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Curules para las víctimas: una deuda pendiente

Por: Laura Cano, periodista Pares.


Desde noviembre de 2016, fecha en la que se firmó lo acordado para la implementación del Acuerdo de Paz, ha habido un tema que ha intentado ver la luz verde, pero que hasta el momento se ha encontrado con varias trabas que lo han dejado en un limbo procesal: las 16 curules para las víctimas en la Cámara de Representantes.


Esta medida fue una de las más criticadas por la oposición política durante los diálogos que se dieron en el periodo presidencial de Juan Manuel Santos; desde ese momento, varios miembros del partido Centro Democrático aseguraban que estos escaños serían tomados por desmovilizados de la antigua guerrilla Farc, más no por las víctimas. A esa oposición también se sumaron algunos sectores de los partidos Cambio Radical y Conservador.


Luego de la campaña de oposición que se dio por parte del partido del actual gobierno, se estableció que el partido que surgiera de la reincorporación de las Farc no podría inscribir candidatos a las 16 curules transitorias en la Cámara de Representantes. Estos escaños estaban contemplados para los periodos 2018-2022 y 2022-2026, sin embargo, la inoperancia en la implementación a hecho que esta propuesta se haya encontrado con varios escenarios jurídicos que han retrasado su ejecución.


El NO a las curules para las víctimas


En la ruta para hacer posible el espacio a la víctimas en la Cámara de Representantes, el debate llegó a la Mesa Directiva del Senado a finales de 2017. Allí la propuesta tuvo un total de 50 votos a favor y 7 en contra, sin embargo y a pesar de la favorable votación, se estableció que se requerían 51 aprobaciones desde esta instancia para que se pudiera seguir tramitando el proyecto.


A raíz de esto, en mayo de 2019 el senador Roy Barreras presentó un acto de tutela exigiendo que el proyecto no fuera archivado, esto argumentando que la Corte Constitucional nos dio la razón en el caso de las objeciones, reafirmando que para la mayoría absoluta se deben descontar las curules no reemplazables, es decir, cuatro senadores detenidos.


Esta tuvo respuesta en el siguiente mes después de interpuesta la acción por parte de un Juez de Bogotá que negó la tutela por improcedente. En ese mismo año Iván Duque se refirió a la importancia de la participación política de las “verdaderas víctimas” del conflicto armado. Además, en ese momento dijo que las 16 curules no iban a ser agregadas a las 172 existentes, sino que estas debían ser admitidas desde los partidos políticos.


Las curules de nuevo a ser discutidas


Todo parece indicar que el debate para volver a poner sobre la mesa de discusión las curules, ve luz verde. Esto tras una solicitud que se dio desde la Procuraduría y el movimiento Defendamos la Paz, que pide revisar el acto administrativo sobre las curules, el cual ha venido siendo puesto en debate desde su creación.


Por esto el presidente del Senado, el liberal Lidio García, buscará dar marcha atrás a la acción que hundió esta propuesta en 2017, en donde se desaprobó y archivó el tema de las curules de la paz, dado que en las votaciones en el Congreso no contaron con el apoyo requerido.


De esta forma y según lo acordado, este martes se conocería cuál va a ser el rumbo que seguirá este importante tema, pues Lidio García presentaría ante Iván Duque el proyecto para que sea sancionado.


¿Por qué hay que darle el sí a las curules para la paz?


Esta propuesta se presentó en el marco de los diálogos para la firma del Acuerdo de Paz, con el fin de dar participación política a habitantes conocedores del territorio y del contexto de 16 de las zonas más afectadas por el conflicto armado: los departamentos del Cauca, Arauca, Antioquia, Norte de Santander, Caquetá, Chocó, Meta, Bolívar, Valle del Cauca, Nariño, Putumayo y Cesar.


Además, esta medida es la que le da el eje al segundo punto del Acuerdo, en el que se plantea la participación política, para la apertura democrática en la construcción de paz, el cual busca garantizar la ampliación de los escenarios de políticos, generando un mayor debate desde los intereses y prioridades de las distintas regiones del país y sus marcos históricos.

En ese sentido, León Valencia, director de Pares agregó que:


“El Acuerdo tenía una doble intención: por un lado, resarcir a las víctimas con una participación en el Congreso, pero por el otro lado darles representación a territorios del conflicto que no la tienen o que si la tienen es mínima, eso es lo que se debe respetar, esa doble intención. También se debe ampliar el Congreso en su número de curules para haya una mayor representación de regiones abandonadas, que, por no tener representación, tienen menos acceso a recursos, menos juego dentro del presupuesto nacional y dentro de la vida nacional”.

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