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Cuidado con la sobredosis de Petro y otras peligrosas mentiras.

Por: Ghina Castrillón Torres.

Politóloga feminista.




Quienes defendemos la democracia y creemos en el proyecto del Cambio no podemos ignorar el alcance que logran las noticias falsas impulsadas por la derecha en Colombia, porque su objetivo es debilitar la confianza en el gobierno y desestabilizarlo para luego mostrarse como los salvadores, insistiendo en utilizar narrativas mediáticas que ubican a Petro como un alcohólico y drogadicto insostenible en el poder.

 

Esta campaña sistemática de desprestigio a partir de falsedades busca generar enojo, miedo confusión y desconfianza, pero lo más grave, es que estas mentiras no se quedan en las redes sociales, pues pasan a ser replicadas por medios de comunicación y periodistas de gran reconocimiento que, en lugar de verificar la información, contribuyen divulgarlas.

 

El caso reciente de la noticia falsa sobre la hospitalización del presidente por una supuesta sobredosis, llegando hasta a especular sobre su muerte, es un ejemplo claro de esta estrategia. A pesar de que desde presidencia se desmintieron los rumores, en muchos escenarios las dudas siempre quedan resonando y alimentando las especulaciones. No podemos olvidar que este tipo de acciones son ataques calculados que buscan justamente deslegitimar al gobierno y más ahora que se están presentando cambios en el gabinete.

 

Muchas veces, las izquierdas nos encerramos en nuestra burbuja con amistades que piensan como nosotres, asumiendo que es absurdo que existan gentes que crean esas ridículas mentiras que rondan en redes sociales y a las que los medios de comunicación le hacen eco, pero es clave resaltar que, según la encuesta Iceberg Digital realizada posterior a la pandemia por la firma de ciberseguridad Kaspersky, el 73% de los colombianos encuestados afirma que no sabe diferenciar entre noticias reales y falsas, cifra tres puntos porcentuales superior a la media latinoamericana.

 

Sumándole a la poca cultura de la verificación, los sectores democráticos tenemos el algoritmo en contra. No podemos perder de vista que hace unos días Meta (antes Facebook) anunció el fin del programa de fact-checking en Estados Unidos con el argumento de que hay demasiada censura, y que esto puede significar el inicio de una tendencia para el resto de países y redes sociales, como lo hemos visto en X (antes Twitter). Frente a esto la International Fact-Checking Network le envió una carta Mark Zuckerberg manifestando su profunda preocupación por esta decisión y lo que puede representar para la promoción de los debates basados en evidencias verídicas.

 

Quienes defendemos la democracia tenemos la responsabilidad de enfrentar estas falsedades con la verdad. Es fundamental que las izquierdas continuemos impulsando la cultura de la verificación. Hay múltiples iniciativas de fact-checking y promoción de medios críticos alternativos que son esenciales pero que desafortunadamente no logran el alcance que sí logran las mentiras. Asimismo, también es necesario que, dentro y fuera del gobierno continuemos insistiendo en la defensa de la agenda del cambio con la transparencia como bandera principal.

 

Las derecha reaccionaria, excluyente, fascista nos ha demostrado que les ha funcionado y que seguirán haciendo uso de estas sucias y descaradas estrategias de manipulación mediática, pero, como lo dije hace un par de columnas, en este escenario no hay espacio para tibiezas y el llamado es a que, desde cada uno de sus sectores, fortalezcamos los espacios de diálogo y acción colectiva en contra del avance de las derechas en el país.

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