en vía de extinción. No es la única. El honor que tiene Colombia de ser la sede de un evento como la COP 16 debería ser un llamado para preservar las especies que están perdiendo la batalla contra la mano del hombre. Son por lo menos 16 los animales que habitan nuestro territorio y que están en peligro de extinción. El tití cabeciblanco es uno de ellos. Es propio de las selvas y bosqueal del noroccidente del país. Esta especie es capaz de vocalizar 40 sonidos diferentes. La destrucción de su hábitat, y el tráfico ilegal de animales salvajes, ha hecho mella en un animal que es tan propio de estas tierras.
A pesar de todos los esfuerzos las tortugas marinas han entrado ya en el grupo de animales que están cerca de desaparecer. El hecho que su carne aún sea consumida en algunos lugares del país la ha puesto en peligro inminente. Las clases de tortugas marinas que están en el país son: la carey, la verde, la laúd, la boba, la golfina y la negra.
El oso de anteojos en los años ochenta vivió momentos críticos pero ahora, gracias a un eficaz programa de conservación ya se puede afirmar que existen más de 8.000 en los páramos del país.
Otras especies que se encuentran en estado crítico son el tapir centroamericano, el manatí del Caribe y el delfín rosado quien debido a las sequías que han estado azotando al Amazonas, está en una situación de emergencia.
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