top of page

Cuatro años del periodo de Iván Duque: un conflicto agudizado

Por: Laura Cano

Periodista Pares


En agosto se cumplen 4 años de gestión de Iván Duque como presidente del país, y aunque antes de quedar elegido su campaña tenía como bandera la seguridad, poco o nada ha quedado de su promesa, pues entrega un país con grupos armados fortalecidos y con mayor presencia en las regiones; los cuales en estos años han desatado un escenario grave de violencia que ha tenido en medio a la población civil.


Según el más reciente informe de la línea de Paz, Posconflicto y Derechos Humanos de la Fundación Paz & Reconciliación este fortalecimiento de los grupos armados se ha dado a través de tres etapas. La primera inició en el año 2017, en la cual hubo un inicio de la confrontación que se caracterizó por la configuración de importantes grupos armados, especialmente en el suroccidente colombiano, que de manera “tímida” ganaban terreno, pero aún no desplegaban con intensidad estrategias violentas quizá, en un primer momento, para identificar las consecuencias de las “nuevas” disposiciones estatales en el marco del posconflicto. Desde el año 2017, se empezaron a vislumbrar algunas de las confrontaciones más significativas entre grupos armados que han configurado, en la actualidad, el panorama de la violencia organizada en el país.


La segunda etapa podría denominarse ​​disputa y reconfiguración territorial. Esta tuvo un desarrollo desde el 2018 al 2020, años en los que también hubo una escalada de violencia letal en los municipios mayormente afectados por la guerra. En solo dos años, la tasa de homicidios pasó de 27 a 39,8 mientras que en el nivel nacional el aumento fue de alrededor de 1,5. La brecha entre la tasa de homicidios nacional y la tasa de los municipios del posconflicto se incrementó de manera vertiginosa, principalmente, por el estallido de las disputas que se preparaban desde el año anterior entre: el ELN vs EPL (Norte de Santander); el ELN vs Clan del Golfo (Antioquia, Chocó, Nariño, Cúcuta); el ELN vs Grupos Armados Postfarc o Disidencias (Cauca, Nariño y Arauca); y el Clan del Golfo vs Caparros (Antioquia).


La tercera etapa del posconflicto, ¿Una estabilización armada?, podría decirse que inicia en el 2021 y es uno de los cabos sueltos que deja Iván Duque. Al momento se ha mostrado la consolidación de los cuatro principales Grupos Armados Organizados en el país, en orden de alcance y poder: I. Clan del Golfo, II. ELN, III. GAPF Gentil Duarte, IV. Segunda Marquetalia. Durante este período, las acciones contra la institucionalidad se han incrementado de manera significativa, principalmente ejercidas por el ELN y los Grupos Armados Postfarc o disidencias. Una de las evidencias de este aumento es el incremento de personas pertenecientes a la Fuerza Pública heridas o asesinadas en el año 2021.


Todo lo anterior ha estado demostrado por una realidad crítica, el aumento de los hechos victimizantes contra la sociedad civil, por ejemplo, el desplazamiento forzado ha sido una de esas tantas vulneraciones, y para este tipo de hechos Buenaventura, Tumaco, Tarazá, Hacarí y Alto Baudó han sido los municipios más afectados entre 2016 y 2021. Mientras que en casos de desaparición forzada Nariño, Antioquia y Cauca son los departamentos con más hechos de este tipo. Adicionalmente, los asesinatos selectivos han sido otras de las problemáticas sin atención, por ejemplo, se han presentado 411 hechos violatorios de derechos humanos cuyas víctimas son personas en proceso de reincorporación o sus familiares. Asimismo, esta realidad se ve a través de las masacres que han sido cometidas en el país, pues estas aumentaron exponencialmente. Entre 2019 y 2020 crecieron en más del 300%, y desde 2020, la tendencia de crecimiento es de 28 hechos por año.


El fortalecimiento de los Grupos Armados Organizados


Lo anterior ha sido una consecuencia subyacente del fortalecimiento de los grupos armados organizados, tanto en presencia territorial, como en número de adeptos que tienen. Uno de esos grupos que ha crecido y que además vienen de ser de las disidencias de las Farc es el de la línea de “Gentil Duarte”, la que mayor crecimiento ha tenido durante los últimos 6 años registrándose su presencia, a principios de 2022, en 119 municipios de Colombia, 21 municipios más que en 2021.


Su despliegue ha estado muy relacionado con la conformación del Comando Coordinador de Occidente (CCO), confederación conformada por GAFT tales como la Columna Móvil Jaime Martínez, el Frente Carlos Patiño, la Columna móvil Dagoberto Ramos, entre otros, que han logrado posicionarse en gran parte del territorio caucano y con un despliegue hacia departamentos colindantes como Valle del Cauca, Nariño y Huila. De hecho, en el Cauca, una de las zonas donde más ha logrado visibilidad, ha tenido la capacidad para replegar a un grupo armado con presencia histórica al sur del departamento, como el ELN. Esto sumado a un intenso accionar bélico que ha mantenido contra la Fuerza Pública, especialmente, en los municipios Buenos Aires y Corinto. Hay que recordar que en febrero de este año está línea Gentil Duarte sufre un fuerte golpe cuando Jhonier, su cabecilla fue dado de baja, lo que inmediatamente condujo al nombramiento de alias “Mayinbu” como el nuevo hombre al mando de dicha estructura.


