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Consejos de Paz, Reconciliación y Convivencia: continuidades y retos en el contexto de la Paz Total


Por: Línea Paz Territorial y Derechos Humanos



Para el año 2022 se registraron 722 Consejos Territoriales de Paz, Reconciliación y Convivencia (CTPRC) entre los niveles departamental y municipal. Para este año 2023, acorde con los datos suministrados por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP), se registran 700 Consejos Territoriales de Paz, 667 correspondientes a Consejos Municipales de Paz, Reconciliación y Convivencia (CMPRC) y 33 a Consejos Departamentales de Paz, Reconciliación y Convivencia (CDPRC), teniendo una disminución de 22 Consejos Territoriales de Paz y el aumento de 2 Consejos Departamentales.

Los CTPRC desempeñan un papel fundamental en la consolidación de la política de Paz Total, representando nodos estratégicos de participación ciudadana e interlocución entre la sociedad civil y la institucionalidad estatal. Estos consejos, a nivel nacional, departamental y municipal, actúan como espacios de confluencia en los que las distintas y diversas ciudadanías, representantes gubernamentales y liderazgos locales, pueden aportar activamente en la construcción de una paz integral y sostenible en el país.


A pesar de las potencialidades inherentes a los Consejos Territoriales de Paz, su implementación se ve confrontada por diversos desafíos y retos que requieren atención y abordaje estratégico. Estos desafíos pueden afectar su eficacia y limitar su capacidad para contribuir plenamente a la consolidación de procesos de paz en los territorios.

Es por ello, que desde la Línea de Paz Territorial y Derechos Humanos de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), nos propusimos continuar con el seguimiento a CTPRC con la intención de visibilizar su estado y buscar aportar con recomendaciones para ayudar a enfrentar los desafíos que tienen por delante y que al día de hoy dificultan la consecución de su misionalidad en varias regiones del país.


Poniendo la lupa en los CTPRC de Norte de Santander (Catatumbo), Cauca (Norte), Antioquia (Bajo Cauca Antioqueño) y Nariño (Pacífico), encontramos dificultades compartidas para el correcto funcionamiento de estos espacios, como lo es su dependencia de la voluntad política de los gobernantes y autoridades locales, pues son estas las que dan el apoyo institucional, reconocimiento legal, presupuesto y seguridad, entre otros elementos. Frente a esta dificultad, ha sido clave el apoyo de la cooperación internacional, la cual ha ofrecido asistencia técnica, capacitación, monitoreo y evaluación a los CTPRC.


Asimismo, encontramos que la participación de los grupos étnicos presenta unas barreras mayores a las que ya tienen los Consejos de Paz, lo que dificulta que su participación pueda ser tenida en cuenta de la misma forma que los demás sectores. La falta de recursos que tienen los Consejos Territoriales de Paz afecta fuertemente la participación eficaz de los representantes de los grupos étnicos. Algo similar sucede con la incorporación del enfoque de género estos espacios, pues a pesar de los esfuerzos por involucrar a las mujeres en los CTPRC, existen desafíos para garantizar su participación efectiva. La falta de representación equitativa y la necesidad de empoderar a las mujeres para que puedan contribuir plenamente a los procesos de toma de decisiones son cuestiones que identificamos.


Los consejeros y consejeras de paz han manifestado, en general, no estar siendo tenidos en cuenta en los diálogos que el gobierno está adelantando con los distintos grupos armados, lo que constituye otro aspecto de urgente mejora.


Aunque no todos los Consejos de las diversas regiones padecen de las mismas dificultades ni potencialidades, según nuestra investigación. En Norte de Santander (Catatumbo), por ejemplo, la principal dificultad tiene que ver con la falta de representación de sociedad civil en los espacios, así como retos presupuestales; en el Cauca (Norte) se destaca el esfuerzo que se ha hecho por incluir en los CTPRC los enfoques étnico y territorial, que no deja de ser una tarea fácil por la diversidad del territorio, algo que se refleja, por ejemplo, en una de las principales dificultades en la región, que tiene que ver con la duplicidad de espacios, que no estaría permitiendo que la sociedad civil y la misma institucionalidad puedan avanzar con los Consejos de Paz, dado que no son el único espacio en el territorio donde se pueden abordar temas de paz y hay otros comités, subcomités, mesas y demás espacios de articulación que abordan la temática y tienen un mayor impacto en otros niveles de gobierno.


En Antioquia (Bajo Cauca) la experiencia es muy exitosa, desde nuestro punto de vista. A pesar de que los Consejos operan sin presupuesto específico asignado para su funcionamiento, estos Consejos se articularon en La Mesa Subregional de Consejeras y Consejeros de Paz del Bajo Cauca, y cuentan con una amplia representación de mujeres en cargos de toma de decisión.


En el Pacífico Nariñense se han constituido los Consejos de Paz en los municipios de Barbacoas, Magüí Payán, Roberto Payán y Tumaco. Sin embargo, los primeros tres Consejos presentan dificultades para su funcionamiento debido a que ninguno reporta asignación ni ejecución presupuestal para su funcionamiento y la implementación de sus planes de acción. Tampoco se conocen las fuentes de financiación disponibles o potenciales de las cuales podrían disponer. En Tumaco, en cambio, se registra una asignación presupuestal de 30 millones de pesos y una activa participación de población diversa. Una de las dificultades en el Pacífico Nariñense para el correcto funcionamiento de los CTPRC, sería la intensa presencia de actores armados ilegales, lo que pondría en riesgo extremo a los participantes.


Le invitamos a leer el informe completo, aquí:





 


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