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El cuidado de la Amazonía en el gobierno Petro

Por: Germán Valencia

Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia


La conservación de la Amazonía se está convirtiendo para Gustavo Petro en el eje articulador de buena parte de sus propuestas de gobierno. Su llamado a garantizar la integridad de la cuenca amazónica le ha permitido poner en diálogo varios de los componentes de su plan de gobierno: está en completa concordancia con su idea de desarrollo, con la transición energética y con su nueva política exterior, entre otros pilares.

Dialoga con su idea de desarrollo al apuntarle de manera directa a la protección de la vida. En su Plan Nacional de Desarrollo, llamado “Colombia, potencia mundial de la vida”, el gobierno Petro le propone al mundo convertirse en un defensor del agua y la naturaleza de primer orden. De allí que la propuesta de no tumbar árboles ni destruir el suelo sea una propuesta que encaja muy bien con el cuidado que propone de la selva Amazónica.

Lo mismo pasa con su controversial propuesta de transición energética. El cuidado de la Amazonía, que busca la protección, conservación y restauración del suelo y la descarbonización, conlleva la no explotación de hidrocarburos –carbón y petróleo–. De allí que siempre, en los discursos de Gustavo Petro ante la comunidad internacional, esté presente la idea de que estamos en un punto de no retorno y que se requiere hacer frente a la crisis climática acelerando la transición de la matriz energética.

Finalmente, la propuesta de realizar un pacto regional para salvar la Amazonía le está ayudando al gobierno Petro a reconfigurar la política exterior colombiana. Su propuesta de cuidado de la naturaleza se viene convirtiendo en un objetivo común, para la que se requiere la cooperación regional. El Gobierno Colombiano le está ofreciendo a siete países más –Brasil, Perú, Venezuela, Surinam, Ecuador, Guyana y Bolivia– que tienen en común la naturaleza transfronteriza amazónica, que se unan para defender este recurso colectivo.

Es una propuesta de cooperación para el desarrollo ambiental que le está permitiendo al gobierno Petro, por un lado, construir un liderazgo regional y mundial, pues es un ideario que une a todas las naciones bajo la idea de “supervivencia de la humanidad” y que este líder Suramericano promete revitalizar; y, por el otro, proponer al mundo una nueva propuesta de desarrollo de “transformar todo el sistema económico mundial” como el mejor camino para preservar la vida.

Igualmente, es una propuesta que le permite a los gobiernos de la región cambiar la esencia de la unión: ahora ya no se trata de lograr una asociación para intercambiar bienes o servicios –desarrollar mercados como Mercosur o la Comunidad Andina–, sino una unión para proteger lo que es de todos y aprovecharlo para aumentar la riqueza nacional. La idea es canjear la deuda mundial por bonos de carbono que ayudarán a reducir el déficit fiscal y aumentar el bienestar social.

Incluso, la propuesta de protección del bioma amazónico tiene otros efectos colaterales positivos. Le permite fortalecer la idea de seguridad humana que se desarrolla en la Paz Total, al darle argumentos para luchar contra las organizaciones criminales transnacionales que usan el amazonas para deforestar la selva y sembrar coca –narco-deforestación– o explotar el suelo de forma indiscriminada, acabando con la riqueza de todos y destruyendo la vida.

Al igual que trabajar en la redistribución del ingreso y la reducción de las desigualdades regionales, pues el Gobierno tiene la idea de pagar su deuda con prestación de servicios ambientales. Recursos que provendrán de la comunidad internacional para la conservación y uso sostenible de la riqueza natural del país y cuyo principal destinatario serán las poblaciones indígenas y comunidades locales de la Amazonía, teniendo un efecto redistributivo.

Todas estas son razones suficientes para que el presidente Petro quiera, de manera especial y personal, encargarse de los preparativos para la realización de la Cumbre Amazónica o Cumbre de Países del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), que se celebrará en agosto próximo en la ciudad de Belém, estado de Pará, Brasil. El Gobierno Petro desea que este encuentro –con el que celebrará su primer año de mandato–, al cual asistirán los ocho gobiernos, sirva como carta de presentación de su programa de gobierno y su propuesta de liderazgo regional.

Desea invitar a los asistentes a la Cumbre a que reflexionen sobre lo conveniente que es para ellos y para el mundo que se reduzca la exploración y explotación de hidrocarburos en la selva amazónica. Busca poner de acuerdo a los ocho países –que se sitúan en la cuenca– sobre la importancia de cuidar la selva como estrategia para salvar vidas y culturas. Pretende que firmen un pacto de protección de la Amazonía para que trabajen conjuntamente por reducir la crisis ambiental.

Sacrificio que tendrá para los países de la región compensaciones económicas mediante el pago del oxígeno, el florecimiento de un turismo sostenible y la generación de valor que tiene la bioeconomía. Recordando Luiz Inácio Lula da Silva que el mundo se ha comprometido con destina, por lo menos, 100.000 millones de dólares para financiar la acción climática en los países en desarrollo al 2030 y que harán parte del “Nuevo Pacto Financiero Global”.

En breve, el Gobierno Colombiano es consciente de que sin el apoyo de los países que integran la OTCA su promesa de convertir a Colombia en Potencia Mundial de la Vida será muy difícil. De allí que buscará generar una conciencia del cuidado del ambiente y de la responsabilidad compartida que tienen. Se requiere del compromiso regional, de trabajo conjunto, de un consenso y articulación sobre un recurso escaso que es valioso y que podría salvarnos de la catástrofe global.

*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.


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