Por: Redacción Pares
El 18 de abril del 2024 Euclides Torres por fin rompió el silencio. Siempre había creído que una de sus principales cualidades como hombre de negocios era la discreción. A pesar de amasar una fortuna a partir de la red de alcaldes, concejales y funcionarios que puso, a nombre de sus hermanos, sus hijos y conocidos en Puerto Colombia, su nombre sólo se conoció mediáticamente a nivel nacional en el 2018. Aparecía en las supuestas “chuzadas” por las que se le abrió investigación al entonces senador Armando Benedetti. Entonces se supo de sus negocios que lo habían convertido en el zar del alumbrado público y uno de los pioneros de este negocio así como de las 17 sedes disgregadas en diferentes puntos del país que tenía en ese momento su centro de rendimiento de conductores.
Las aguas se aquietaron durante años hasta que su nombre volvió a acaparar titulares en todo el país al estar asociado con la financiación de la campaña de Petro después del escándalo que salpicó al hijo del presidente, Nicolás Petro. Ese 18 de abril Torres compareció ante la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes. En un comunicado de seis puntos que leyó al pie de la letra negó que hubiera tenido alguna participación en la financiación a Petro candidato a la presidencia.
Torres se hizo de la mano de Bernardo Hoyos Montoyahace aproximadamente 24 años. Desde entonces -y aunque no lo ha declarado públicamente- sería el dueño de cuarenta compañías que tienen a cargo millonarias concesiones con el alumbrado público. En los años noventa sólo había una persona más famoso que el cura Hoyos en Barranquilla: el locutor de fútbol Edgar Perea. Creador del grupo Movimiento Ciudadano y con el apoyo de la Alianza Democrática M-19 ganaría la alcaldía de Barranquilla por primera vez en 1992. Se supo ser fuerte en uno de los sectores más deprimidos de la arenosa gracias a su liderazgo y también a un estadero comunitario en donde se bailaba salsa brava: el Rincón Latino. Allí iban, a comienzos de los noventa, desde habitantes de barrios como La Chinita, el Boliche, el Ferry, Primero de Mayo, hasta intelectuales y, sobre todo, políticos. La fila en los noventa para pedirle audiencia al entonces todopoderoso cura era larga: Roberto Gerlein, Gustavo Bell, Antonio Navarro Wolf, el jovencísimo Armando Benedetti, y el propio Ernesto Samper solían aparecer por este lugar en donde las voces de Ismael Miranda y Hector Lavoe se confundía con la de Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez o Alí Primera.
Repitió alcaldía en 1998 pero ya la justicia le pisaba la sotana. En su primer mandato se vio envuelto en escándalos de corrupción como fue la compra, en un 300% por encima de su valor, del edificio de la alcaldía. Por este caso fue condenado. También le cayó encima en el 2007 el DAS acusado del delito de "peculado a favor de terceros" y "celebración de contrato sin el lleno de los requisitos legales" por la compra de el Vesubio, un terreno de más de 500 hectáreas que estaba destinado para crear una urbanización que albergara a víctimas del conflicto armado. Una serie de descuidos hicieron que el cura terminara condenado.
Las condenas llovieron sobre él, se sucedieron una tras otra. En el 2021 lo condenaron a siete años de cárcel por haberle entregado un contrato al constructor Fernando Jorge Thorne por más de 1.400 millones de pesos. Las obras nunca se hicieron. Por esa época el Rincón Latino, el lugar donde pagaba su condena, vivió otra época de esplendor. El petrismo de la Costa Atlántica quería su apoyo a las elecciones presidenciales. A pesar de todos los cuestionamientos, las condenas, Bernardo Hoyos seguía moviendo masa. Incluso, fue a través de Bernardo Hoyos, que llegó al petrismo Euclides Torres. Igual el Clan Torres tenía una fuerte conexión en Puerto Colombia desde hace décadas con Armando Benedetti.
En el último informe de la línea de democracia de la Fundación Pares se aborda el tema de los nuevos clanes políticos, los que han surgido después de la reconfiguración política que constituyó para el país la victoria de Gustavo Petro, el primer líder de izquierda en imponerse en unas elecciones presidenciales. En ella se muestra el poder de contratación que ha tenido Euclides Torres en los últimos dos años.
Torres ha tenido duros cuestionamientos de la Super Intendencia de Industria y Comercio por el oligopolio que presuntamente ha montado a través de sus empresas que han atenazado el alumbrado público. A pesar de esto Petro, a través de su hijo Nicolás, habría aceptado el apoyo de Euclides Torres para su campaña.
Esta red de los Torres queda sobre la lupa en este informe que recomendamos leer y que da claros visos de los nuevos poderosos de la Costa Atlántica.
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