Por: Anderson Salinas
La Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, que hace parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR) que se acordó en el Acuerdo de paz (2016), continúa en la décimo quinta intervención forense al Cementerio Central de Cúcuta. Uno de los procesos más complejos en el país ante las dificultades operativas halladas a principios de 2024.
El Cementerio Central de Cúcuta, se ubica en el barrio San José de la capital de Norte de Santander. Entre sus pasillos, descansan cientos de miradas que se apagaron y esperan por leer entre líneas lo que el conflicto armado escribió en este Campo Santo. Justo aquí, ante el silencio de muchos, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) lo referenció como un sitio de interés forense.
Los sitios de interés de forense son aquellos lugares donde el ejercicio de investigación humanitaria y extrajudicial que adelanta la UBPD permite establecer que en ese lugar podrían encontrarse cadáveres de personas dadas pro desaparecidas en razón del conflicto armado: tanto cementerios como lugares a campo abierto, como fincas, potreros, ríos o hornos crematorios; como los que fueron encontrados en el corregimiento de Juan Frío en Villa del Rosario (Norte de Santander.
“Es importante mencionar que cuando nos dimos cuenta de la magnitud fue necesaria redoblar esfuerzos y lograr trabajar armónicamente, con instituciones como la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la Comisión de la Verdad y entidades públicas, pero también fue importante la participación de las víctimas en lo que hoy se denomina como el Plan Integral de Intervención al Cementerio Central de Cúcuta que tiene como eje principal la construcción de paz y la posibilidad de entregar respuestas a las miles de familias en la búsqueda de sus seres queridos al interior del cementerio”, agrega Carlos Ariza, antropólogo forense de la UBPD.
El 18 de noviembre la UBPD inició en el Cementerio Central la décimo quinta intervención forense UBPD que finalizará el 1 de diciembre de 2024 y donde se identificó una línea de investigación en la que se está examinando el ingreso irregular de cadáveres entre 1999 y 2008. Especialmente porque se logró establecer que 707 personas que fueron asesinadas en el marco del conflicto armado y que habrían pasado por el instituto de medicina legal y no lograron ser identificadas, fueron inhumadas en este cementerio.
De acuerdo, al antropólogo, la intervención forense se orientó desde el Plan Regional de Búsqueda de Cúcuta, Área Metropolitana y Frontera, e inicio en el año 2019. La intervención forense se suma a la medida cautelar que dictó la Jurisdicción Especial para la Paz mediante el Auto 069 de noviembre de 2021 que prohibió cual exhumación y reubicación de los cuerpos no identificados (CNI) y cuerpos identificados no reclamados (CINR), la inhumación de nuevos cuerpos en áreas donde están estos restos, así como la manipulación de cuerpos o sus partes que estén en fosas comunes para salvaguardar lo que queda de las posibles víctimas de desaparición forzada.
Durante las catorce fases anteriores de la intervención forense se avanza en 28 de los 42 sitios de interés referenciado y donde se revisaron 9.244 cadáveres. Esta cifra es grande debido a que dentro del cementerio se buscan 707 cuerpos con interés en la búsqueda de personas dadas por desaparecidas, sin embargo, estos cuerpos se mezclaron con miles de cadáveres que no son competencia de la UBPD a raíz de malos manejos de la administración al interior del Campo Santo.
“De esos más de nueve mil cuerpos, que equivale a un universo de 2 millones de estructuras óseas, hemos enviado al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses 309 cadáveres, sin embargo 85 cadáveres se han quedado adentro del cementerio gracias al servicio de verificación de información y correspondencia post morte, que es una metodología diseñada por la UBPD para poder realizar análisis de cadáveres al interior del Campo Santo, y que una vez son finalizados los análisis no es necesario enviarlos a medicina legal”, agrega Ariza.
Ante esta realidad, el trabajo continúa y se avanza en la entrega digna a familiares de 15 cuerpos de personas que fueron víctimas de desaparición forzada en el marco del conflicto armado. Víctimas no solo de Norte de Santander sino de personas de otros departamentos, que por distintas dinámicas fueron asesinadas y sus cadáveres fueron enviados al Cementerio Central de Cúcuta. Adicional a eso la UBPD avanza en el rastreo de cerca de veinte cadáveres que están en el proceso de identificación para entregar a sus familias.
A lo que muchos referenciaron como la fosa común más grande de Colombia, incluso hallazgos de la UBPD identificaron escenarios como “La piscina” al interior del Cementerio Central donde fueron arrojados miles de cadáveres sin ningún tipo de registro o control; o incluso la solicitud hecha por defensores de derechos humanos y que llegó a la JEP donde vecinos del sector se quejaban por el traslado indebido de cadáveres producto del desplome de un muro a los costados del Campo Santo.
Hoy solo queda la esperanza que uno de los capítulos más tristes de la historia del conflicto armado en la frontera entre Colombia y Venezuela: Cúcuta, pueda seguir escribiendo una de sus páginas que centra su narrativa en la construcción de respuestas frente a una verdad que aún esperan más de cuatro mil víctimas de desaparición forzada en razón del conflicto armado que registra Norte de Santander.
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