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El Papa Francisco se la jugó toda por lograr la paz en Colombia

Por: Redacción Pares




Para la historia quedó la resistencia que tuvo el Papa Francisco para soportar estos últimos días. En los días santos intentó hacer presencia pública a pesar de que ya la enfermedad que tenía lo venía consumiendo. Desde el pasado viernes 14 de febrero había ingresado al hospital Gemelli en Roma en donde había entrado y salido en los últimos meses por culpa de una bronquitis. Tenía 88 años. Jorge Bergoglio se caracterizó por su compromiso con la paz en Colombia. Incluso llegó a granjearse algunos enemigos en este país por su respaldo, específicamente, al proceso de paz entre Santos y las FARC. Su visita en el 2017 fue fundamental para darle el espaldarazo que necesitaba la firma del teatro Colón después de que el uribismo reclamara que esta firma no tenía ningún valor después de haber perdido -a punta de engaños, de mentiras- el referendo.

 

Pero el Papa también estuvo pendiente de los acercamientos que tuvo el gobierno de Santos con el ELN. Hay un milagro que pocos le reconocen y que, más que milagro, es simplemente fue gestión de la paz, comprometerse con un postulado. Es que, por las semanas de su visita a Colombia, comprometió al ELN, grupo que tiene un ADN marcadamente católico, esta guerrilla decidió extender y cumplir un cese al fuego real, verificado. Esta cifra se superó durante este gobierno, el de Petro, cuando se cumplieron 180 días sin acciones violentas por parte de esa guerrilla. La visita de Bergoglio a Colombia fue un espaldarazo claro a los intentos de paz de Santos no sólo con las FARC, con la que logró conseguir su firma, sino que despertó el rechazo de una parte del uribismo que no quería a Francisco acá en el país.

 

Pero no sólo se quedó con el apoyo a Santos sino que quería continuidad con los procesos para acabar con el conflicto en el país. Para esto nombró como nuncio apostólico en Colombia a su amigo personal Luis Mariano Montemayor que tenía como misión conseguir y dar las condiciones para que el país pudiera llegar al puerto de la paz total. Montemayor logró que en el 2021 el gobierno del presidente Duque pudiera tener contactos con el ELN y lograr conformar una mesa de diálogo.

 

En este gobierno, el de Petro, también el vaticano estuvo abierto para lograr sentar a los siempre díscolos comandantes elenos. Incluso su oficina en Roma estuvo de puertas abiertas para sentar a los dos polos políticos más importantes del país, Uribe y Santos. Eso sí, en esto fracasó. Aunque ambos se vieron en el Vaticano sus diferencias continuaron.

 

La visita del Santo Padre al país en el 2017 despertó una de las tantas peleas entre el santismo y el uribismo. Uribe afirmó que la visita de Bergoglio no era ningún espaldarazo a la firma del Teatro Colón y que era una infamia politizarla. Santos contestó de la siguiente manera:  “El Papa ha venido apoyando las negociaciones desde el principio, desde cuando lo visité por primera vez. Él me dijo: ‘Manténgase ahí y no vaya a flaquear’. Y cada vez me manda mensajes con los embajadores, con el Nuncio: ‘Perseveré, siga adelante, no vaya a tirar la toalla’”. En este sentido Santos tenía razón, Bergoglio visitó al país para intentar unir a los dos polos que se habían profundizado después del referendo.

 

El papa Francisco ha sido el único sumo pontífice nacido en este continente.

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