Por otro lado, la Segunda Marquetalia ha establecido una presencia territorial de menor alcance respecto a la línea de Gentil Duarte. Tiene presencia en apenas 61 municipios. De estos, 36 corresponden a zonas que no han sido ocupadas por la facción de Duarte y en los 25 restantes sí comparten el control territorial. Así las cosas, la línea de la Segunda Marquetalia cuenta con una presencia importante en departamentos como Antioquia, a través del Frente 5to, Frente 36 y Frente 18, con el que ha logrado establecer su presencia en el sur de Córdoba, presuntamente, con apoyo militar del Clan del Golfo. Además, en departamentos como Meta, Caquetá, Cauca y Nariño, cuenta con una presencia menos significativa. En este último departamento, particularmente, en la Costa Pacífica Nariñense, desde 2021, han logrado fortalecerse vinculando a GAPF que anteriormente hacían parte de los GAPF dispersos como el Frente Oliver Sinisterra (FOS) y el Bloque Occidental Alfonso Cano.


Otro de los grupos armados que han sido más visibles por su accionar violento es el Clan del Golfo, grupo heredero del paramilitarismo que se consolidó como uno de los actores armados con mayor presencia en el territorio colombiano, ubicándose en los primeros meses de 2022 en 241 municipios del país (31 más que los registrados el año pasado) a través de 4 estructuras, 22 subestructuras y 2 comisiones conformadas por aproximadamente 3260 integrantes (1461 armados y 1799 en el componente criminal focalizado). Este grupo armado ha logrado mantener su presencia nacional a través de su consolidación en territorios donde históricamente ha operado, como la región del Urabá abrazándola por los lados antioqueño y chocoano, así como la subregión del Bajo Cauca antioqueño. Esto les ha permitido, en el primer caso, posicionarse en municipios del norte de Chocó y moverse hacia la zona central de este departamento en el marco de la disputa que mantienen en la actualidad con el ELN.


Este grupo también sufrió un golpe con la captura, y seguramente pronta extradición, de Otoniel. Sin embargo, se ha identificado desde Pares que este hecho no ha afectado de manera estructural a este grupo, ya que no ha sido visible una desestabilización organizacional. Esto lleva a decir que seguramente el Clan del Golfo continuará siendo uno de los grupos armados más fuertes de Colombia, dado que su ruta de navegación criminal está dirigida a hacerse con el control del norte del país (lo cual indica también su inexistente participación en las disputas armadas del sur).


Por último, está el ELN, el cual ha logrado hacer presencia para abril de 2022 en 183 municipios, lo que la posiciona como la segunda estructura armada ilegal con mayor presencia en el territorio nacional, luego del Clan del Golfo. Para alcanzar esta presencia, el ELN ha logrado desplegar 8 frentes de guerra (entre ellos el Frente de Guerra Urbano Nacional) de los cuales hacen parte 32 frentes guerrilleros, 20 compañías y 2 comisiones integradas por 2541 hombres en armas y 2253 integrantes de las redes de apoyo al terrorismo.


Ha logrado consolidar su presencia en departamentos como Arauca y Norte de Santander, en la frontera colombo venezolana; así como Chocó, donde ha desencadenado una serie de vulneraciones contra la población civil como confinamientos y vinculación de niños, niñas y adolescentes pertenecientes a comunidades indígenas y consejos comunitarios. Por su parte, en el Sur de Bolívar, Sur del Cesar y Sur del Cauca y Nariño, el ELN ha mantenido su presencia, pero ha sufrido considerables debilitamientos.


Con el último Paro Armado, el ELN mostró una versión aparentemente fortalecida que, posteriormente, fue utilizada para cuestionar incluso el papel humanitario de organismos internacionales como el Comité Internacional de la Cruz Roja en el marco de las disputas actuales con el Clan del Golfo. Por otra parte, se puede afirmar que el ELN logró hacerse un espacio en los territorios dejados por las FARC-EP, pero, sobre todo, fortalecerse en la mayoría de zonas donde ya tenía presencia, excepto en aquellos lugares donde ha recibido importantes golpes militares y ha perdido fuerza, tales como sur de Bolívar, sur del Cauca y Nariño.


Todo esto, lo que sigue poniendo sobre la mesa es el gran reto que tiene el gobierno que llegará a la Casa de Nariño, pues encontrará un país sumido en una ola de violencia, donde los grupos armados organizados han ganado más de lo que han perdido. Por eso uno de los retos más importantes que tendrá es lograr una implementación integral del Acuerdo de Paz, lo que podría, en compañía de otras acciones, mitigar el escenario violento que actuamente se vive.


Lea el informe completo ‘Plomo es lo que hay’ aquí.



Opmerkingen


bottom of page