Por: Luis Eduardo Celis Analista de conflictos armados y de sus perspectivas de superación – Asesor de Pares
El siguiente artículo fue elaborado para un contenido especial de El Espectador. Lo compartimos desde la Fundación Paz & Reconciliación (Pares) con la autorización de su autor y con algunas correcciones de estilo de acuerdo a los lineamientos editoriales de la Fundación:
El ELN es la guerrilla más antigua de América Latina y todo apunta a que en lo que resta de este Gobierno la situación seguirá igual, con las dolorosas consecuencias que la guerra trae para Colombia. ¿Hay perspectivas de diálogos con el próximo Gobierno? ¿Qué piensan de la administración Biden? ¿Qué opinan del paro nacional? Responde desde La Habana el jefe de la delegación de diálogos y ahora segundo comandante de esa guerrilla, ‘Pablo Beltrán’.
El 4 de julio la guerrilla del ELN cumplió 57 años en armas y, desmovilizada la de las Farc, viene a ser la más antigua del continente americano. Son casi seis décadas de lo que comenzó como un movimiento subversivo típico de la Guerra Fría y que terminó siendo uno de los actores de la guerra en Colombia, conflicto en el cual ha habido guerrillas de distintos tintes, paramilitares, violencia de actores estatales, entre otros.
Pese a las declaraciones de distintos gobiernos en la historia de Colombia, al respaldo de países amigos, al empeño de la iglesia católica y a las comunicaciones oficiales de esa guerrilla, el ELN y el Estado colombiano no han alcanzado un acuerdo para firmar la paz.
En medio de esa situación, lo único claro es que el ELN sigue vigente en la vida del país y que no hay semana en la que no se le mencione por esto o por aquello. En las dos últimas semanas de junio apareció como una de las organizaciones a las cuales el Gobierno y las FF.MM. señalan como posibles responsables del ataque con carro bomba a la Brigada 30 en Cúcuta, hecho en el que el ELN afirma no tener responsabilidad. Sobre estos dos temas habló también el Nuncio Apostólico, monseñor Luis Mariano Montemayor, quien en entrevista con Noticias Caracol dijo que lo mejor es esperar a ver qué resultado arrojan las investigaciones, pero que, hasta el momento, cuando el ELN es responsable de un hecho lo reconoce.
También se les mencionó como autores del ataque con disparos contra el helicóptero que transportaba al presidente Iván Duque entre Sardinata y Cúcuta, el 25 de junio, hecho sobre el cual dicha guerrilla no se ha pronunciado. Y a finales de junio, el ministro de Defensa, Diego Molano, los responsabilizó de ser los dueños de un importante laboratorio de procesamiento de cocaína en el municipio de Samaniego, en Nariño, tema que también niegan.
El único militante de esa guerrilla que ha estado en ella durante sus 57 años de existencia es Nicolás Rodríguez Bautista, alias ‘Gabino’, quien recientemente dejó la jefatura máxima de la organización en manos de Antonio García. Como segundo comandante quedó Israel Ramírez Pineda, alias ‘Pablo Beltrán’, quien permanece en Cuba como jefe de la delegación de dialogo del ELN.
Desde La Habana, ‘Pablo Beltrán’ respondió esta entrevista donde habla de los aprendizajes que han tenido tras tres décadas de intentar la solución negociada, habla de la protesta en curso en Colombia, de la administración del presidente Biden en EEUU, y de los derroteros frente a un proceso de paz.
El conflicto del que participa el ELN se mantiene en por lo menos ciento cuarenta municipios de Colombia, que viven una pequeña expansión desde la salida de las FARC de la confrontación armada. El del proceso de paz con los elenos es un asunto pendiente que el presidente Duque no podrá resolver y debe ser asumido en el debate presidencial en curso.
El ELN nació hace 57 años. ¿Se mantienen vigentes sus coordenadas o ideales casi seis décadas después? ¿cuáles son?
El Ejército de Liberación Nacional fue fundado el 4 de julio de 1964 ante la inexistencia de vías legales para que el pueblo accediera al poder en Colombia, bloqueo que hoy persiste; además desde 1989 agregamos a nuestros lineamientos el propósito de trabajar por una solución política al conflicto interno.
Luchamos por la liberación nacional para tener una democracia soberana que no sea sojuzgada por el imperio norteamericano ni por otra potencia, tal gesta independentista solo es posible con el esfuerzo conjunto de los pueblos de América Latina y el Caribe.
