Por: Miguel Ángel Rubio
Línea de jóvenes en riesgo y participación juvenil
Mucho se habla en este país de que los jóvenes no participan en política, que no salen a votar, que se quejan y se quejan, y que, al momento de ir a las urnas se quedan en casa haciendo otras cosas.
Esto es un poco cierto y un poco no. Es cierto que los jóvenes históricamente en el país no participan en procesos electorales, que parecen apáticos cuando de política se trata, que evitan esas discusiones largas y eternas de los tradicionales directorios políticos, que le sacan el cuerpo a las disquisiciones eternas de los partidos de izquierda, que no los pone nadie de acuerdo, entre otros.
Y no es cierto del todo que no participen, los jóvenes se vuelcan a participar en campañas donde los discursos sean disruptores de lo tradicional, donde haya un mensaje fresco, una imagen que los conecte y unas formas que los seduzcan. Esto además de las propuestas, las que esperan sean lo suficientemente atractivas para ellos.
Ahora bien, un argumento que podrían esgrimir los detractores del voto joven en Colombia, es que en las elecciones del pasado 5 de diciembre para elegir los Consejos de Juventudes la participación por no decir que fue mala, fue muy poca. Las razones: poca pedagogía de parte de la Registraduría para animar al voto, cooptación de partidos tradicionales de líderes juveniles que llegaron a esos escaños con discursos distintos a las problemáticas sociales de los jóvenes expresadas en el estallido social y un adormilamiento de la izquierda y los movimientos alternativos en recoger buenas listas, hacer buenas propuestas y trabajar fuertemente en lograr mayor representación, y aunque los consejos de juventudes son órganos consultivos e incidentes, lograr un escaño en esta instancia es un inicio en la vida política muy importante.
Dejemos entonces de lado el diagnóstico y miremos en nombres y representación, cuáles son algunos de los hombres y mujeres más jóvenes que hoy están en el Senado y Cámara, lo que representan y qué propuestas tienen para su propio segmento poblacional.
De influenciador a senador
Comencemos con el fenómeno del Influenciador en redes J Pe Hernández, senador de 30 años elegido al Senado bajo el aval del partido Alianza Verde. Su votación impresiona por ser la primera vez que se lanza a la política y venir de un segmento que los medios de comunicación subestiman, pero que hoy muestran su poder y su capacidad de incidencia en la opinión. Con 189.281 votos, este músico y creador de contenido en redes, logró la tercera votación al Congreso por debajo de Miguel Uribe y María Fernanda Cabal.
Su caballito de batalla ha sido irse de frente contra la corrupción de la clase política tradicional. Sus vídeos de YouTube con trasfondo de un informativo de televisión y un tono agresivo, bastante histriónico y con un tonito de prédica religiosa de secta, le ha granjeado el favorecimiento de 1,17 millones de suscriptores, y la ya anteriormente mencionada votación.
Sus propuestas de campaña no son fáciles de encontrar, revisando el portal de la Alianza Verde se menciona la placa dorada por número de suscriptores en sus redes sociales, y es poca la información que hay sobre sus postulados al Senado, sin embargo, es posible prever, según sus temas en redes que será un senador cuyo trabajo será ejercer control político y una política anticorrupción que es la bandera de su bancada. El mismo se autoproclama el senador del pueblo y en entrevistas dice que defenderá los postulados del estallido social.
Los vagos a trabajar
Catherine Juvinao, representante elegida a la Cámara de Representantes por el partido Alianza Verde es otra joven promesa de la política que logró llegar al Congreso con 45000 votos, los cuales la llevaron a ganar una curul por Bogotá.
La activista, famosa por el proyecto de denuncia sobre los privilegios de los congresistas, Trabajen Vagos, frase pronunciada en una protesta por la parlamentaria María Fernanda Cabal contra los manifestantes y que Juvinao la resignificó en una crítica por oposición, llega al capitolio como fórmula del recién elegido senador Ariel Ávila.
Sus propuestas apuntan a confrontar temas como: el ausentismo parlamentario que no es castigado, y que permite que los congresistas aún sin asistir a las sesiones cobren sus honorarios. Esta es su principal propuesta.
De una silla en las aulas a una silla en el Congreso
Con 25 años Jennifer Pedraza logra una curul en la Cámara de Representantes, avalada por el partido Dignidad liderado por Jorge Enrique Robledo.
Esta economista de la Universidad Nacional recoge el sector de los estudiantes universitarios durante el estallido social, fuertemente afectado por la acción del Estado durante las marchas del 2021, y que le costó a las juventudes varias víctimas mortales y otras con lesiones personales de por vida.
Jennifer defenderá en el Congreso temas como las renegociaciones de los TLC, las reformas que apunten a mejores condiciones en la contratación laboral en Colombia. También habla en sus propuestas de reformar el ICETEX, y de robustecer el presupuesto de las universidades públicas, así como fortalecer la democracia en las universidades privadas.
También tiene postulados por la defensa del derecho a la educación de las mujeres, la equidad de género, el abuso en el horario laboral de muchas mujeres trabajadoras, la violencia de género y la salud mental y reproductiva. Jennifer Pedraza es la voz de los estudiantes en el Congreso.
Mafe pero no cabal
Aguerrida en la denuncia, la internacionalista y becaria María Fernanda Carrascal con 31 años llega a la Cámara de Representantes por el Pacto Histórico.
Abanderada de causas en contra de la corrupción, famosa por el #renunciefiscal y ser una de las punta de lanza en la denuncia contra la corrupción de Odebrecht. Carrascal será, de seguro, una de las voces más beligerantes y críticas de la próxima legislatura.
En su mayoría, estos jóvenes recogen los postulados y reivindicaciones del estallido social, la agenda social, y de reformas que ellos y sus colectividades consideran que necesita el país. Veremos entonces a partir del 20 de julio, y por el próximo cuatrienio, si logran representar de verdad los sectores alternativos.
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