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Del motor diésel a la energía solar: el futuro de las rutas escolares fluviales en Putumayo

Por: Centro de Pensamiento para la Transición Energética




En la cuenca del río Putumayo, donde los caminos de asfalto se vuelven escasos y el agua se convierte en la principal vía de comunicación, las rutas escolares fluviales representan el único medio de transporte para cientos de niños y adolescentes que viven en veredas apartadas. Según datos del Ministerio de Educación Nacional publicados en el informe “Acceso Educativo en Zonas Rurales 2022”, cerca del 35% de los estudiantes del Putumayo dependen de lanchas o canoas para llegar a sus escuelas. Estas cifras reflejan la realidad de un departamento cuya geografía amazónica dificulta la construcción de carreteras, pero que al mismo tiempo cuenta con el río como una arteria vital para el desarrollo local.


La importancia de estas rutas fluviales se hace evidente al analizar el registro de la Secretaría de Educación Departamental, que ha identificado al menos 70 trayectos escolares en ríos y quebradas que recorren municipios como Puerto Guzmán, Puerto Asís, Orito y Villagarzón. Sin embargo, la precariedad de las embarcaciones y la falta de mantenimiento de muelles son obstáculos que ponen en riesgo la seguridad de los menores. Un reportaje del diario regional La Nación del Sur (mayo de 2023) denunció que varias de estas lanchas operan sin chalecos salvavidas suficientes, y que los motores fuera de borda, alimentados por diésel, sufren fallas constantes, dejando a los estudiantes varados en medio del río.


Frente a este panorama, el gobierno nacional ha anunciado iniciativas para mejorar la movilidad fluvial en el Putumayo. De acuerdo con un comunicado del Ministerio de Transporte (septiembre de 2023), se destinaron aproximadamente 5.000 millones de pesos para reforzar la flota fluvial escolar, adquirir nuevas lanchas y capacitar a los operadores. Además, el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 contempla la construcción y adecuación de embarcaderos en poblaciones donde, hasta ahora, los estudiantes debían subir y bajar del bote a la orilla de barro, exponiéndose a caídas e incluso ataques de animales silvestres.


No obstante, líderes comunitarios y padres de familia han expresado que, si bien los recursos representan un avance, la carga de combustible sigue encareciendo el servicio y afecta la continuidad de las rutas. Tal como informó la emisora Putumayo al Día en junio pasado, cuando el precio del diésel sube, muchos conductores deciden no operar la lancha porque el subsidio estatal no cubre la totalidad de los costos. Esta situación deja en un limbo a los niños, cuyas clases se suspenden o se reducen.


En este contexto, la Transición Energética Justa surge como una alternativa prometedora para garantizar la calidad y la sostenibilidad de las rutas escolares fluviales. La introducción de lanchas con motores eléctricos alimentados por paneles solares no solo disminuiría los gastos en combustible, sino que también reduciría la contaminación en el río. Además, se estima que estos sistemas son menos propensos a averías mecánicas, lo cual redundaría en una mayor seguridad para los estudiantes. Un estudio de la Universidad Nacional de Colombia (sede Amazonia) publicado en 2022 indica que la región del Putumayo recibe suficiente radiación solar para abastecer, a través de paneles fotovoltaicos, embarcaciones pequeñas y medianas dedicadas al transporte escolar.


Así, la Transición Energética Justa podría garantizar que los estudiantes cuenten con un transporte seguro y constante, vital para disminuir la deserción escolar en esta región. Asimismo, la adopción de energías limpias serviría de ejemplo para otros sectores productivos y sociales, generando una dinámica en la que el cuidado del medio ambiente y la educación avancen de la mano. Con estas iniciativas, el Putumayo podría dar un paso firme hacia un futuro donde la canoa o la lancha que conduce a los más jóvenes a la escuela no solo sea un símbolo de esperanza, sino también un testimonio de la capacidad local para innovar y proteger su valiosa riqueza natural.


En definitiva, las rutas escolares fluviales en el Putumayo simbolizan tanto las dificultades de una región con alta riqueza natural como la oportunidad de implementar soluciones innovadoras. Con el respaldo gubernamental y la adopción de energías limpias, el departamento podría asegurar que sus niños naveguen con confianza hacia la educación, abriendo camino a un futuro donde la luz del sol impulse no solo motores, sino también la esperanza de miles de estudiantes.

 

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