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Foto del escritorWalter Aldana

El porqué de la violencia en el Cauca

Por: Walter Aldana. Columnista Pares.


Al momento de escribir esta columna se comenta en redes sociales de una nueva masacre en el corregimiento del Mango, municipio de Argelia al sur de nuestro Cauca. Y nosotros, los habitantes del Cauca, los líderes y lideresas sociales, de opinión, las ciudadanías libres, con y sin partidos nos preguntamos que hay que hacer para que pare esta barbarie.


En una conversación con Jorge Bastidas ex candidato a la alcaldía de Popayán por la Colombia Humana-UP, este dirigente caracterizaba la situación como la “pacificación del Cauca”, recordando la ola de crímenes en Urabá, cuando se dio la orden desde el ejecutivo.


Y mientras tanto el comisionado de paz, paseando por los municipios, “encantando” con mínimas inversiones a la infraestructura institucional, mientras el aspecto estructural se define en el reposicionamiento de los actores armados y el silencio de la gobernabilidad nacional y departamental, quienes repiten a la Fiscalía el trillado discurso, de las solicitudes de resultados prontos.


Valoro como positiva la efectividad frente a la investigación del asesinato del gerente de la campaña Petro presidente en Popayán y reclamo que ante la declaratoria de “determinador” que ha hecho la fiscalía de este ex -policía detenido, se aclare las supuestas razones que tendría para ordenar el asesinato; si son las “Águilas Negras”, o si es un simple tercerizado en cumplimiento de una orden.

La violencia en el Cauca, se debe a la pobreza, a la marginalidad, a la deuda del poder central con la región, a nuestra “privilegiada” geografía para el desarrollo de actividades ilegales, la esclavitud que genera el narcotráfico, la aplicación de un modelo que privilegia los macro-proyectos energéticos y el extractivismo, frente a sistemas agroambientales de soberanía alimentaria.


Por ello, la Minga, la rebeldía y dignidad, no lo entienden en Bogotá, solo un pacto por el Cauca incluyendo a los armados, podrá volver a colocar la esperanza y no el temor al centro de nuestras vidas, para que parafraseando a Gabo: en el Cauca tengamos “una segunda oportunidad sobre la tierra”.


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