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Desafíos de la Reincorporación de las Farc. El caso de Patía y Tumaco

Por: Conflicto, paz y postconflicto- Pares


La reincorporación en los dos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) del Pacífico Sur, está estrechamente ligada a las perspectivas de los desarrollos que tuvieron en su momento las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN). Los resultados y pocos desarrollos que se tienen en esta materia, son producto de la falta de garantías de seguridad y los choques de visiones de cooperativas económicas entre el gobierno y los excombatientes de las FARC.

En el departamento de Nariño el potencial de reincorporación por parte de las FARC, estaba en 600 excombatientes, 400 en la zona de la Variante en Tumaco y 200 en La Paloma, municipio de Policarpa.  El nivel de deserción de estos 600 excombatientes está en este momento en el 35%, es decir que de aproximadamente unos 200 excombatientes no se sabe su ubicación ni su actividad actual. Se presupone que muchos de ellos están nutriendo y haciendo parte de los nuevos grupos que intentan controlar las zonas postFARC como lo son el grupo “Óliver Sinisterra”, las Guerrillas Unidas del Pacífico y, por supuesto, del Clan del Golfo. Esta deserción se debe principalmente a tres elementos:

  1. La incertidumbre en materia de seguridad física por parte de los excombatientes de las Farc. Debido a esta preocupación la ETCR de Policarpa, Nariño, tuvo que ser reubicada a la zona sur del Cauca, en el Patía.

  2. Persuasión económica de Grupos Armados Ilegales. Según fuentes locales, los miembros de estos grupos están ofreciendo sumas de dinero a los excombatientes de las Farc para que se unan a sus filas debido a su amplio conocimiento de la región y sus mercados ilegales. Adicionalmente, debe tenerse en cuenta que los incumplimientos del gobierno en materia de reincorporación económica, como es el caso de la ausencia de proyectos productivos financiados por el mismo, tal y como se contempló en el Acuerdo de Paz, ha generado incertidumbre económica en los excombatientes.

  3. En la ETCR de la Variante en Tumaco, uno de los excombatientes que coordina temas de reincorporación afirmó que la captura de Aldemar Ruano Yandun, alias “DonTi”, con fines de extradición fue el hecho que activó un proceso masivo de retiro de la ETCR La Variante y que terminó fortaleciendo a los grupos armados compuestos por desertores de las Farc. Asimismo, la captura de Jesús Santrich, ha sido interpretada por muchos excombatientes como una traición a lo pactado en La Habana y muchos de ellos consideran que no hay garantías jurídicas para continuar en el proceso de reincorporación.

Mural en el ETCR La Variante, Tumaco, Nariño. Foto: Diego Alejandro Restrepo-Pares


Los proyectos productivos que hasta ahora se han desarrollado en la ETCR de Tumaco, han sido de iniciativa propia de los líderes del espacio territorial. Lo que ha llevado a que se siembre una variedad de productos que se dan de manera natural en la región como el plátano, el zapallo, la piña, pero sin ninguna proyección ni plan de comercialización en el mercado.  Los proyectos han sido de autoconsumo, sin ninguna posibilidad de ingresos por comercialización.  Estas iniciativas están acompañadas de cría de marranos y gallinas que, para el consumo interno de la ETCR, sirven, pero no como proyectos de vida de los excombatientes.

A la par de todas estas dinámicas la atención psicosocial es completamente nula. Aunque no hay una situación de crisis sicológica u afectación mental colectiva o individual al menos visible, se hace necesaria esta atención, con especial énfasis en mujeres que han tenido que asumir solas las responsabilidades de criar a sus hijos y a quienes están buscando sus familias.

En cuanto al Espacio territorial en La Paloma, Policarpa, Nariño, conformada en principio por 200 excombatientes, anclada en un filo de la cordillera occidental de Nariño, la situación no es mejor. Como se mencionó, la ETCR tuvo que ser reubicada hacia la vía Panamericana, en sector rural del municipio del Estrecho, región del alto Patía y el sur caucano, debido al hostigamiento constante de grupos armados ilegales. Hoy sólo quedan conviviendo en esta ETCR aproximadamente 40 excombatientes, configurándose un porcentaje de deserción del 70%. Adicional a las razones expuestas anteriormente, en este espacio existe un evidente distanciamiento entre los líderes que asumieron la coordinación de los diferentes procesos en la implementación y las bases de exguerrilleros.

La situación de conocimiento sobre el paradero y la vida que decidieron adoptar, es incierta. Algunos han dado razón de que están con sus familias, o trabajando en algún lugar de Colombia o se tiene el temor de que están trabajando con los grupos armados compuestos por desertores de las Farc. Según un excombatiente de las Farc, así se resume la situación allí: «No hay alfabetización, no hay siembra de nada, no hay cría de nada, no hay presencia del SENA, no hay infraestructura, la vía de acceso cuando llueve no entra nada y los excombatientes duermen y viven como si aún estuvieran en guerra, es decir en cambuches, haciendo sus necesidades en huecos de tierra y cocinando en “ranchas”». Entrevista febrero de 2018.

ETCR La Variante, Tumaco, Nariño. Foto: Diego Alejandro Restrepo-Pares


A esta situación, se agregan los factores de amenaza y riesgo, que representan los grupos armados ilegales que han comenzado a hacer presencia en la zona, en especial las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, las Nueva Generación y pequeños grupos de narcotraficantes que controlan pasos obligados de la población civil.

Por otra parte, la decisión de trasladar el ETCR, decisión conjunta entre el gobierno nacional y las Farc, tomó por sorpresa a las comunidades del Patía e incluso al gobernador del departamento del Cauca: «El Gobernador del departamento del Cauca mostró su inconformismo ante el traslado de la zona de capacitación y Reincorporación de las Farc, ubicada en Policarpa Nariño, hasta el municipio de El Patía en esta región. Según el mandatario  no se ha realizado ninguna socialización y la decisión se tomó sin consultar a las autoridades. “Increíble, el espacio territorial de capacitación y reincorporación, proyectado en Policarpa, se reubicará en el Patía, sin socializar a las autoridades de la región. La Paz territorial es compromiso de todos, no puede esto suceder donde el apoyo ha sido total”, afirmó el gobernador Oscar Campo.» (RCN Radio, enero de 2018)

Esta falta de claridad por parte del gobierno también ha generado tensiones no sólo entre administraciones locales y nacionales, sino entre las comunidades que habitan las zonas aledañas al ETCR, convirtiéndose este elemento en una compleja disputa por la soberanía del territorio, teniendo en cuenta que la mayoría de habitantes del municipio pertenecen a comunidades indígenas.


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