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Colombia, un país atractivo para el dólar

Por: Germán Valencia

Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia


Colombia se ha convertido en un país atractivo para el dólar. Así lo evidencia el comportamiento de la tasa representativa del mercado (TRM) en los últimos ocho meses y medio. Desde que en noviembre 06 de 2022 alcanzó el precio más alto la divisa, con una tasa de 5.061,21 pesos, la moneda colombiana ha presentado un descenso cíclico que se mantiene hasta hoy y promete continuar.


Al iniciar la última semana de julio de 2023, la TRM se ubica en el país en 3.971,38 pesos. Lo que representa una valorización del 20,14% en lo corrido del año. Un comportamiento, que puede ser leído —dependiendo del agente— como una buena señal para la economía, pues significa que cada día están llegando al país más dólares, y con ello se presiona a la baja el precio de la divisa.


Fuente: Valora Analitik


Este es un fenómeno tan visible en el mundo que en estos días se ha catalogado al peso colombiano (COP) como la moneda más fuerte del globo, en lo que va del 2023. Incluso por encima del peso mexicano, cuya valorización es del 16,53%, y de otras monedas de la región latinoamericana que, al igual que la colombiana, se han comportado de manera muy positiva.


Para los economistas —que son expertos en leer estas variables disciplinares— este comportamiento de la tasa de cambio se debe a diversos factores externos e internos.


Para los que ponen la mira en los factores externos, dicen que el principal responsable de esta caída en el precio de la divisa es la misma economía norteamericana. Las políticas macroeconómicas aplicadas por la Reserva Federal (FED) —de aumentar las tasas de interés buscando reducir los niveles de consumo y al mismo tiempo el aumento de la inflación— han llegado a su límite, reduciendo su atractivo para la inversión, lo que hace más cotizado las inversiones en economías como la nuestra.


Luego de la pandemia y en medio de una recesión económica mundial, los inversionistas han buscado colocar sus recursos, primero, en activos sólidos, como los bonos del tesoro norteamericano, pero luego, en otras inversiones que tengan mayor rentabilidad en el futuro y que les ayude a diversificar la puesta de su riqueza. Convirtiendo a las economías emergentes —como las latinoamericanas— en un lugar tentador, que finalmente se ha convertido este año al país en una buena opción para la inversión.


También la buena calificación de la economía colombiana por parte de organizaciones tan importantes como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha ayudado a poner a Colombia en la mira de las inversiones. Este organismo se ha encargado de evaluar y difundir el buen comportamiento del país en materia económica, como, por ejemplo, el buen manejo que le da el gobierno Petro al ajuste fiscal (Ver: Las felicitaciones del FMI al gobierno colombiano). Que, finalmente, lleva a que al país lo consideren un buen pagador y reduzca el riesgo-país.


Por otro lado, aquellos que ponen la mirada en los factores internos, encuentran varias razones para explicar este fenómeno valorativo del peso. La primera de ellas es un cambio de postura frente al gobierno de Gustavo Petro. Pues, desde su elección el domingo 19 de junio de 2022, el precio de la divisa se aumentó hasta romper la barrera histórica de los 5.000 pesos, lo que se leyó como un aumento de la incertidumbre económica y un riesgo para la inversión. Los discursos del presidente causaron ruido que generó un efecto adverso en el mercado de la divisa.


Sin embargo, la caída cíclica muestra que esta desconfianza se ha reducido —recordemos que el precio de la divisa, como la de todos los mercados, sube y baja constantemente, pero en el mediano plazo está presentando en Colombia un comportamiento a la baja, como se vio en la gráfica—. Los inversores pueden estar pensando que las reformas económicas y sociales representan poco riesgo para el capital extranjero.


Lo mismo puede estar pasando con los anuncios de reducir las concesiones para la exploración de gas y petróleo. Está política de gobierno, que, según muchos, era el factor de mayor peso para el aumento del precio del dólar —pues se estaban en presencia de una fuga de capitales—, poco a poco se ha ido desvirtuando.


Hoy, por el contrario, la propuesta de convertir al país en la “potencia mundial de la vida”, sustentado en la descarbonización de la economía y la protección del medio ambiente y los recursos naturales, se está convirtiendo en uno de los factores que impulsa la entrada de capitales al país. Estamos en la construcción de una economía sustentable y que ofrece poco riesgo en un mundo en el que caerá la demanda de hidrocarburos.


Finalmente, hay otra serie de explicaciones como las decisiones del Banco de la República de elevar las tasas de interés, que están impulsando la llegada de capitales. O la del aumento de las remesas, que este año alcanzarán los 9.900 millones de dólares, presentando crecimientos históricos, que traen dólares que entran al mercado.


Sea cual sea la explicación que más explique la caída del precio de la divisa, lo cierto es que esta conducta a la baja de la TRM del dólar tiene varios efectos positivos para el país. Tal vez el más importante es la reducción en la tasa de inflación, que ya lleva un par de meses mostrando señales positivas de control y reducción.


De nuevo hay que poner la mira un par de años atrás y recordar que el aumento de la inflación en el país y la mayoría de las economías en el mundo se debió a un aumento del precio de los insumos para producir bienes y servicios finales —en especial, los insumos para la producción agropecuaria—. Situación que se vio agravada con un incremento del precio del dólar.


Ahora la situación es otra, los insumos que seguimos importando para la producción de bienes y servicios en el país se compran en el exterior con un dólar más bajo. Teniendo que entregar menos pesos por estas compras externas, y, por tanto, presionando menos el precio interno de las mercancías que se venden en el mercado colombiano.


En conclusión, nos encontramos en un momento favorable en términos de valorización del peso colombiano. Un comportamiento que representa un alivio para la economía interna y para la mayoría de los consumidores —que podrán comprar, según el DANE, más barato, pues el 38% de su canasta familiar es importada— y pagar sus deudas en dólares —incluso el Estado, a quien le rinde más el pago de la deuda externa—.


Son una suma de factores los que hacen que el país se vea atractivo para el arribo de dólares. Una situación que, como dije, podría seguirse presentando en los próximos meses, debido a la mira externa en las economías emergentes y la apuesta por lo ambiental en la región suramericana (Ver: El cuidado de la Amazonía en el gobierno Petro), pero que también podría girar en cualquier momento, pues estamos frente a un mercado cambiante y volátil, que depende de la dinámica internacional, en el que cualquier ruido podría ahuyentar los inversores.


 

*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.

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