Por: Katerin Erazo, Periodista
Foto tomada de: El Mundo
María Corina Machado, reconocida líder opositora de Venezuela, ha convocado a una protesta mundial para el próximo sábado 6 de abril, en respuesta al bloqueo electoral impuesto por el régimen de Nicolás Maduro. Esta acción se realiza en el contexto de las próximas elecciones presidenciales del 28 de julio, en las cuales Maduro buscará un tercer mandato consecutivo.
A través de un mensaje difundido en las redes sociales y acompañado de un video, Machado instó a los venezolanos que residen en el extranjero a unirse a esta manifestación global para alzar la voz contra el bloqueo electoral. La candidata unitaria de la oposición hizo un llamado a la comunidad internacional para que se sume a esta causa en distintas ciudades alrededor del mundo.
En sus declaraciones, Machado responsabilizó directamente a Nicolás Maduro por el bloqueo electoral y afirmó que los venezolanos no permitirán que el régimen determine quién será el candidato que lo enfrente en las elecciones. Asimismo, hizo énfasis en la importancia de que los migrantes venezolanos se inscriban en el registro electoral para poder participar en los comicios de julio, a pesar de los retrasos y obstáculos que han enfrentado en varios países.
La ex diputada, quien fue elegida en primarias como candidata de la oposición mayoritaria, no pudo inscribirse para competir en las elecciones debido a una sanción impuesta por la Contraloría, controlada por el régimen, que le prohíbe ocupar cargos públicos hasta 2036. Ante esta situación, propuso a la filósofa Corina Yoris como su sustituta, aunque tampoco fue admitida por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
A pesar de los obstáculos, Machado ha reafirmado su compromiso con la lucha por la democracia en Venezuela y ha manifestado su confianza en que su candidatura o la de su sustituta podrán ser inscritas en los comicios durante el período de sustitución de postulados. Sin embargo, algunos analistas temen que se repita el mismo escenario de bloqueo que impidió la inscripción de Yoris.
Indira Urabaneja, analista política y CEO de la ONG Reunificados, la próxima elección presidencial en Venezuela ha captado la atención tanto del pueblo venezolano como de la comunidad internacional. Sin embargo, este evento se ve marcado por la ausencia de candidatas mujeres, siendo las 13 candidaturas registradas todas masculinas. Este hecho, expuesto durante su explicación a la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), refleja una realidad que plantea desafíos tanto para la democracia interna como para la representatividad de género en el proceso electoral.
Urabaneja resalta la complejidad y polarización del panorama político venezolano, especialmente evidente en la oposición. A pesar de los esfuerzos por presentar una alternativa unificada, esta sigue fragmentada en múltiples facciones, incapaces de llegar a un consenso en torno a una candidatura única. Mientras tanto, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), respaldado por el Gobierno, presenta una candidatura única, lo que refuerza su posición en el escenario político.
La situación se complica aún más con la exclusión de María Corina Machado, quien por estar inhabilitada, designa a Corina Lloris como su sustituta. Sin embargo, la coalición opositora que respalda a Machado no logra inscribir a Lloris como candidata ante el Consejo Nacional Electoral, optando en su lugar por postular a Edmundo González bajo la Plataforma Unitaria Democrática. Este incidente subraya las divisiones internas dentro de la oposición y socava sus esfuerzos por presentar una frente unificado.
Además, la postulación de Manuel Rosales por parte de Un Nuevo Tiempo añade complejidad al escenario político. Estos acontecimientos generan, según la analista, frustración y descontento entre los venezolanos que buscan unidad en la oposición, lo que podría resultar en altos niveles de abstención en las elecciones si no se resuelve la conflictividad interna antes del 28 de julio.
A pesar de estos desafíos, aún existe la posibilidad de que algunos candidatos declinen sus postulaciones, lo que podría reducir el número de candidatos y permitir una mayor unificación dentro de la oposición para competir efectivamente contra Maduro en las urnas.
En este contexto, la convocatoria a la protesta mundial del próximo sábado adquiere un significado crucial, pues representa una oportunidad para denunciar internacionalmente las prácticas antidemocráticas del régimen venezolano y para exigir elecciones libres y justas en el país.
Se espera que esta movilización, respaldada por importantes sectores de la sociedad venezolana y por la comunidad internacional, contribuya a aumentar la presión sobre el gobierno de Maduro y a visibilizar la lucha del pueblo venezolano por recuperar su libertad y su derecho a elegir democráticamente a sus gobernantes.
Indira Urabaneja, analista política y CEO de la ONG Reunificados, explicó a Pares que la protesta liderada por Machado se basa en sus denuncias de inhabilitación y falta de participación en el proceso electoral, atribuidas al Gobierno venezolano. Este acto, según Urabaneja, busca principalmente llamar la atención de la comunidad internacional y de la opinión pública global. Sin embargo, en el ámbito interno, estas acciones tienen poco impacto debido a que la dinámica política está principalmente enfocada en los problemas cotidianos y electorales del país.
