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Creación de áreas especiales de reincorporación: el Gobierno Petro avanza en la consolidación del proceso de paz

Por: Katerin Erazo, Periodista






El Gobierno continúa avanzando en la implementación del Acuerdo de Paz firmado en 2016 entre el Estado y la extinta guerrilla de las FARC, esta vez mediante la firma de un decreto que establece nuevas áreas de reincorporación para los excombatientes. El Decreto 1048 del 14 de agosto de 2024, suscrito por el presidente Gustavo Petro, reglamenta la creación de Áreas Especiales de Reincorporación Colectiva (AERC) como un mecanismo para fortalecer la integración social y económica de aquellos que optaron por dejar las armas y reiniciar su vida en la legalidad.


Esta normativa se inscribe dentro del punto del acuerdo relacionado con la reincorporación de los excombatientes a la sociedad civil, una de las piedras angulares del proceso de paz. El decreto busca transformar los antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) en territorios con condiciones adecuadas para garantizar la estabilidad de las comunidades allí asentadas.


Según la directora de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), Alejandra Miller, esta medida representa un “enorme avance para el proceso de reincorporación” y subraya el respaldo del gobierno de Gustavo Petro al acuerdo firmado en La Habana. Para Miller, la creación de las AERC constituye un esfuerzo clave para saldar una deuda pendiente con los excombatientes, quienes durante siete años han esperado mejores condiciones para su reincorporación.


El decreto establece criterios específicos para la creación de estas áreas de reincorporación, considerando tanto las características de los grupos que accederán a ellas como la geografía del territorio. En zonas rurales, se requiere un mínimo de 15 personas para formar una AERC, mientras que en áreas urbanas dispersas el número asciende a 70. Esta normativa también establece que la dispersión del grupo no debe exceder los límites de un corregimiento, localidad o vereda, lo que busca asegurar la cohesión territorial y comunitaria dentro del proceso.


Además de definir la cantidad de personas y la delimitación geográfica, el decreto señala que los reincorporados deberán especificar el uso que darán a las tierras asignadas, ya sea para proyectos productivos, espacios comunitarios o actividades políticas. Este enfoque integral pretende crear entornos donde los excombatientes puedan desarrollarse de manera autónoma y sostenible, contribuyendo tanto a su bienestar como al de las comunidades donde residen.

En cuanto al proceso de transición de los ETCR a AERC, el decreto detalla que aquellos espacios que cumplan con los requisitos establecidos podrán ser reconocidos oficialmente bajo esta nueva figura. La resolución para tal reconocimiento será emitida por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, la cual también determinará el procedimiento para la consolidación y cierre definitivo de los ETCR. Este procedimiento incluye la adjudicación de tierras y la creación de soluciones habitacionales, un aspecto que busca brindar estabilidad tanto temporal como permanente a los excombatientes, en línea con los programas gubernamentales de vivienda.


La creación de las AERC no sólo responde a la necesidad de consolidar los avances en el proceso de reincorporación, sino también a una demanda constante de los firmantes del acuerdo: contar con condiciones dignas para rehacer sus vidas y contribuir activamente a la construcción de paz en sus territorios. Al establecer estas áreas, el gobierno busca garantizar que los procesos colectivos de reincorporación no queden a merced de la precariedad, sino que se desarrollen en entornos propicios para la inclusión social, el acceso a servicios públicos y la generación de oportunidades económicas.


Por otra parte, es importante destacar que, si bien las AERC no implican una figura jurídica dentro del ordenamiento territorial, su reconocimiento permitirá la formulación de planes específicos para cada proceso colectivo, ajustados a las realidades y necesidades de los excombatientes y las comunidades locales. En este sentido, el Programa de Reincorporación Integral juega un papel central, asegurando que la transición desde la vida armada hacia la vida civil se realice con garantías y apoyo institucional.


Finalmente, el decreto resalta que quienes continúen residiendo en las zonas donde se encontraban ubicados los ETCR que sean objeto de cierre, seguirán recibiendo apoyo en el marco de las acciones del Programa de Reincorporación Integral. Esto es crucial para evitar la desarticulación de comunidades que han logrado cierto nivel de organización y estabilidad a lo largo del proceso. En resumen, la creación de estas Áreas Especiales de Reincorporación Colectiva es una apuesta por dar continuidad y solidez a uno de los componentes más sensibles del Acuerdo de Paz, garantizando que quienes dejaron las armas puedan construir una nueva vida en condiciones de dignidad y seguridad, contribuyendo así a una paz duradera en Colombia.

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