Por: Línea Migración, Región y Frontera
Como un “imperio del terror” ha sido catalogada la presencia del Tren de Aragua en Norte de Santander. El grupo criminal, oriundo de Venezuela y con centro de operaciones en el Centro Penitenciario de Aragua, se consolidó en 2013, cuando Héctor Rustherford Guerrero, alias “Niño Guerrero”, estableció alianzas con miembros del grupo y, en 2017, se convirtió en el líder carcelario más importante de Venezuela. A través de la ruta que recorren los migrantes, desde 2018 llegaron a distintas ciudades latinoamericanas, como Cúcuta y Villa del Rosario, ubicadas en zona fronteriza colombiana.
La llegada del Tren de Aragua a Norte de Santander generó disputas con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con la banda Los Urabeños, encargados de controlar las trochas. No obstante, y de acuerdo con InSight Crime: “aunque la presencia de presuntos miembros del Tren de Aragua en el departamento colombiano de Norte de Santander ha continuado, el conflicto con la guerrilla parece haber bajado de intensidad en 2022”. Considerando que el grupo opera impunemente desde Venezuela, y teniendo en cuenta su experticia para corromper oficiales al punto de lograr el control de sus actividades ilícitas desde la cárcel, el panorama resulta desalentador para los nortesantandereanos.
El control del narcotráfico, las extorsiones, los secuestros, los asesinatos, el tráfico de migrantes y la detonación de artefactos explosivos, son algunos de los delitos cometidos por la organización criminal en la zona fronteriza. Según una fuente consultada por la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), el crecimiento de la banda coincide con el ingreso de los carteles del narcotráfico al departamento. Así, la convergencia de los actores ha generado una tercerización criminal, pues mientras las organizaciones mexicanas contratan al Tren de Aragua, estos, a su vez, han subcontratado para la realización de distintas actividades ilícitas.
De acuerdo con La Opinión, los comerciantes de La Parada y del centro de Cúcuta deben acceder a las extorsiones, porque la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) no ha logrado controlar los crímenes. La fuente consultada por Pares agregó que Norte de Santander es una caja registradora para los actores al margen de la ley. El Tren de Aragua, por ejemplo, hace seguimiento a los negocios y cobra con base en la facturación de ingresos. Versiones extraoficiales recibidas por el periódico en mención señalaron que las “vacunas” alcanzan los treinta millones de pesos y, además, los comerciantes son obligados a vender drogas en sus locales.
En septiembre de 2022 fueron capturados cuatro presuntos integrantes del Tren de Aragua, por una extorsión de 25 millones de pesos a un comerciante. Amenazado de muerte junto con su familia, el afectado informó a las autoridades y se logró la captura cuando los delincuentes esperaban recibir tres millones de pesos en el parque Santander de Cúcuta. Tres meses después, en diciembre de 2022, también capturaron a dos miembros cuando pretendían cruzar la frontera con dos armas, 201 gramos de presuntas sustancias ilícitas y una lista de empresarios tachirenses para extorsionarlos. Asimismo, a través de un video y con artefactos explosivos en mano, intimidaron a un ciudadano en febrero del presente año. En la grabación, que posteriormente se hizo viral, los delincuentes aseguraron dar plazo hasta las 6:00 de la tarde, para la entrega del dinero solicitado y, mientras mostraban armas y artefactos, agregaron:
“(Si no) vamos a tener que actuar en contra de los tuyos y en demostraciones que tal vez serán demasiado graves tanto para ti como para tus negocios. Tenemos 55 gramos de C4 con intención de detonarlo ya sea en tus negocios o en tu residencia. Motivo por el cual esperamos comunicación en el transcurso de las horas. De no hacerlo, de mañana para adelante vas a tener una guerra con nuestra organización, que no vas a poder soportar”.
Carlos Suárez, comandante de la Policía del área metropolitana de Cúcuta, le dijo a Blu Radio que cuando los miembros del Tren de Aragua son judicializados, cambian de nombre para evadir su responsabilidad por los actos cometidos en años anteriores. Se han hecho llamar los de Saúl, los Alemanes, los Nazis y los AK47. La primera denominación corresponde a uno de los delincuentes de mayor peligrosidad, pues alias Saúl, quien tiene circular azul de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), es responsable de dos hechos ocurridos en Cúcuta durante 2022: una masacre contra cuatro músicos y la muerte de un policía en retiro.
