Por: Redacción Pares

La única lucha efectiva contra la pobreza es poder articular la triada que compone a una democracia: el Estado, la Sociedad Civil y la empresa. La pluralidad de realidades de la población está representada en la sociedad civil, es quien debe exigir al Estado que rinda cuentas de sus deberes, su participación activa garantiza la resolución de problemas de una sociedad concreta y mejora la calidad de sus servicios. En Colombia esa triada no está lo suficientemente bien conformada como para no tener los problemas sociales que padecemos. Por eso nace Ranquin social, como prueba de que la sociedad civil sigue viva y fuerte en Colombia.
Desde este principio de año azaroso se empezaron a expresar preocupaciones sobre la subsistencia de las organizaciones sociales en el país por la decisión del gobierno de Estados Unidos de cancelar la ayuda que se entrega a Colombia por medio de USAID. Se había creado un lazo muy fuerte entre esta agencia de cooperación y la sociedad civil. Pero, en una sociedad líquida, todo se transforma, sobre todo las ONG. Por eso, Pares e Isópolis, apoyadas por la Cámara de Comercio de Bogotá, Capitol y la EAFIT, idearon el Ranquin social en Colombia. El objetivo es visibilizar el mundo social con el sector privado y estatal quienes podrían entender como el sector social puede traer mayores prácticas para que sus proyectos sean más sustentables y sostenibles. Lo que se busca es visibilzar el trabajo en diferentes secotres, desde las comunidades y comunidades de base.
Tal y como lo dijo León Valencia, fundador y director de la fundación Paz y Reconciliación, en el país existen 212 mil organizaciones sociales. Ranquin Social puede ser el puente que necesita la sociedad civil para trabajar de la mano de las empresas privadas y del mismo estado. La salida de USAID de Colombia podría ser la oportunidad para modernizar el sector social. Así como sindicatos como Asocaña o la Federación Nacional de Cafeteros han enfocado parte de sus recursos para mejorar las regiones donde se explotan sus recursos, Ranquin Social podría lograr algo histórico: que las mineras y las petroleras empiezan a destinar parte de sus ganancias en las regiones, en la creación de escuelas, de carreteras, de un mejoramiento del capital social.
Con base en decisiones basadas en datos, el Ranquin Social medirá y visibilizará la influencia de las organizaciones sociales. Por eso, en octubre del 2025, se hará una ceremonia de premiación de las ONG que puedan lograr sus objetivos.
Cuando se cierra una puerta se pueden abrir otras y esto es lo que se ofrece a través de Ranquin Social, la posibilidad de que por fin puedan trabajar unidas en Colombia el sector social, el privado y el estatal. El resultado sería el mejoramiento de las condiciones de vida de las regiones más olvidadas del país.
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