Por: Redacción Pares
La historia la cuenta el periodista de El Espectador Nelson Fredy Padilla. La primera señal de que la guerra se había instalado en Arauca data del 3 de junio de 1964. En esa fecha Silvano Novoa Bonilla, quien era en ese momento alcalde de Tame, le escribía al entonces ministro de Justicia, Alfredo Araujo Grau, una carta informándole que habían descubierto unos plantíos de marihuana y que habían cinco detenidos. El presidente era Guillermo León Valencia y dos años atrás había dado la orden de colonizar estas tierras. La región era el Sarare. Cuando los campesinos llegaron a la tierra que les habían dado se sentían dentro de un cuento de Juan Rulfo. La tierra era un desierto en medio de la nada del llano. No había como comerciar con nadie. Tenían que aprender a sobrevivir. Por eso, desde que les dieron la tierra, fue una lucha constante en donde jamás tuvieron el apoyo del Estado.
Desde 1983 las condiciones se agravaron aún más. En ese momento se instaló el ELN en ese territorio. El frente Domingo Laín empezó a suplir el espacio que debía llenar el Estado. Desde ese instante el departamento quedó condenado a la estigmatización y a la eterna disputa de los grupos armados de 300 kilómetros de frontera con Venezuela que se han convertido en corredores para traficar droga, armas, combustible. La guerra ha dejado sus catástrofes, masacres como la del caserío de Santo Domingo que ocurrió el 13 de diciembre de 1998 en donde en un enfrentamiento entre las FARC y el ejército murieron 17 personas entre las que se incluyen seis niños. Entre el 2004 y el 2010 una guerra entre el ELN y las FARC por intereses sobre el narcotráfico regional dejó una estela de muertos y desplazados.
Pero a todos estos males hay que sumar el flagelo del reclutamiento forzado. En el próximo informe de la línea de Paz de la Fundación PARES titulado Cuerpos para la guerra, violencia basada en género y reclutamiento en la frontera colombo-venezolana se trata uno de los temas más escabrosos de la guerra. durante el año 2024, la defensoría del pueblo informó que en el primer semestre del año se registraron 159 casos de reclutamiento de NNA, de los cuales el 51% pertenecen a pueblos indígenas, el 31% a ningún grupo étnico, el 5% a comunidades afrocolombianas y un 13% del cual no se cuenta con información. En el caso del departamento de Arauca y la zona fronteriza del alto Apure venezolano, la información que proporciona la Defensoría, indica que es el segundo departamento con más casos de reclutamiento con un total de ocho casos reportados en lo que va del año solo después del Cauca con 125, el cual lidera las estadísticas con amplio margen sobre el resto del país.
Como veremos en el informe los casos de reclutamiento no son fiables ya que presentan un subregistro. En una zona totalmente golpeada por la guerra y la presencia de grupos armados, es normal que los padres sean completamente intimidados por ellos y les de miedo denunciar.
PARES cuenta con información proporcionada por la Fiscalía General de la Nación, en la que se evidencia el fenómeno de reclutamiento en el departamento de Arauca desde 2022 hasta el primer trimestre de 2024 (grafica No 4), en la cual se registran un total de 37 casos y 39 víctimas, uno de ellos ocurrió en el municipio de Fortul y está relacionado con el accionar del ELN[1]. Así mismo Tame al igual que en otras estadísticas lidera las cifras de reclutamiento forzado de NNA en el departamento, concentrando el 48% de los casos y la mitad de las víctimas, es decir, el 51% desde enero de 2022, hasta abril de 2024.
Todos los detalles sobre la situación en Arauca sobre Violencia Basada en Género y Reclutamiento forzado de menores, se verá en el informe que saldrá este 18 de octubre.
Ver informe:
[1] Información obtenida a través de la Fiscalía General de la Nación por medio de un derecho de petición solicitado por Pares.
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