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Edificio Mónaco, las víctimas reclaman su lugar

Por: Daniela Quintero. Redacción Pares


La alcaldía de Medellín tomó la decisión de demoler el edificio Mónaco, que fue propiedad del ex narcotraficante más temido de Colombia y, que tras su muerte, fue destino turístico de la ciudad. Ahora se busca crear un espacio en conmemoración a las miles de víctimas de Escobar.


La edificación, ubicada en el barrio Santa María de los Ángeles, fue la casa del capo a finales de los 80 y principios de los 90, cuando lideraba el Cartel de Medellín. Era un símbolo de su poder y su fortín, tanto así, que el Cartel de Cali hizo estallar un carro bomba en el lugar y no logró destruirlo.

“Creo que este evento que va a ver el mundo el día de hoy, significa la derrota de la cultura de la ilegalidad y el triunfo de la cultura de la legalidad”, expresó el presidente Iván Duque este viernes, horas antes a la demolición de la construcción.


Por su parte, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, señaló que hoy la ciudad abraza su historia. “Hoy, Medellín construye un nuevo relato. Hoy, cae un símbolo para encender la esperanza. Hoy, nace un nuevo símbolo para darle luz a la oscuridad. #MedellínAbrazaSuHistoria”.


De acuerdo con el alcalde, en el espacio se construirá un parque en memoria a las víctimas del terrorismo que propagó Escobar durante más de una década en la capital antioqueña.


Ahora el protagonismo es para las víctimas


“Yo creo que esa herida aún está muy marcada y no se ha sanado. Creo que el narcotráfico rompió al antioqueño en dos. El antioqueño antes de Pablo Escobar era una persona sobria, era muy parco en su forma de vivir. Pero el narcotráfico lo cambió: era exhibir todo, el poder, el dinero, exhibirse”, dijo a Pares el artista Juan Manuel Echavarría, quien ha liderado proyectos de memoria por medio del arte y la cultura.


En este caso, considera él, son las víctimas de Pablo Escobar quienes tienen que hablar. El gobierno debe darles la voz para que decidan qué ruta tomar en cuanto a las formas de reparación.


Echavarría expresó que su familia fue víctima directa de Escobar. Según contó, su hermana Patricia fue secuestrada a manos de una banda criminal que posteriormente hizo un canje con el narcotraficante. Otros familiares fueron extorsionados y asesinados durante el periodo del terror.


“Yo a Pablo Escobar no lo considero víctima de nada, es un victimario entonces porqué guardarle la memoria a un victimario; es mejor construir algo nuevo. Por eso, es muy buena la idea de un parque si se siembran árboles porque son el símbolo de crecimiento de algo nuevo”, apuntó.


Un taxista medellinense, y quien prefirió mantener su nombre en reserva, narró a Pares que en la época de Escobar lo único que querían los jóvenes que vivían en los barrios más marginados de la ciudad era “un fuete, una moto, billete y un buen peinado”.


Un monumento a la memoria


De acuerdo con Valentina Ordoñez, abogada de la Universidad Externado e investigadora en procesos de reparación simbólica “este tipo de medidas están bien si van acompañadas de un proceso pedagógico que permita la vigencia en el tiempo del monumento o del parque monumento o memorial, precisamente para darle vida y generar un diálogo entorno a lo que pasó en ese lugar”, expresó a Pares.


“Sin embargo, si no se cuenta con la participación de las víctimas y si no se vincula a la sociedad eso se queda ahí muerto, entonces se debe garantizar todo el proceso”, agregó.


La investigadora enfatizó en la necesidad de ver cuál es la intención de hacer un monumento y saber a quién va dirigido porque también se ha criticado que estos parques monumento o placa atienden a una fórmula que se ha creado a nivel internacional y nacional.


Según su línea de investigación, una buena reparación es saber qué quieren las víctimas. “Yo investigo es justamente la reparación simbólica por medio de expresiones artísticas y culturales”, que no son estáticas y se mueven en el tiempo.


Posiciones encontradas


Al otro lado de la orilla, se conoció la opinión de un niño de 12 años, que causó furor en los medios, puesto que dijo no estar de acuerdo con la demolición del edificio.


También expresó su admiración por el narcotraficante más buscado en el mundo, debido a que se acercó por medio de la serie televisada en 2012 de “El Patrón del Mal”, que narró la vida de Escobar. Impresionado, el alcalde de Medellín le propuso al menor que visitaran juntos el lugar para que conociera el verdadero rostro de la guerra.


El experto de la Escuela de Hábitat de la Universidad Nacional Luis Fernando González aseguró en el mismo medio que implosionar el Mónaco es una oportunidad perdida. Y recordó el caso de los campos de concentración de Alemania, que fueron conservados y su historia es contada de una manera que homenajea a las víctimas no a los victimarios.


El Centro Nacional de Memoria Histórica indicó en su cuenta de Twitter que “El Edificio Mónaco es uno entre tantos recuerdos de la violencia en nuestro país.

Pero muchas comunidades decidieron no demoler sus lugares del horror sino convertirlos en lugares de memoria”. En ese sentido, el CNMH parecería haber preferido que el lugar no hubiera sido demolido.


Así las cosas, algunos académicos y artistas saludan esta iniciativa, mientras otros la critican. Sin embargo, son pocas las voces que se han escuchado de las víctimas: a quienes se supone quieren reparar.

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