Por: Katerin Erazo, Periodista
En los últimos días, el departamento de Arauca ha sido escenario de intensos combates y ataques perpetrados por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Las Personerías de Puerto Rondón y Tame han informado que, debido a estas acciones violentas, cerca de 130 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares, sumándose al ya elevado número de desplazados en la región.
Los desplazados, en su mayoría, han buscado refugio en las zonas urbanas de Puerto Rondón y Tame, dejando atrás sus hogares y pertenencias en las veredas Normandía, El Progreso y La Esmeralda. Este éxodo forzoso ha generado una crisis humanitaria que exige la atención inmediata de las autoridades locales y nacionales.
Entre las víctimas de estos enfrentamientos, se ha reportado el secuestro de 15 ciudadanos, en su mayoría niños y campesinos, por parte de los grupos armados que buscan controlar el territorio.
Testigos que lograron escapar con vida relataron que los retenidos fueron identificados como Yamile Bustos Arciniegas (33 años), Luis Mena (de nacionalidad venezolana), Chaira Valentina Vela Bustos (10 años), Johan Stiven Bermúdez Bustos (7 años), Ángel Parada Parada, Brayan Fabián Herrera Durán (ordeñador de la zona), Omar Hernández Lozada (encargado), Jeferson Sarmiento (ordeñador), Elizabeth Vega (esposa de Omar Hernández), Emanuel (menor de 5 años), Rubén Vega Vesga, William Harbey Piña Artahona, Joel Ramírez y su esposa Olga Lucia y Martín Parada.
Las personerías locales emitieron un comunicado solicitando el respeto por la vida de estos secuestrados y pidiendo la intervención de organismos de cooperación internacional y del Gobierno nacional para establecer un diálogo con el grupo armado y asegurar la liberación de los retenidos.
“Pedimos respeto por la vida de estas personas entre las cuales hay menores de edad, solicitamos a los organismos de cooperación internacional y el Gobierno nacional establecer un canal de comunicación con el actor armado que los tiene retenidos”, señalaron las personerías de los municipios en un comunicado conjunto.
La situación es crítica. Las personas desplazadas se enfrentan a condiciones precarias, carentes de servicios básicos y de la seguridad necesaria para retomar sus vidas cotidianas. Mientras tanto, la comunidad espera con desesperación la intervención de las autoridades para restablecer el orden, activar los protocolos de emergencia y avanzar en las investigaciones para localizar a los secuestrados.
Este ataque reciente del ELN se produjo tras el secuestro de Rubén Vega Vesga, un líder social de Puerto Rondón. Testigos han informado que Vega Vesga fue interceptado por miembros del grupo armado, quienes lo amenazaron y se lo llevaron a la fuerza. El secuestro de Vega Vesga ha causado una profunda preocupación entre los habitantes, quienes temen que la violencia continúe escalando y afectando a más líderes comunitarios y ciudadanos inocentes.
La comunidad clama por paz y por la intervención de las autoridades para poner fin a este ciclo de violencia. Los habitantes de Arauca han vivido durante años bajo la sombra del conflicto armado, y estos últimos eventos han exacerbado su sufrimiento.
Las organizaciones defensoras de derechos humanos han instado al Gobierno a tomar medidas concretas para proteger a la población civil y garantizar su seguridad. Asimismo, se ha pedido a la comunidad internacional que preste atención a la situación en Arauca y ofrezca su apoyo para mitigar el impacto de esta crisis humanitaria.
En medio de este panorama desolador, la resiliencia de la comunidad araucana sigue siendo un faro de esperanza. A pesar de las adversidades, los habitantes continúan luchando por sus derechos y buscando formas de reconstruir sus vidas. La esperanza de un futuro en paz, libre de violencia y desplazamiento, motiva a estas personas a seguir adelante, esperando que las autoridades respondan con acciones concretas que permitan restablecer la tranquilidad en su región.
La historia de Arauca es un recordatorio de la urgencia de abordar las causas profundas del conflicto armado en Colombia y de trabajar juntos por un país en el que todos sus ciudadanos puedan vivir en paz y seguridad.