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El compromiso de Suecia en la búsqueda de la paz en Colombia

Por: Redacción Pares


Foto tomada de: UTadeo


La historiadora Diana Uribe en uno de sus programas de divulgación afirmó que una de las claves por las que Suecia ha podido cimentar su largo periodo de estabilidad y ofrecerles a sus ciudadanos un seguro estado de Bienestar es el no haberse metido en ninguna guerra en el Siglo XX. De hecho, la última guerra en la que participó fue en 1814 contra Noruega. Cuando en 1995 se adhirió a la Unión Europea uno de los compromisos fue ayudar a consolidar procesos de paz en África, Asia y América Latina. A través de la Agencia Sueca Internacional para el desarrollo, creada en los años sesenta, ha podido ser un faro para intentar erradicar el hambre, la pobreza, en el mundo.


Otro de los secretos de la cultura nórdica ha sido la constante y profunda relación entre sus gobiernos y la sociedad civil. Suecia tiene uno de los modelos sindicales más estables y cooperativos del mundo, parte de la organización de las escuelas y del cuidado la tienen asociaciones de padres de familia y en gran parte del país es común que las personas estén en uno o dos voluntariados adicionales a sus trabajos formales. Fue uno de los primeros países en implementar una política exterior feminista y orientada a la construcción de paz en el mundo, y nadie hoy puede negar su rol en la lucha contra el cambio climático.


En Colombia, Suecia ha ayudado al intento de consolidar la paz y el cumplimiento de los Derechos Humanos desde hace más de tres décadas a través de diversas estrategias de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el desarrollo, ASDI y de otros instrumentos de cooperación bilateral, desde la creación de su primera embajada en 1957. Gracias a esto se apoyó a la Defensoría del Pueblo, creada en la constitución de 1991, brindando recursos y capacidad técnica para la protección de los Derechos Humanos.


En el 2003, según la investigación de Guillermo Martínez para la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario en el año 2017, la cooperación entre Suecia y Colombia en la búsqueda de la paz se solidificó en el año 2003 con la financiación y elaboración del informe Colombia, callejón sin salida, que estableció en que se enfocaría la colaboración de Suecia en Colombia: buscar una salida negociada al conflicto. Desde entonces los esfuerzos tanto diplomáticos como de cooperación han sido coherentes.


Fue con apoyo de la cooperación sueca que la Corporación Nuevo Arcoiris, a través de su director León Valencia y de sus investigadores, Laura Bonilla, Mauricio Romero y Claudia López, hizo la investigación que develó el tamaño y complejidad de los nexos entre paramilitares y políticos. Esta investigación fue insumo para que la justicia colombiana terminara condenando a 86 congresistas. En el prólogo del libro Parapolítica, la ruta de la expansión militar y los acuerdos políticos, publicado en el 2007, el director de Nuevo Arco Iris agradece el auspicio de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo, ASDI para realizar esta ambiciosa y fructífera investigación. En el mismo período de tiempo se apoyó la reconstrucción del tejido social en lugares tan devastados como Montes de María y se aportó a instrumentos internacionales como la Unión Europea y el Sistema de Naciones Unidas en esfuerzos orientados a conseguir la paz.


Durante el primer gobierno de Juan Manuel Santos, cuando arrancaron las conversaciones de paz con las FARC, el gobierno sueco aumentó la ayuda a Colombia de US$25 millones a US$34 millones. Con su programa Suecia, un socio para la paz en Colombia”, hizo más viable la posibilidad de terminar de manera pacífica el conflicto con las FARC.  En el año 2016 Margot Wallström, ministra de relaciones exteriores, aplaudía el final feliz que tuvieron los diálogos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC. Además anunciaba un paquete de ayuda para implementación de los acuerdos que alcanzaba los USD$ 112 millones que tendrían que aplicarse en los siguientes rubros: restitución de tierras, la reparación a las víctimas, las mujeres como actoras de paz, la promoción de la inversión de empresas en paz, la gobernabilidad y la anticorrupción, los esquemas nacientes de justicia transicional, las estrategias de reconciliación, la protección de los defensores de derechos humanos, las iniciativas de jóvenes para transformar entornos, las redes locales de paz hoy proactivas en la paz de los territorios y la pedagogía para la paz y la convivencia.


La Cooperación Sueca continúa apoyando los esfuerzos de paz del país.  En el 2023 Per Olsson, director de la Agencia Sueca para la Paz, la Seguridad y el Desarrollo visitó Colombia y ratificó el compromiso con la implementación del acuerdo de paz del 2016 y también de la inclusión del enfoque de género en la actual política de seguridad. Así mismo, en esta nueva estrategia para Colombia se intuye que el país nórdico seguirá apoyando los esfuerzos de Paz en el país, lo que se percibe en la participación de Suecia como país acompañante del proceso de paz con el ELN.


Este año se cumplen 150 de historia de las relaciones diplomáticas entre ambos países. ¡Qué difícil hubiera sido acercarse a la paz sin el apoyo de éste y otros países que se han mantenido al lado de la promoción de la paz! La continuidad de su apoyo será fundamental si en los próximos años aspiramos al definitivo y total silencio de los fusiles.

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