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Dansur, casa taller para mover las jerarquías: artivismo y feminismo en el suroriente de Bogotá

Por: Yesica Cortés

Docente universitaria, filósofa y activista feminista



Con Platón se entendió el cuerpo como cárcel del alma, con el cristianismo que es el alma lo que se debe salvar. Descartes dijo que los sentidos engañan, que el cuerpo no es fiable, y hasta Andrea Echeverry afirmó que ese mismo cuerpo es solo un estuche y los ojos una ventana.


De manera muy popular, y por una larga tradición filosófica, hemos dispuesto el cuerpo por debajo y apartado de “la mente” o “el alma”, se han atravesado máximas que separan el pensamiento de los sentidos y la razón de las emociones. Le han asignado género a esta división, se ha dicho que las mujeres representan lo corporal, las emociones, mientras que los hombres representan la cara de la razón y el intelecto. Esta dicotomía se ha venido transformando gracias a décadas e incluso siglos de luchas invisibles de cuerpos, de corporalidades diversas que se resistieron a esa radical y oportuna separación, imposición y jerarquización de la vida que nos heredó el proyecto de la modernidad occidental. La cual ha sustentado toda una historia de instrumentalización de los cuerpos, sobre todo, los racializados, empobrecidos y feminizados, que fueron hasta cierto punto desprovistos de esa "alma" y puestos al servicio del "hombre como medida de todas las cosas". Estas narrativas siguen estando en el imaginario colectivo, reproduciendo discursos y prácticas que someten y vuelcan la vida hacia el sometimiento y la reducción de los cuerpos a recursos.


Dansur es una apuesta que da lugar a una desjerarquización y recuperación de los cuerpos para el movimiento, el encuentro y la creatividad desde una perspectiva de feminismo territorial. Martina y Diana, habitantes de la localidad San Cristóbal, en Bogotá, abrieron este año las puertas de esta casa taller. Aquí encontraron la realización de uno de los tan anhelados sueños de las organizaciones y colectivos sociales: tener un espacio físico para construir un laboratorio cultural que diera lugar, inicialmente, al baile[1], ente otras prácticas artísticas, como acción transformadora de la cotidianidad, no solo de ellas, sino de las personas que viven en este sector.


Fuente: Dansur


La creación de este escenario responde a una pregunta: ¿cómo son habitados, diseñados y comprendidos los sures de la ciudad? Conversando con Martina y Diana se encuentran algunas hipótesis que se convierten en preocupaciones de un orden vital. La vida en esta ciudad está diseñada para que la gente que vive al sur o a la periferia de la ciudad se desplace todos los días hacia las zonas centrales a disponer de su cuerpo de manera mecánica para que esa misma ciudad siga en funcionamiento. Tomar un Transmilenio repleto en la mañana, llegar al lugar de trabajo y regresar de nuevo a casa en la noche, algunas a seguir trabajando, otras a disponer de las pocas horas que quedan de sueño para volver a la rutina al otro día.


El cuerpo sigue siendo, como plantea Marx, un vehículo de producción en masa para el sostenimiento de unos pocos. Y, para disponer de ese cuerpo en formas que lo desplieguen fuera de sus hábitos de explotación y de instrumentalización, por lo general, debemos desplazarnos de nuevo hacia los centros de acopio económico, puesto que, la mayoría de la oferta cultural para la socialización, la creación o el encuentro, la encontramos en localidades como La Candelaria, Chapinero o Teusaquillo. Es necesario aclarar que esto se ha venido modificando, ya sea por la creación de espacios culturales descentralizados o por las políticas de los gobiernos de turno que mucho o poco han aprendido de las luchas populares y territoriales que le apuestan a habitar la ciudad no solo en función del trabajo y no de manera exclusiva en los centros de las capitales.


En este contexto, Dansur se presenta como un espacio que cuestiona ese orden de la ciudad, del cuerpo y de la vida. De la ciudad porque apuesta por un sur en el que se abran las posibilidades de encuentro creativo que no supongan necesariamente relaciones laborales o comerciales. Del cuerpo porque vuelve a este a interpelarlo y sacarlo del lugar limitado que se le ha asignado. Y de la vida en cuanto busca el movimiento de la cotidianidad, de las formas de socialización, de las posturas y formas del pensamiento.


Fuente: Dansur


Martina y Diana narran cómo Dansur es la materialización de sus historias personales, de las memorias colectivas y entrecruzadas de este territorio tan marcado por sus agencias, luchas y movilizaciones. Esta iniciativa viene creciendo desde hace varios años en el marco de la juntanza con amigas en medio de la organización barrial, luego en la pandemia y ahora en este espacio. La necesidad también de darle lugar a la corporalidad en la acción política supuso un reto y formas diversas de entender el activismo, y desde allí preguntarse: ¿cómo nos integramos desde el cuerpo a lo organizativo?


Y es que volver la mirada y escuchar a los cuerpos en una coyuntura de crisis ambiental, económica y sanitaria constituye una prioridad y la apertura a otras realidades de autocuidado, reconocimiento, bienestar y sanación; es regresar a la base en compañía. No se piensa, ni se mueve en soledad sino con lxs amigxs y con otras corporalidades diferentes. Se hace de manera situada, con las manos en el suelo y de cabeza para desorganizar las jerarquías anatómicas, espaciales, geográficas y culturales que han determinado históricamente las maneras en que se establecen las relaciones en una sociedad tecnócrata y arrollada por el capitalismo.


Diana y Martina nos invitan a conocer este proceso de descentralización y territorialización de movimiento creativo que se gesta en Dansur, que se encuentra ubicado en la Carrera 10 # 22-07 sur, en el tercer piso y diagonal a la estación de Transmilenio Av Primera de Mayo. Allí, no solo se encuentra un espacio para la danza, sino también un proyecto colectivo de economía sostenible que suma a su oferta espacios para el coworking, para el conspire y la creación de otras realidades posibles.


"Les esperamos para trabajar y bailar cerquita y abrazadas a la montañas del suroriente", Martina y Diana


Para más información visitar la página de instragram: @dansur_casataller





 

[1] Con baile se hace referencia de manera genérica a diferentes estilos como el twerking, la salsa, el yoga, la danza contemporánea, la danza afro y la danza urbana, entre otros géneros.

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