COLOMBIA SOLAR: UNA UTOPÍA QUE NO TIENE NÚMEROS ROJOS
- Centro de pensamiento TEJ Oficina Caribe
- hace 4 días
- 3 Min. de lectura
Por: Centro de Pensamiento para la Transición Energética Justa, la Gobernanza y la Paz.

El anuncio del presidente Gustavo Petro sobre Colombia Solar, estrategia que busca masificar la instalación de paneles solares en viviendas de estratos 1, 2 y 3, representa unos pasos titánicos en la Transición Energética descentralizada y justa del país. Esta iniciativa plantea sustituir el modelo de subsidios directos por uno basado en el autoconsumo solar. Sin embargo, no podemos permitir que la emoción frente a este panorama nos haga perder de vista los problemas estructurales del sector, que entre otras cosas siguen sin resolverse.
Durante el Consejo de Ministros del 7 de abril, el mandatario fue enfático en que “Esta es la solución de fondo a las tarifas”, una frase contundente y ambiciosa que resuena con fuerza en un contexto, especialmente el Caribe colombiano, en el que se habla de apagones, especulación con el gas, y una crisis de generación preocupante. Pero, detrás de esa propuesta solar brillante, persisten sombras que el gobierno no ha logrado disipar.
La más urgente de ellas es la deuda de la opción tarifaria, que ya supera los 5 billones de pesos, una cifra bastante roja y preocupante para el sector. Pero, ¿Qué es eso de la opción tarifaria? Pues no es más que una estrategia que se implementó durante la pandemia para evitar aumentos abruptos en las facturas y permitiendo diferir pagos a futuro; hoy, ese futuro nos alcanzó, y las empresas comercializadoras de energía —particularmente Air-e y Afinia en la costa Caribe— claman por una solución concreta; de no recibir respuesta, su sostenibilidad financiera se verá comprometida y no es descabellado hablar de solicitudes formales de intervención por parte del Estado.
La paradoja es escandalosa: mientras se propone que comunidades enteras generen y vendan su propia energía a través de figuras como las Casas del sol del pueblo —modelo de Comunidades Energéticas que beneficiaría a más de 500.000 familias—, las compañías responsables de garantizar la continuidad del servicio colapsan financieramente por deudas impagas y pérdidas operativas causadas, entre otras razones, por el robo de energía. Por otro lado, en este panorama que pinta Petro no solo ataca el calor a media noche, sino también preguntas como ¿de qué forma se integrará esta generación de energía al sistema eléctrico nacional de forma efectiva y sostenible?
Desde una perspectiva técnica, la incorporación masiva de energía fotovoltaica exige una infraestructura moderna, una regulación robusta y operadores con capacidad de gestión en tiempo real. Ninguna de estas condiciones está plenamente garantizada hoy. A esto se suma un problema financiero monumental: la deuda por la opción tarifaria, que ya supera los 5 billones de pesos; y mientras no se atienda seguirá creciendo.
¿De qué sirve instalar miles de techos solares si las redes de distribución que deben recibir esa energía están al borde del colapso financiero? La Transición Energética no puede construirse sobre empresas al borde de la quiebra, ni sobre un sistema tarifario que genera incentivos perversos y desincentiva la inversión en infraestructura, mejor dicho, la TEJ está poniendo sus cimientos sobre ruinas.
Y todo esto ocurre mientras el operador del sistema, XM, advierte sobre un déficit de energía firme para 2024–2025, y el gobierno denuncia especulación en los precios del gas importado. La situación energética del país no solo es compleja, está agonizando.
Frente a este panorama, Colombia Solar no puede ser la única respuesta. Es una pieza valiosa, sí, pero dentro de un rompecabezas mucho mayor. El gobierno debe asumir con seriedad la resolución de la deuda de opción tarifaria, fortalecer la Superintendencia de Servicios Públicos para controlar abusos reales o supuestos, y garantizar que las empresas que sostienen el sistema hoy no caigan mañana, porque sin red de respaldo, ni el sol alcanza.
コメント