Por: Luis Eduardo Celis
La residencia en Bogotá de Hildebrando Vélez, padre de la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez Torres, ha sido asaltada. El móvil de esta agresión es el robo de información para seguir montando nuevas agresiones.
El robo de información ha sido practicado en los últimos años contra periodistas, centros de pensamiento, líderes sociales y políticos. Es una forma de atacar a opositores, de intimidarlos. En algunos casos las personas optan por el silencio o el exilio y los agresores logran su propósito de acallamiento.
No hay investigaciones penales con resultados a pesar de que los autores materiales están ligados a alguna forma de poder, no son simples delincuentes actuando por el robo de unos computadores, Muy por el contrario, son acciones ligadas a agendas de acción política.
Que ocurra es grave, que no se sancione lo es más. Esa impunidad, como todas las impunidades, alienta a quienes violan la ley a persistir y permanecer en su lógica de actuación criminal.
En Colombia vivimos una época de cambio. El robo de información a Hildebrando Vélez está ligado a la actuación del gobierno del presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, que lideran una agenda de cambio en la que está el tema energético y minero donde el liderazgo de la ministra Irene Vélez Torres juega todos los días como la responsable de primera línea de las necesarias e importantes transformaciones que se requieren en estos sectores tan importantes para la sociedad colombiana.
Las agresiones delincuenciales y el saboteo a la acción de gobierno deben ser respondidas con acción judicial y rechazo ciudadano.
Tantos años de atropellos y violencias, muchas de ellas dirigidas desde instancias de poder, deben quedar atrás y eso requiere mucha acción ciudadana y rigor desde el gobierno, afortunadamente un gobierno como el del presidente Petro, comprometido con una democracia de mayor calidad.
*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.
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