El norte socialista lo buscamos a partir de la actual lucha por la democratización del país para llegar a ser un real Estado social de derecho, conscientes que la ruina de la democracia representativa la iremos resolviendo con un poder popular que le garantice a la sociedad expresiones de democracia directa y participativa.
¿Qué aprendieron y por qué no fue posible avanzar en un proceso de paz con los Gobiernos colombianos desde 1991?
En 2006 en el Cuarto Congreso Nacional del ELN hicimos este resumen de lecciones aprendidas: “hay que manifestar una voluntad sincera de tomar el camino de la Solución Política, opción que significa disposición para dejar la vía de la fuerza violenta, teniendo claro que la oligarquía al no poseer la misma voluntad, bloquea el desarrollo de la solución política, por lo que de entrada no se puede pactar la desmovilización”.
Racionalización que hoy completamos diciendo que el camino del diálogo, de firmar y cumplir Acuerdos de paz, la gran mayoría de la sociedad que desea pasar la página de la guerra debe imponérselo a las élites dominantes.
De cara a la paz de Colombia, ¿ven algún cambo positivo con la llegada del presidente Biden a la Casa Blanca? ¿Pueden darse cambios en la fracasada guerra contra las drogas?
Lo que observamos es la política imperialista de siempre, vean cómo los Estados Unidos en vez de respaldar los Acuerdos firmados con los campesinos sobre sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito siguen imponiendo la fumigación con Glifosato, que implica un doble perjuicio para Colombia: 1) al mantenerla hundida en una fracasada Guerra contra las drogas y 2) es un ataque a los Acuerdos de Paz de 2016.
Por fortuna crece el número de fuerzas políticas que abrazan la búsqueda de una solución alternativa para esta maléfica Guerra contra las drogas, que ya nos ha desangrado por medio siglo; es imposible tener una Colombia en paz sin echar por tierra este invento que impuso Nixon desde 1971.
¿Qué perspectivas de cambio ven en una Colombia como la actual, que ha protagonizado la más formidable protesta de toda su vida republicana?
Este levantamiento popular protagonizado principalmente por la juventud indica que ella “ha tomado en sus manos los destinos del país” como lo pidió Jaime Garzón, lo que constituye un campanazo de alerta para las élites gobernantes que están al servicio de una minoría de súper ricos, sublevación que las obliga a cambiar o a que se quiten del medio para que otros gobiernen para la mayoría de la sociedad.
Uribe y sus seguidores se equivocaron doblemente creyendo que el miedo a la pandemia iba a bloquear las protestas que surgieron ante las reformas antisociales que quisieron imponer; y se equivocan igual que Hitler cuando invadió a la Unión Soviética en 1941 y creyó que el terror provocado con la crueldad paralizaría la resistencia, y lo que se demuestra es que esta se consolida.
¿Es posible volver a una mesa de diálogos y negociaciones con un próximo Gobierno? El senador Gustavo Petro ha dicho que haría un acuerdo de paz con el ELN en tres meses si fuera el futuro presidente. ¿Qué opinión le merece esta afirmación?
Petro o el que gane la elección presidencial del año entrante debe acoger el sabio consejo del maestro William Ospina, quien convoca a un cambio de modelo en las negociaciones de paz, según él las élites desmovilizan una guerrilla cada 15 años, nada cambia en Colombia y todas las culpas se las echan a quien se desmoviliza.
Colombia es rehén de una Guerra sin fin decretada por EEUU contra las drogas, para liberarnos de ella hay que cambiarle el chip de guerra a la plutocracia que domina en Washington, para que hagan su política exterior de otra forma, parecida a cuando se decidieron a ser un buen vecino de América Latina y el Caribe hace 90 años.
Las anteriores premisas son indispensables para que lleguemos a ser una nación en paz, democracia y equidad, propósitos que los va a lograr la gran mayoría del país que quiere dejar atrás 7 décadas de conflicto interno.
¿Qué le puede aportar el ELN a una Colombia en paz?
Colombia puede seguir contando con nosotros para que tengamos una paz estable y duradera, para sacar la violencia de la política, para que tengamos un destino común que le dé la dignidad que nos merecemos como pueblo y como nación, para ello estamos dispuestos a una conciliación y esperamos que haya una respuesta recíproca a esta voluntad nuestra; insistimos en la solución política del conflicto pero de seguir bloqueada, el pueblo colombiano sabe que cuenta con nosotros para la resistencia hasta que la presión social logre desbloquearla.
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