Por: Redacción Pares
En la madrugada de este jueves 10 de octubre al menos seis personas murieron en nuevos bombardeos de Israel al Líbano, como parte de la ofensiva a miembros de Hezbolá. Las autoridades ya registran 2.141 personas asesinadas y 10.100 heridos. Aunque Israel afirma, casi que con orgullo, que por cada terrorista eliminado se producen 15 muertes de civiles, esta cifra real es imposible de calcular. Así que la pregunta que se tiene en el Líbano es ¿Cuantos de esas más de 2 mil personas pertenecen a Hezobolá? De pronto no lo sabremos nunca.
Ante esta arremetida Joe Biden, quien ha encarnado a la tibieza en estos días aciagos, adivirtió a Netanyahu que se tienen que minimizar el daño a civiles. En un año de incursión en Gaza, después del ataque de Hamas a una fiesta en Israel, se han asesinado a 41 mil personas, la gran mayoría son mujeres y niños. Netanyahu ha amenazado al Líbano con una destrucción parecida a la que se ha tenido en territorio gazatíe. En una llamada que duró 50 minutos, en la que después se sumó la vicepresidenta y candidata Kamala Harris, Biden fue enfático en su pedido de minimizar al máximo el asesinato de civiles. Horas antes de esta llamada Netanyahu le pidió a los libaneses sacar cualquier vestigio de Hezbolá si no quieren vivir el infierno que sofoca a los palestinos “Tienen la oportunidad de salvar a Líbano antes de que caiga en el abismo de una larga guerra que conducirá a una destrucción y un sufrimiento como lo que vemos en Gaza”.
Pero, después de esa llamada, que se anunció casi que para lavarse las manos, el presidente norteamericana volvió a recalcar que tiene un arsenal para cuidar y respaldar a Israel. Incluso afirmó que el señor Netanyahu tendría mayor respaldo por parte de Estados Unidos. Mientras tanto las bombas siguen arrasando el sur del Líbano. Hezbolá anoche contestó contra Israel lanzando proyectiles a ese territorio produciendo la muerte de dos israelitas asesinados.
En Gaza la avanzada de Israel no se detiene. Se cumplen nueve días de hostigamiento territorial en esa franja de territorio. En la noche del 9 de octubre Israel anunció que cinco milicianos de Hamás fueron neutralizados. En esa avanzada están atrapadas más de 400 mil civiles. Se estima que en las últimas horas veintiocho palestinos en un colegio fueron asesinados por culpa de las bombas.
La actitud de Biden hacia el conflicto en Medio Oriente se ha caracterizado por su tibieza. Si bien le exige minimizar las bajas de civiles, por debajo de la mesa apoya sin restricciones las acciones de Israel. También insta a llegar a un acuerdo político con Hamás, pero las acciones en Gaza se multiplican y en Tel Aviv no escuchan otra cosa que no sean las cornetas de la guerra. Incluso, el jefe de estado mayor israelí, Herzi Halevi, prometió que Israel seguirá bombardeando objetivos de Hezbolá “sin descanso”. Mientras tanto el mundo sigue viendo las pilas de muertos y la destrucción impotente, a través de la estrechés de la pantalla de un celular.
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