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El Plateado, la parte del Cauca en donde el que manda es Iván Mordisco

Por: Redacción Pares


Foto tomada de: El País


En el cañón en donde está ubicado El Plateado, corregimiento de Argelia, se concentra el 75% de los cultivos de coca en el Cauca. Son, según el informe de cultivos ilícitos de la ONU, unas 10 mil hectáreas cultivadas. Pero la gente en terreno sabe que pueden ser 30 mil. Uno de los primeros trinos de Gustavo Petro como presidente fue la promesa de que haría este lugar en el gran laboratorio de sustitución de cultivos.


El Plateado está ubicado en lo que los argelinos llaman “la parte baja”. Está al norte, por donde desciende el río San Juan del Micay que forma un cañón en medio de la cordillera Occidental en su camino al Pacífico. Un cañón que se ha convertido en una de las regiones cocaleras más grandes del país, que concentra el 75 por ciento de los cultivos de coca en el Cauca. Acá quedan por lo menos 15 laboratorios de cocaína. Estratégicamente esta región montañosa es inmejorable: desde este lugar, navegando por los intrincados ríos Micay o Joaquín, se puede llegar directamente al Océano Pacífico y, en lanchas rápidas, dejar en mar abierto la coca que se consume en los Estados Unidos.


Las Farc llegó acá en 1982. Pero la historia del Plateado arrancó en los años cincuenta. Su poblamiento se lo deben a un señor afro y evangélico llamado Miguel Zapata. Su posición geográfica, que lo convertía en un enclave, era una especie de cruce de caminos de mula en pleno corazón del Cañón del Micay. Hasta los años 70 era un pueblo común y corriente dedicado a los cultivos de arroz de secano, cacao y caña, pero empezaron a llegar los blancos de departamentos que lo colindaban como Nariño, Cauca, Valle y el Eje Cafetero. Poco a poco la población empezó a crecer hasta tener cerca de 12 mil habitantes. Según el investigador de la Fundación Paz y Reconciliación, Juan Manuel Torres, en los años ochenta El Plateado era un caserío de unas 100 casas, hoy en día tiene 2.000. Buena parte de su infraestructura, que contiene una escuela para 1.200 estudiantes, se hizo al margen del Estado, por iniciativa de la misma comunidad. Hay un dato relevante, según el sociólogo José María Rojas, su planificación urbana, de calles anchas, parece hecha por los rusos.


Con la llegada de los blancos aparecieron las primeras plantas de coca. Desde entonces diversas especies de la planta se han dado en este lugar. La riqueza de su tierra ha sido su maldición, como en tantas otras partes de nuestra geografía. En 1982 aparecen las FARC. Se da, según Juan Manuel Torres, después de la Octava Conferencia de esta guerrilla. Su poder creció todavía más a mediados de la década del noventa, cuando se conformó el frente 60. Hasta el 2007, con la ofensiva desplegada por la Seguridad Democrática de Álvaro Uribe, se vino a instalar un primer puesto de policía. Sin embargo la policía estuvo hasta el año 2015. La llegada de la policía al Plateado vino de la mano con el arribo de grupos armados como Los Rastrojos, que entraron en el municipio de Argelia y se apoderaron de la parte alta, después de una fuerte confrontación con el 60 Frente de las FARC-EP. Salieron derrotados y murieron cientos de paramilitares. Otro grupo armado, el ELN, empezaría a tener influencia en la zona desde el 2011, a través del frente José María Becerra. Los sucesivos ataques de la guerrilla terminaron sacándola, acaso para siempre. El exitoso proceso de paz entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos hizo que en este corregimiento se vivieran unos meses tranquilas entre el año 2016 y 2017. Sería una calma chicha.


A pesar de que se ha desplegado la Operación Trueno de las Fuerzas Armadas para diezmar su influencia,  ahora el que manda es el frente Carlos Patiño de las EMC. El 1 de noviembre del 2023 se conoció que el cabecilla de este frente, Oscar Eduardo Sandoval, alias “El Mocho”, dio la orden a la comunidad de escupirle a los uniformados que vieran. Los acercamientos del gobierno de Gustavo Petro, en el contexto de los diálogos de paz, permitió que hubiera algo de presencia estatal a raíz de las elecciones de octubre del 2023. Periodistas de medios como La Silla Vacía o El Espectador constataron que en esta parte del país mandan las disidencias. Es común ver afiches en la calle de Manuel Marulanda Vélez, el mítico comandante de las FARC.


Según un reportaje publicado por el diario El Espectador este domingo 17 de marzo, el control de las EMC es tan absoluto que le exigen a los pobladores cédulas comunitarias expedidas por la misma organización armada. Ellos son los que controlan el impuesto de la gasolina, “de cultivos y hasta el de carreteras, que pagan casi todos para mejorar esa trocha; además, regula los más de quince laboratorios de procesamiento de pasta base y las cuatro estaciones de gasolina que se alcanzan a contar en los casi 150 kilómetros de camino que recorrimos. Es el custodio, amo y señor” se asegura en el reportaje de El Espectador.


El gobierno Petro sabía de la influencia de la estructura comandada por Iván Mordisco en el Plateado y lo había tolerado. Además parecía tener la certeza que se estaban fortaleciendo sobre todo en zonas vedadas para el ejército como el Plateado. Pero el pasado sábado 16 de marzo un ataque de las EMC rebozó la paciencia. El presidente había estado reunido en Cali con la Minga Indígena. De regreso, la Minga se dirigió hacia Toribío, y allí, en el sector de la Bodega, la organización indígena quiso interceder para rescatar a un adolescente reclutado por la Dagoberto Ramos. La respuesta de la disidencia fue a puro fuego. En el ataque murió la mayora  Carmelina Tenorio de Ascué, exautoridad del resguardo de Toribío. La respuesta del gobierno fue levantarse de la mesa.


En el Plateado no hay espacio para ningún otro uniforme que sea el de los hombres de Iván Mordisco. El control se nota por los grafitis en las paredes de las casas, alusivas a las FARC, las cédulas y los impuestos que pasan por las EMC.


El gobierno sabe del abandono en el que está el Plateado y todo el Cañón del Micay. El control del Estado sobre este territorio no lo perdió Petro, como lo explica el investigador Torres en su artículo 10 puntos para entender lo que pasa en el Plateado, “el Estado está cediendo territorio de la nación al control de un grupo armado; pero ese control ya se había perdido, se lo habían ganado de facto, con muchas violaciones de derechos humanos. Pero, además, son estos grupos quienes gobiernan esos territorios, además ganaron control de toda la dinámica económica y social que se da desde este centro poblado hacia la parte baja en el Cañón del Micay”.


Recuperar esta zona es un objetivo que le ha quedado grande a los últimos gobiernos desde 1982. No es un problema nuevo.

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