Por: Redacción Pares
En México la dignidad está de moda. Su presidenta, Claudia Sheinbaum, también. Desde su discurso cuando asumió la presidencia de México mostró una fuerza telúrica. Frases como “No llego sola, llegamos todas”, dicha ante el congreso mexicano el día de su posesión, aún retumban en la sangre de los aztecas. Su mismo traje de posesión fue una declaración de principios, un vestido color marfil con flores bordadas exaltando el trabajo artesanal de las indígenas mexicanas, la invitación de Ifigenia Martínez, una luchadora de la política de 94 años quien fue la elegida para ponerle la banda presidencial, y en el discurso dejó muy claro un tema que está preocupando a toda Latinoamérica: la soberanía.
Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos, México ha tenido complicaciones históricas por tener en su frontera norte un gigante de esas proporciones. Trump y su obsesión por deportar inmigrantes y su creación de un muro han sido el último enemigo que ha tenido que soportar el país Azteca. Pero se han cerrado filas en torno a la presidenta que goza de un inusual 80% de aorobación. Todo lo que suene a cuestionar sus decisiones será tildado de Malinchismo, a traición a la patria. Porque Trump arrancó su mandato con todo contra México. Los aranceles desmesurados del 25% que anunció el sábado recibieron un fuerte revés: la Sheinmabum se le paró en frente.
En un discurso grabado en 10 minutos, desde su despacho, la muy digna presidente de México, Claudia Sheinbaum paró en seco a Donald Trump. Su estrategia, para defenderse de la guerra comercial que le impuso los Estados Unidos, fue diferente a la de su homólogo, el canadiense Justin Trudeau, quien impuso aranceles de hasta el 25% a los productos norteamericanos, Sheinbaum usó, como un boomerang, los argumentos esgrimidos por Trump contra él mismo. El nuevo mandatario aseguró que existía complicidad entre el crimen organizado y el gobierno. Por eso la mexicana dijo lo siguiente: “Si en algún lugar existe tal alianza es en las armerias de Estados Unidos que venden armas de alto poder a estos grupos criminales”. A esto vino una llamada del presidente Trump en donde reversó la medida a cambio de que en México dispongan de 10 mil efectivos para reforzar la frontera y evitar el paso de migrantes. La dura Sheinbaum cedió con firmeza, según ella los guardias estarán allá no sólo para detener migrantes sino para cuidar que el tráfico de fentanilo, que se mueve de EEUU a México, tenga un filtro.
La presidente afirmó que desde 1994, cuando se estableción un TLC con EEUU no se presentaban aranceles tan altos algo que podría afectar no sólo la economía mexicana sino la norteamericana. “La soberanía no se negocia” afirmó en su comunicado.
Marcelo Ebrand, secretario de economía de México, afirmó en una frase lo que muchos de sus paisanos piensan de Sheinbaum: “Lo que logró la presidenta es algo totalmente insólito. Ayer esto era imposible. Entonces yo sí la felicito presidenta, esto es un orgullo”. Las claves de la presidenta, según lo han resaltado medios como la BBC han sido la paciencia y el respeto. Saber jugar con la diplomacia. La creación de programas como “México te abraza” servirá para recibir y atenuar los problemas de los cientos de miles de inmigrantes que serán deportados en los próximos meses a México. En Colombia el presidente Gustavo Petro también está liberando fondos para ayudar a los deportados con programas de alto impacto social. Estos dos presidentes en Latinoamérica son de los pocos que han decidido plantarle cara a Trump.
Todo eso sabiendo con quien se enfrenta, pues si llega a afirmar que “lo que acá no hace falta es valentía” lo hace sabiendo que debe estar dispuesta a colaborar y a saber ceder cuando toque. Al frente está un presidente impulsivo, torpe en lo político, que desató una guerra comercial con gobiernos que no considere sus aliados. La presidenta de México sabe jugar con fuego y por eso su mismo pueblo la está apoyando.
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