La estrategia de Machado apunta a generar presión internacional sobre el Gobierno de Nicolás Maduro para flexibilizar su inhabilitación. No obstante, su exclusión del proceso electoral se basa en la legislación venezolana, lo que dificulta que la opinión pública internacional influya directamente en la situación. Más allá de llamar la atención, es poco probable que estas acciones tengan un efecto significativo en la vida política interna de Venezuela.
Urabaneja expresó su creencia en los procesos democráticos abiertos durante un análisis sobre el bloqueo electoral en Venezuela. Se denuncia que Nicolás Maduro ha impuesto un bloqueo electoral en el país, evidenciando un juego de poder donde cada sector despliega sus estrategias. La oposición, que hoy denuncia las irregularidades del Gobierno de Maduro, anteriormente estuvo alineada con Juan Guaidó y solicitó sanciones e incluso la colocación de precios en las cabezas de jerarcas gubernamentales. Este juego peligroso ha provocado una respuesta por parte del gobierno, que también despliega sus estrategias para asegurar su posición.
La interrogante central es si realmente existen restricciones a la participación. Urabaneja, con su conocimiento del tema y su perspectiva como venezolana, señala que las restricciones actuales, como el caso de la sustituta de María Corina Machado, Corina Lloris, están más relacionadas con problemas de unidad e intereses dentro de la oposición que con acciones directas del gobierno.
Sin embargo, Urabaneja reconoce que el gobierno se beneficia de esta situación y la aprovecha para reforzar su posición, aplicando la máxima de que el fin justifica los medios. En este contexto, se cuestiona si estas acciones son beneficiosas para el juego democrático. La analista sostiene que tanto la oposición como el gobierno han fallado en jugar el juego democrático correctamente.
Según la analista, la reacción del gobierno se debe a una política extraviada de la oposición, que ha permitido la intervención extranjera y ha impuesto sanciones que afectan principalmente a la población venezolana, sin incidir significativamente en la vida de las figuras gubernamentales. Estas sanciones, en última instancia, perjudican al país en su conjunto.
A propósito de este tema, espere pronto el informe que sacará la Fundación Pares, a través de su Línea Democracia y Gobernabilidad, titulado "Clanes Políticos en Venezuela: El Grupo Político de Diosdado Cabello y los Hermanos Rodríguez". Este estudio ofrece una mirada sin filtros sobre cómo se desenvuelven los entresijos del poder en medio de la compleja situación política que enfrenta Venezuela bajo el Gobierno de Maduro.
A pesar de la evidente falta de apoyo popular, como lo demuestran los millones de venezolanos que han abandonado el país en busca de oportunidades en el extranjero, Maduro ha logrado mantenerse en el poder. ¿Cómo lo ha logrado? La respuesta se encuentra en este informe de la Fundación Pares, donde se revela la influencia crucial de dos clanes políticos: el liderado por Diosdado Cabello y el encabezado por los hermanos Rodríguez.
Maduro no solo ha neutralizado a la oposición mediante maniobras legales cuestionables, sino que también depende en gran medida de estos clanes. El grupo liderado por Diosdado Cabello, con sus conexiones familiares y militares, ha sido fundamental desde los días del fallido golpe de estado contra Carlos Andrés Pérez en 1992. Por otro lado, Delcy y Jorge Rodríguez han destacado en el ámbito internacional, manejando hábilmente las relaciones diplomáticas del gobierno de Maduro, especialmente en regiones como Medio Oriente.
Sin embargo, esta dependencia tiene un costo significativo. Aunque Maduro ha intentado limitar el poder de Cabello, destituyendo a familiares y oficiales militares leales a él, su influencia sigue siendo considerable. Controla sectores clave como la justicia, la rama electoral y el partido de gobierno, el PSUV, donde aún ocupa el cargo de vicepresidente y tiene un papel determinante en la selección de candidatos electorales. Cabello representa una figura autoritaria que tanto Maduro como su esposa, Cilia Flores, consideran indispensable para evitar cualquier amenaza de golpe de estado.
Incluso a pesar de las discrepancias ideológicas y los escándalos de corrupción que han rodeado a Cabello, el actual presidente de Venezuela ha tenido que aceptar su influencia. Además, el otro clan, liderado por Delcy y Jorge Rodríguez, ha contribuido significativamente al mantenimiento del régimen madurista. Delcy, ex canciller y figura clave en la diplomacia internacional, ha enfrentado sanciones por parte de la Unión Europea y Estados Unidos debido a sus esfuerzos por legitimar el gobierno de Maduro en el ámbito continental. Su matrimonio con Yussef Abou Nassif Smaili, un influyente empresario venezolano, añade un componente de poder económico a este clan.
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