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DIACONPAZ: líderes y lideresas del Catatumbo ponen su manos por la paz en el Catatumbo

Por: Laura Cano

Periodista Pares


La fuerza de un pueblo organizado es lo que le hace frente a un panorama de violencia que se mantiene y que, día a día, ha tenido su foco sobre las personas que ejercen liderazgos en la región. Esta situación ha traído muchas denuncias a su paso, pero, a su vez, ha motivado a muchas organizaciones a articularse para construir territorios más seguros para quienes defienden alguna causa.


Sin embargo, es necesario reconocer que en el Catatumbo los Grupos Armados mantienen una disputa por la búsqueda del control de zonas fundamentales para su movilización, expansión y fortalecimiento, así como en el interés por las dinámicas financieras basadas en las economías ilícitas. Desde el 2019 a la actualidad, trasladan y concentran los enfrentamientos hacia las zonas de la frontera colombo venezolana, específicamente el sur del municipio de Tibú y el norte de la zona metropolitana de Cúcuta, donde se identifican otros actores armados de origen paramilitar como Los Rastrojos, las AGC, y de accionar internacional.



Fuente: PARES 2021


Con lo anterior, es importante resaltar factores como la disminución progresiva de la expansión del EPL o Pelusos en el territorio y de Los Rastrojos, en la frontera; la identificación del posible pacto de no agresión entre ELN y el Grupo Armado Pos Farc del Frente 33, consolidando una división para el control territorial en parte del área geográfica del Catatumbo y el respeto de sus dinámicas como Estructuras Armadas; la agudización de enfrentamientos en la zona de frontera; y cambios en las prioridades actuales de las comandancias del EPL (Pelusos), después de Megateo, y del GAPF Frente 33.


“El contexto anterior ha generado el incremento de violaciones contra los DDHH e infracciones al Derecho Internacional Humanitario, que, en algunas ocasiones, ha sido invisibilizado por el atentado contra Duque cometido en Cúcuta y los ataques permanentes a la Fuerza Pública. Amenazas, homicidios y desplazamientos forzados masivos son algunos de los hechos más comunes, que se convierten en el pan de cada día, normalizando un escenario al interior del territorio”, comentó Cristian Peña, investigador regional de Pares.

“Al observar el fenómeno del recrudecimiento de la guerra, se identifica el aumento acelerado de amenazas que sufre la población en una zona, principalmente algunos grupos poblacionales específicos, como lo son las lideresas y los líderes, así como las organizaciones sociales, padeciendo inicialmente señalamientos y estigmatizaciones por sus victimarios. Según defensores de Derechos Humanos, el registro de denuncias por amenazas no refleja ni el 40% de las amenazas reales que suceden en estas zonas, principalmente en la subregión del Catatumbo”, agrega el investigador.


Diaconpaz: se construye desde las comunidades


A pesar de la complejidad del panorama, y de las pobres respuestas institucionales, en la subregión del Catatumbo hay personas que se organizan, y siguen poniendo sobre la mesa que en la subregión urgen acciones por la protección de líderes y lideresas sociales. Bajo ese sentir e intención, y con el apoyo y acompañamiento de Pares y la Embajada de Noruega, nació DIACONPAZ, un espacio de diálogo que desde el 2019, con la participación de 13 organizaciones sociales, comenzó a trabajar por espacios más seguros para quienes tienen liderazgos en el territorio.


Desde allí vienen expresando su preocupación por el aumento de riesgos y escenarios de violencia que viven las comunidades en la subregión del Catatumbo, así como la falta de garantías para la subsistencia en el territorio. De esta manera, nace la propuesta de construir el espacio de diálogo, teniendo como objetivo inicial proyectar e implementar instrumentos para la protección y autoprotección, desde los conocimientos y saberes locales, que conlleven a la formación de escenarios de paz.


En este momento las organizaciones que se han sumado son: Asociación de Madres del Catatumbo por la Paz Mujeres, Asociación de Mujeres Emprendedoras, Desplazadas, Discapacitadas por un Futuro Mejor (ASMEDDIT), Asociación de Mujeres Desplazadas y otros hechos Victimizantes (ASOMUDHEVICTI) Preecooperativa agroindustrial semilleros de Paz Colombia, Afrodescendientes de Tibú (AFRODETI), Asociación de Víctimas de la Unión Patriótica (ASODEVUP), Asociación Emprendedores del Buen Futuro de Barrio Largo (ASOENFO), Asociación de Desplazados del Catatumbo (ASOVIDESCAT), Asociación de Productores Agropecuarios, Ambientales, Agroindustriales y Comerciales de la Región del Catatumbo (ASOPROCAM), Asociación de Mujeres Barí (ASOMBARI) Organización Huellas de Integración de Mujeres del Catatumbo (ORHUINMUCAT), Asociación de Mujeres Víctimas y Vulnerables del Catatumbo (ASOMVIVUCAT).


Ha sido tal el trabajo de DIACONPAZ, que para este momento ya se configuran bajo una estructura organizacional clara, y es que por supuesto el trabajo en un territorio como el Catatumbo debe partir de convicciones, pero también de claridades en cuanto a un orden en la manera de accionar a partir de muchas variantes por ejemplo, los intereses de quienes allí participan.


Por eso hay que señalar que desde DIACONPAZ se han logrado establecer varias cosas desde el cómo hacer, y desde allí fue que surgió crear escenarios de acción partiendo de tres ejes: gestión y alianzas; comunicaciones; y mujer, juventud y género. Lo anterior, partiendo de la transversalidad con que deben ser tratadas y entendidas las problemáticas que afectan a las y los líderes de la subregión.


Hoy por hoy, DIACONPAZ no solo es un espacio organizacionalmente claro, sino que también se ha convertido en un espacio que invita a más organizaciones a participar, y que, desde el análisis de lo que viene sucediendo en el Catatumbo, se plantea objetivos a largo, mediano y corto plazo, teniendo siempre como bandera la protección y autoprotección de quienes han dedicado su vida a defender los derechos humanos.


No obstante, DIACONPAZ también ha visto cómo el escenario de violencia continúa afectando a los suyos. Desde el espacio de diálogo se denunció, el pasado 10 de septiembre, la desaparición del defensor de Derechos Humanos, Rodolfo Galvis, quien además de hacer parte de esta iniciativa, adelantaba defensa de los intereses campesinos y de restitución de tierras.





Asì, una de las exigencias principales de quienes hacen parte de la iniciativa es que Rodolfo regrese a su casa con vida, vuelva a organizarse con las otras personas lìderes de la subregión y le sean garantizados sus derechos y protección en medio de las causas que defiende en el Catatumbo. Intenciones que no solo deberían venir del lado de DIACONPAZ, sino también de las instituciones que deben velar por la seguridad de la población.


Hoy, desde Pares, resaltamos la importancia de este espacio de diálogo, pues las ideas y las acciones que desde allí surgen no solo responden a un contexto afectado por la violencia, sino también a la fuerza y organización de un pueblo que sigue poniendo sus esperanzas y trabajo a favor de construir un país en paz.



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