top of page

El líder al que mataron por soñar con sustituir los cultivos de coca en el Putumayo

Foto del escritor: Redacción Pares Redacción Pares

Por: Redacción Pares




El 19 de marzo del 2020 el mundo sólo estaba enfrascado en un sólo tema: la pandemia. Súbitamente había dejado de ser un tema aislado, restringido sólo para la sección internacional de las noticias. El virus Covid 19 había llegado al país y se empezaban a tomar medidas. Ese día, para cientos de personas en el Putumayo, todo se nubló. Marco Rivadeneira, histórico lider social que se encargaba de promover las bondades que tendría la sustitución de cultivos en ese departamento.

 

Rivadeneira fue presidente de la Asociación Campesina de Puerto Asís Putumayo (ASOPUERTOASIS). También integraba el Comité Nacional de la Coordinación Colombia, Europa, Estados Unidos (Coerupa). Asimismo, el líder social pertenecía al Congreso de los Pueblos, quienes manifestaron su repudio. Señalaron desde su cuenta en la red social Twitter: “Compañero Marcos las balas te arrebataron la vida, pero tus sueños seguirán dejando tu huella y legado por un país para la vida digna.”

 

Marco había avanzado más que nadie en su territorio para apuntarle a la sustitución de cultivos. El Putumayo es una de las zonas del país más afectada por la utilización de la hoja de coca como ingrediente para una de las drogas con mayores indices de adicción y destrucción en el mundo, la cocaína. Uno de los acuerdos a los que se llegaron con las FARC en el proceso de negociación fue la de sustitución de estos cultivos. Rivadeneira a través de la organización que presidía, ASO-PUERTOASIS, llegó a un acuerdo el 6 de agosto del 2019 con el ministerio del interior para crear otras alternativas paralelas al cultivo de la hoja de coca. La erradicación forzada no era una solución. Sabía la complejidad que traía esto a un departamento con la alta influencia que tenían los grupos armados alli.

 

La última aparición pública de Marco Rivadaneira fue el 3 de marzo del 2019, en una reunión convocada por la Mesa por la Vida que se efectuó en Puerto Asis, que tenía el respaldo de la Procuraduría, la Defensoría y la Comisión de la verdad. Allí líderes como Rivadaneira expresaron el miedo causado por las amenazas de muerte, por el acoso constante de los grupos armados hacia ellos y su labor. Marco tenía razón. Dos semanas después lo asesinaron. Su muerte no pudo ser llorada ni tener la repercusión que tendría el asesinato de un líder de su arrojo y valentía, la cuarentena asumida para contrarrestar la pandemia, nos encerró a todos y ni siquiera nos permitió llorar a uno de los hombres que más luchó por la transición a otros cultivos en el Putumayo y dejar a un lado la coca sin mayores traumatismos. Por eso su recuerdo y legado están vivo cinco años después de su muerte.

 

 

Comments


bottom of page