Por: Katerin Erazo, Periodista
Foto tomada de: LAUD
Cada 30 de agosto, el mundo se une para conmemorar el Día Internacional de los Desaparecidos, una fecha que lleva consigo una carga emocional profunda y un llamado urgente a la acción. Este día no solo sirve para recordar a las víctimas de desapariciones forzadas, sino también para subrayar la necesidad de prevenir futuros casos y abogar por la justicia y la verdad para las familias que aún buscan a sus seres queridos.
La desaparición forzada es un crimen que ha dejado cicatrices imborrables en el tejido social de muchas naciones. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), esta práctica inhumana es utilizada frecuentemente como una estrategia para sembrar el miedo y la inseguridad entre la población civil. No se trata solo de la desaparición física de una persona; el impacto de este crimen se extiende a sus familiares, amigos, comunidades enteras, y en última instancia, a la sociedad en su conjunto. Es un acto de terror que trasciende fronteras y que, lamentablemente, sigue siendo una realidad en muchas partes del mundo.
En 1992, la Asamblea General de la ONU proclamó la Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, estableciendo principios que los Estados deben seguir para erradicar esta práctica. Según esta declaración, una desaparición forzada ocurre cuando una persona es arrestada, detenida o secuestrada contra su voluntad por agentes gubernamentales o por grupos que actúan en nombre o con el consentimiento del Estado. A menudo, las autoridades niegan conocer el paradero de la persona, dejándola fuera del alcance de la ley y desprotegida ante sus captores.
Este día tiene una relevancia particular en Colombia, un país que ha sufrido décadas de conflicto armado, donde la desaparición forzada ha sido utilizada como una herramienta de guerra. Las cifras son estremecedoras: hasta el 1 de diciembre de 2016, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) tenía un registro de 111.640 personas desaparecidas. Sin embargo, la tragedia no se detiene. A pesar de los avances logrados con la firma del Acuerdo de Paz en 2016, se han reportado 1.476 nuevos casos de desapariciones hasta finales de 2023, lo que evidencia que este flagelo sigue latente.
La conmemoración del 30 de agosto en Colombia está marcada por una serie de actividades organizadas por la UBPD, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), y diversas organizaciones de derechos humanos. Estas iniciativas buscan no solo honrar la memoria de las víctimas, sino también visibilizar el trabajo de las familias y colectivos que, a pesar del dolor, continúan luchando incansablemente por la verdad y la justicia.
En el departamento del Huila, por ejemplo, se realizará una jornada académica titulada "Diálogos y experiencias de búsqueda humanitaria en el Huila", que se llevará a cabo en el Salón de Exgobernadores de la Gobernación del Huila. Este evento reunirá a expertos, familiares de desaparecidos, y representantes de organizaciones de derechos humanos para discutir estrategias y compartir experiencias en la búsqueda de las personas desaparecidas. La UBPD, junto con el CICR, enfatiza que la desaparición forzada no es un problema del pasado, sino una realidad que sigue afectando a miles de familias en Colombia y en todo el mundo.
El trabajo de la UBPD es crucial en esta lucha. Con un mandato que abarca la búsqueda de personas desaparecidas hasta diciembre de 2016, la unidad ha sido fundamental en la construcción de un universo de casos, identificando las regiones más afectadas y estableciendo estrategias para localizar a las víctimas. En el departamento de Córdoba, por ejemplo, el Plan Regional de Búsqueda de Alto Sinú-Montería tiene un universo de 1.953 personas desaparecidas, lo que representa el 63% del total de desapariciones en esta zona.
Pero la búsqueda de los desaparecidos no se limita a la identificación de casos y la realización de eventos conmemorativos. La UBPD ha implementado un enfoque territorial, con 28 equipos distribuidos en diferentes regiones del país, que trabajan en estrecha colaboración con las comunidades locales, organizaciones de familiares, y otras entidades para avanzar en la localización y recuperación de los desaparecidos. Estos equipos no solo brindan apoyo técnico y legal, sino también acompañamiento emocional a las familias, quienes muchas veces encuentran en ellos un aliado en su lucha por la verdad.
En Montería, Córdoba, como parte de la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, se proyectará el documental "Por cielo y tierra" en el parque Simón Bolívar. Este evento, organizado en colaboración con la Alcaldía de Montería, la Gobernación de Córdoba, y la Unidad para las Víctimas, busca sensibilizar a la comunidad sobre la magnitud de este problema y resaltar la importancia de la memoria histórica en la lucha contra la impunidad.
El Día Internacional de los Desaparecidos también sirve como un recordatorio de la importancia de fortalecer los mecanismos de protección y prevención para evitar que más personas sean víctimas de desapariciones forzadas. La comunidad internacional, junto con los Estados, debe redoblar sus esfuerzos para garantizar que los responsables de estas violaciones a los derechos humanos rindan cuentas ante la justicia. Asimismo, es fundamental apoyar a las familias en su búsqueda de verdad, justicia y reparación, reconociendo su valentía y resiliencia en medio de una tragedia tan profunda.
En definitiva, el 30 de agosto no es solo un día para recordar a quienes han sido arrebatados de sus hogares y comunidades, sino también una oportunidad para renovar el compromiso global de luchar contra la desaparición forzada. Es un llamado a no olvidar, a no rendirse, y a seguir trabajando por un mundo en el que nadie más tenga que enfrentar la incertidumbre, el dolor, y la desesperación de no saber dónde están sus seres queridos.
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