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Foto del escritorRedacción Pares

Cuando Alvaro Uribe, siendo presidente, ultrajó a las madres de los falsos positivos

 Por: Redacción Pares




La reacción desbordada y populista de Miguel Polo Polo, revicitimizando a las madres de los Falsos Positivos destruyendo una instalación artística en el congreso en donde, decenas de pares de botas simbolizaban el sufrimiento y la lucha de estas madres, le ha valido estar en la palestra pública. Incluso el pasado 13 de noviembre fue duramente increpado por una de las integrantes del colectivo quien anunció acciones legales por este tipo de revictimización. Esta actitud de Polo Polo para con las madres de los falsos positivos no es nueva ni la más grave. Uribe también se burló de ellas y las insulto en dos ocasiones.

 

Antes que nada hay que recordar que es MAFAPO, una asociación conformada por madres, esposas, hijas y hermanas de los hombres asesinados por el ejército y que fueron pasados como bajas de la guerrilla en combate. Estos hechos se dieron entre los años 2006 y 2009 cuando Alvaro Uribe era presidente y gozaba de niveles de popularidad jamás vistos en el país. Las MAFAPO reclaman específicamente la muerte de 19 jóvenes de Soacha Y Bogotá, en donde fueron llevados con mentiras de trabajo a Norte de Santander, específicamente a la región de Ocaña y allí fueron asesinados. Después de sus muertes les pusieron botas de caucho y uniformes para hacerlos pasar como guerrillero de las FARC. Es uno de los capítulos más aberrantes de la guerra.

 

Jackeline Castillo, quien fue la madre que le reclamó a Polo Polo su acto de revictimización en el año 2018 encaró al general Mario Montoya y lo presionó para que contara su verdad al ser comandante del ejéricto en los años en los que sucedieron estas atrocidades. Gracias a sus investigaciones han caído docenas de soldados y oficiales. Pero se espera que se sepa toda la verdad.

 

Al dolor de perder a sus hijos han tenido que soportar ser revictimizadas por la derecha, encarnada en Polo Polo y en el expresidente Uribe. Lo de este último fue muy grave. El 7 de octubre del 2008, cuando Uribe no sólo era el presidente de este país sino el político más influyente, afirmó lo siguiente cuando fue interpelado por primera vez por los rumores que habían ya desde ese momento sobre ejecuciones extrajudiciales en su gobierno. Esto contestó sin que se le moviera un músculo de la cara: “El Fiscal General de la Nación aseguró que los jóvenes desaparecidos de Soacha fueron dados de baja en combate, no fueron a recoger café, iban con propósitos delincuenciales y no murieron un día después de su desaparición, sino un mes más tarde”.

 

Lejos de retractarse Uribe seguía midiendo los logros de su ejército por los litros de sangre que le presentaban. Su popularidad iba en pleno ascenso. No había ninguna nube en su panorama. En el 2015, siendo senador, volvió a ultrajar a las madres de los Falsos Positivos. A través de su cuenta de Twitter afirmó lo siguiente: “En reunión con las madres de Soacha varias me expresaron que sus hijos estaban infortunadamente involucrados en actividades ilegales, lo cual no es excusa para asesinarlos, pero la hipótesis no fue examinada por la justicia”. Esto fue tan atrevido que dos años después, y sólo por una demanda interpuesta contra él por injuria, tuvo que retractarse públicamente: “Acepto retractarme del mensaje de Twitter de 25 de Junio de 2015, y de las palabras que lo antecedieron y que pronuncié como Presidente de la República. Acepto que este tweet ofende a las madres de Soacha y afecta la memoria de sus hijos asesinados. Me retracto además porque lo que escribí no me consta en nada diferente a lo que escuché”.

 

Está claro que existe un interés del uribismo por cambiar la historia del país. Por eso la actitud descarada de personajes como Polo Polo para borrar todo vestigio de lo que sucedió: el ejército mató a 6.402 colombianos y lo hizo por sevicia, por ganarse unos pesos. El negacionismo de Polo Polo y Uribe busca borrar o al menos reconfigurar la historia.

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