Por: Luis Eduardo Celis
Nunca antes un proceso de paz entre un Gobierno Colombiano y el ELN había iniciado con tan buenos augurios de éxito. El actual es el sexto proceso y debe ser exitoso, porque existen grandes coincidencias entre las dos partes.
Esta negociación va a colocar en entredicho un axioma: las mejores negociaciones se dan entre actores plenamente diferenciados, si se quiere, entre enemigos claramente enfrentados. El proceso de paz en curso, el que se adelanta con un ELN que es la última de las organizaciones rebeldes de nuestro viejo alzamiento armado, se da entre partes claramente interesadas por el cambio y que además tienen afinidad alrededor de la importancia de una amplia participación social, ciudadana e institucional en el proceso, de acuerdo al mandato constitucional de que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, y que somos una democracia participativa.
En estas tres primeras semanas de trabajo, las dos partes han demostrado interés y compromiso con los temas humanitarios que siempre deben ser prioridad. El anuncio que ha hecho el presidente Petro, de que una de las primeras acciones conjuntas entre el Gobierno y el ELN será el retorno a su territorio de las comunidades indígenas Embera hoy en situación de desplazamiento, es una muy buena noticia en este sentido.
Asimismo, el grupo insurgente ha informado que están conversando sobre medidas frente a las presas y presos del ELN, que pueden estar sobre los setecientos, distribuidos en más de treinta cárceles por todo el territorio nacional. Sin duda un tema en el que se pueden tomar muchas acciones, pues es clave que este grupo de militantes del ELN tengan un papel protagónico en esta tarea de paz.
Vamos a ver hasta dónde logran avanzar en este primer ciclo de diálogos y negociaciones, en el que es clave, junto a los asuntos humanitarios, establecer con precisión la agenda del proceso —siendo referente importante la firmada en marzo de 2016 entre el Gobierno Santos y el ELN—, coordinar elementos para establecer un cese bilateral y el fundamental punto de la participación, motor y corazón de este proceso.
Arranca en buena forma un proceso de paz necesario y que tiene todo para ser exitoso.
*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.
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