Por:John Jairo Correa Romero
En el reciente panel titulado “Comunidades Energéticas: un camino hacia el desarrollo sostenible”, presentado en el tercer espacio de la Fundación Paz y Reconciliación dentro de la agenda de la COP 16 el encuentro más importante de biodiversidad a nivel mundial desarrollado en Cali, Colombia, varios líderes y expertos debatieron sobre el papel de las comunidades energéticas como una alternativa sostenible que puede mejorar las condiciones de vida en Colombia. La discusión abordó temas esenciales, como los desafíos y beneficios de estas comunidades en el contexto de la Transición Energética Justa. Nashry Zahgui Ibn Mucktafi, como moderador, planteó preguntas clave que guiaron las intervenciones de los panelistas, cada uno aportando una perspectiva única y enriquecedora.
¿Cuál es la relación entre comunidades energéticas y el desarrollo sostenible?
Dugunawin Torres, líder indígena Arhuaco, explicó que ser una comunidad energética no solo implica acceso a energías limpias, sino también un compromiso profundo con la sostenibilidad del territorio. Desde su visión, las comunidades deben tener en cuenta las necesidades propias y la conexión espiritual con la naturaleza. “Debemos preservar el territorio y, con él, nuestra identidad”, enfatizó Torres. Además, planteó la creación de proyectos etnoturísticos sostenibles, que no solo generen ingresos para la comunidad, sino que también promuevan el respeto y la valoración de la cultura indígena.
Por su parte, Zairybeth Velásquez, líder del pueblo Wayuu, destacó la importancia de que las comunidades energéticas tengan la autonomía para generar su propia energía limpia, sin depender de fuentes externas que pueden alterar la dinámica del territorio. Velásquez visualizó cómo esta independencia energética podría transformar aspectos de la vida cotidiana en su comunidad, desde facilitar el acceso al agua potable y mejorar el desarrollo económico hasta proporcionar más tiempo para actividades tradicionales, como el tejido de las mujeres Wayuu. “Ser una comunidad energética significa acceder a un buen vivir desde el territorio, sin dañar al territorio”, afirmó, subrayando la importancia de respetar las decisiones de las comunidades en torno a los proyectos energéticos.
¿Qué desafíos enfrentan las comunidades energéticas en la Transición Energética?
Edgar Andrés Moreno, especialista en comunidades energéticas renovables, habló de la financiación como uno de los grandes retos. Señaló que, aunque existen fondos estatales para apoyar la adaptación de hogares a fuentes de energía renovable, no todas las familias pueden costear las modificaciones necesarias para beneficiarse completamente de estos proyectos. Según Moreno, es crucial desarrollar mecanismos de financiamiento inclusivos que permitan a todos los sectores de la sociedad acceder a los beneficios de la energía sostenible, así como garantizar que las inversiones privadas se recuperen sin generar cargas económicas injustas para las comunidades.
Desde otra perspectiva, Juan Sebastián Rodríguez, coordinador de proyectos de la Fundación TEJ, indicó que para superar los desafíos de la transición energética es fundamental que haya una democratización real en los proyectos. “Cada comunidad tiene sus propias necesidades, y el proyecto energético debe responder a esas necesidades específicas”, sostuvo Rodríguez. Además, recalcó que una parte esencial de esta democratización es la capacitación de la población local en la operación y gestión de los sistemas energéticos, de manera que las comunidades no solo sean beneficiarias, sino también gestoras activas de sus propias redes energéticas.
Finalmente, el moderador Nashry Zahgui Ibn Mucktafi identificó dos desafíos adicionales: la sostenibilidad de los sistemas energéticos y la regulación necesaria para que estos proyectos se implementen sin conflictos. Zahgui hizo hincapié en la importancia de asegurar que los proyectos energéticos respeten las particularidades de cada territorio y se mantengan sostenibles en el tiempo, evitando así que se conviertan en causas de nuevas tensiones sociales.
¿Qué aportes pueden realizar las comunidades energéticas al desarrollo sostenible?
La intervención de Dugunawin Torres subrayó que los proyectos de energía limpia no solo brindan beneficios económicos, sino que también permiten a las comunidades seguir fortaleciendo su identidad y valores tradicionales. Según Torres, estos proyectos fomentan un modelo de vida en armonía con el medio ambiente y aportan a la construcción de un futuro sostenible para las nuevas generaciones. “Es necesario que la educación sobre energías limpias parta desde el territorio y esté en sintonía con nuestra forma de vivir y entender el mundo”, afirmó.
Zairybeth Velásquez también destacó cómo las comunidades energéticas pueden mejorar la calidad de vida en los territorios. Además de proporcionar energía limpia, ella visualiza estos proyectos como una herramienta para reducir las desigualdades, especialmente para las mujeres, al facilitarles tiempo para actividades productivas y culturales. Velásquez recordó que “un proyecto energético debe ser concertado con la comunidad”, y subrayó la necesidad de que los proyectos energéticos no impongan plazos y procesos ajenos a las realidades locales, asegurando que la autonomía y la autodeterminación de la comunidad sean respetadas.
El panel sobre comunidades energéticas fue un espacio de aprendizaje y reflexión sobre cómo la energía renovable y la participación comunitaria pueden sentar las bases para un desarrollo sostenible en Colombia. A través de sus intervenciones, los panelistas coincidieron en que la transición energética debe ser inclusiva, adaptada a las realidades locales y, sobre todo, sostenible. En última instancia, las comunidades energéticas no solo tienen el poder de mejorar la calidad de vida en las zonas más vulnerables, sino también de impulsar un cambio de mentalidad hacia el respeto y el cuidado del medio ambiente, promoviendo un modelo de vida en equilibrio con la naturaleza.
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