No obstante, la fuente consultada por Pares señaló que los diferentes nombres corresponden a la subcontratación, pues, por ejemplo, los AK47 son los responsables del sicariato. Las autoridades también han establecido los vínculos de estas nuevas denominaciones con el Tren de Aragua. En agosto de 2022, Francisco Barbosa Delgado, fiscal general de la nación, señaló que cinco integrantes de la estructura AK47, pertenecientes a la banda, fueron imputados por homicidio agravado y fabricación, trafico, porte o tenencia de fuego agravado. Los cargos debido a su responsabilidad en una masacre ocurrida el 27 de agosto de 2022, en el barrio Pueblo Nuevo de Cúcuta, donde asesinaron a cuatro personas.
Además, en diciembre de 2022, cuatro venezolanos, tres hombres y una mujer, entre ellos un menor de 17 años, fueron secuestrados por el Tren de Aragua. Las víctimas viajaban desde Chile hacia su país, pero al llegar al Corregimiento La Parada (en Villa del Rosario), fueron ingresados a la fuerza y bajo amenazas a una bodega que tenía fachada de agencia de viajes. Horas después, los familiares de los secuestrados recibieron una extorsión de 100 mil dólares y un video donde amenazaban con armas de fuego a las personas privadas de la libertad. Frente al hecho fueron capturadas cuatro personas y se incautaron cuatro armas de fuego, setenta cartuchos 9mm y tres celulares.
De acuerdo con el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal de México, Cúcuta ocupa el puesto 49 en el último ranking de las 50 ciudades más violentas del mundo. Hechos como la explosión ocurrida en el barrio El Callejón, el 23 de febrero de 2023, a las 6:40 de la tarde, han mantenido al territorio en esa lista desde hace varios años. Respecto a la granada, que dejó quince personas heridas y locales comerciales y vehículos afectados por las esquirlas, el coronel Carlos Andrés García Suárez le dijo a Infobae que: “todo indicaría que son cobros extorsivos a establecimientos de comercio”.
Respecto al hecho, Pares conoció los estados de WhatsApp de José Manuel Acosta Mogollón, alias “Niño Valencia”, cabeza del Tren de Aragua en Cúcuta y su área metropolitana, 12 minutos posteriores a la explosión, el presidiario publicó tres videos del hecho delictivo y escribió: “cuando sienta el bum de este perreo intenso, es el chu chu que viene y no frena”. Además, agregó: “las cosas se hacen como digamos los dueños de la película (…) y eso va con todo el que no copee”.
En octubre de 2022 también detonaron una granada en un bar de Cúcuta, dejando tres personas heridas; posteriormente, el 25 de noviembre, volvieron a cometer un ataque contra un hospedaje, sin dejar víctimas. Los actos evidencian el poder del grupo, incluso desde la prisión. Diego Villamizar, defensor de derechos humanos, denunció en Semana que el Tren de Aragua controla la cárcel Modelo de Cúcuta. Los integrantes del grupo tienen lujos, organizan fiestas con la participación de conjuntos vallenatos, consumen drogas, hacen videollamadas con teléfonos de alta gama y extorsionan a los demás reclusos por el uso de celdas, teléfonos e ingreso de alimentos o visitas. Según el veedor, la autoridad de la banda ha permitido el incremento de cocaína, tusi y marihuana al interior del centro pentenciario.
Las investigaciones han revelado videos donde se observa a los presos construyendo piscinas en la terraza de la cárcel, modificando los pisos de las celdas con mármol y porcelanato, y disponiendo de una tienda o bar con neveras y heladerías. Según Ronna Risquez, autora del libro El Tren de Aragua. La megabanda que revolucionó el crimen organizado en América Latina, y quien recibió amenazas junto con sus familiares al anunciar la publicación de su obra, antes de que los reclusos abandonen la prisión de Tocorón, los miembros del Tren de Aragua los reclutan para trabajar en países como Colombia, Perú, Chile o Ecuador. Aprovechando las condiciones de los exconvictos, obtienen mano de obra para sus crímenes en Venezuela o en el exterior.
La libertad de los presidiarios en la cárcel, así como la continuidad de las extorsiones, los secuestros, los asesinatos y la detonación de artefactos explosivos, genera cuestionamientos en la sociedad civil. La fuente consultada por Pares señaló que la gravedad del control ejercido por el Tren de Aragua aún no se dimensiona, porque las personas tienen miedo de hablar. Asimismo, señaló: “¿cómo las autoridades no van a saber todo lo que ocurre? Con un pie de fuerza tan importante, es evidente que hay una relación criminal entre la fuerza pública y las estructuras criminales”. Mientras tanto, los rosarienses y los cucuteños siguen obligados a vivir bajo la imposición de sus leyes y las consecuencias de no acatarlas, pues quienes se niegan a sus peticiones son declarados objetivo de la organización.
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