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ELN y frontera con Venezuela

Por: Naryi Vargas, investigadora Línea Conflicto, Paz y Postconflicto – Pares

En el último mes se han presentado dos hechos de violencia en la frontera con Venezuela. El primero, la masacre de al menos 16 personas en la zona minera de Tumeremo en el estado de Bolívar; el segundo, el asesinato de tres miembros de la Guardia Nacional Venezolana en El Picatonal, estado de Amazonas. En ambos casos se ha sindicado al ELN de ser el agente perpetrador, lo cual ha puesto nuevamente en el debate público la injerencia que tiene esta guerrilla en el país vecino.

Esta situación se puede entender a partir de dos fenómenos que se presentan en esa zona fronteriza: 1) la incapacidad de las autoridades para gobernar. Se trata de aproximadamente 2.219 kms de territorio que se ha consolidado como permeable, frágil y descuidado desde una perspectiva política, de seguridad, económica y social debido al predominio del sistema centralista y a la debilidad de la política fronteriza de Colombia. Esto, sin duda, ha permitido que la presencia de diferentes grupos armados ilegales permanezca y se consolide con el paso del tiempo; 2) la desestabilización del orden legal e ilegal establecido en la frontera, lo que ha conllevado a que tengan lugar nuevas dinámicas de violencia; situación causada, entre otras cosas por la salida de las FARC del territorio tras la firma del Acuerdo, particularmente de la frontera del estado de Amazonas con el departamento de Vichada y la expansión y fortalecimiento del control territorial del ELN.

La salida de FARC no es un asunto menor: los frentes 19, 59, 41 y 33 tenían control sobre buena parte delos pasos fronterizos hacia El Zulia; el Frente 10 tenía alguna participación en el control de la frontera Arauca – Apure y el Frente 16 controlaba de manera casi exclusiva el paso hacia el estado de Amazonas por Vichada y Guainía. En efecto, el tránsito a la legalidad por parte de las FARC conllevó a que otros grupos armados (colombianos y venezolanos) comenzaran a disputar de manera temprana, en 2015 y 2016, el poder de esas zonas y, posteriormente, estructuras que se negaron a participar del Acuerdo Final han buscado recuperar el control.

La expansión del ELN:

Se ha dado a lo largo de toda la frontera, tanto dentro de Colombia, desde Catatumbo en Norte de Santander hasta el Vichada, como en Venezuela, desde El Zulia hasta el estado de Amazonas. Se pueden identificar cuatro focos de crecimiento:

  1. En el paso que involucra al Catatumbo con el Estado de El Zulia: allí, el Frente de Guerra Nororiental tiene el control territorial en los pasos fronterizos de los municipios de El Carmen, Teorama, Convención y Tibú por medio de 4 frentes y dos compañías: el F. Héctor, el F. Camilo Torres Restrepo, el F. Juan Fernando Porras y el F. Luis Enrique León Guerra, la C. de seguridad del COCE y la C. Tropas especiales Capitán Caribe.

  2. Si bien en esa región se está librando una fuerte disputa con el ELN, que ha implicado una grave crisis humanitaria, históricamente el ELN ha tenido control de los pasos fronterizos y, tras la salida del Frente 33, ocupó de manera ágil las zonas abandonadas.

  3. En el estado de Táchira, el Frente Carlos Germán Velasco Villamizar tiene injerencia y una ruta establecida que incluye Cúcuta, Villa del Rosario, los Patios y Herrán.

  4. En el estado de Apure, el Frente de Guerra Oriental ha tenido presencia histórica en el país vecino y, en los últimos años, ha logrado un mayor nivel de control social y territorial en ese estado. La penetración en las comunidades de Apure se hizo de la mano delas Fuerzas Bolivarianas de Liberación, una guerrilla venezolana que, luego detener una fuerte alianza con el ELN, ha comenzado a manifestar la existencia de tensiones e inconformidades por supuestos abusos del accionar ‘eleno’.

Si bien todas las estructuras presentes en Arauca tienen un tránsito regular hacia Apure, las estructuras que tienen el control de los pasos fronterizos son: el Frente Domingo Laín, la Comisión Fronteras y la Columna Camilo Cienfuegos. El control territorial se ha consolidado al punto de que las demás estructuras del ELN pasan por Arauca cuando necesitan transitar a Venezuela.

El poderío del Frente de Guerra Oriental se ha extendido en los tres últimos años hacia los estados de Bolívar y Amazonas a través del recientemente creado Frente Rafael Blanco Flórez. En esa región se encuentra el Arco Minero del Orinoco, una región de 111.843 km2 de alto valor estratégico para los grupos armados ilegales, especialmente para su financiamiento, pues cuenta con más de 7.000 toneladas de reservas de oro, coltán, diamante, hierro y cobre, entre otros minerales.

Aunque el intento de crecimiento del ELN hacia esas zonas es de vieja data, fue la salida de las FARC lo que les permitió, realmente, tener alguna injerencia. Desde 2015 las comunidades en Vichada comenzaron a identificar movimiento fluvial por parte de esa guerrilla en los ríos Vichada y Orinoco, y en 2016 esta presencia se regularizó hasta el punto que en el paro que decretó el Frente de Guerra Oriental, en septiembre de ese año, incluyó al departamento como uno de los epicentros. En 2017 las autoridades nacionales reconocieron la presencia de esa guerrilla en esa región, particularmente en los municipios de Cumaribo y Puerto Carreño.

En Venezuela, la expansión ha sido similar, pues desde 2014 y, especialmente, en 2015, comenzaron a movilizarse por los ríos Autana, Cuao, Sipapo y Guayapo. Posteriormente, se regularizó la presencia de pequeñas comisiones en Puerto Paéz, estado de Bolívar y en 2016 en Puerto Ayacucho, estado de Amazonas. En 2017 el Frente Rafael Blanco logró llegar hasta el centro poblado de San Fernando de Atapabo, colindante con el departamento de Guainía.

La llegada del ELN a esas zonas de antiguo control ‘fariano’ y algunos pasos de control del Frente Libertadores del Vichada no ha acarreado, hasta el momento, ninguna confrontación. Esto puede indicar que el ELN no está disputando el control al interior del país, pues conoce sus limitaciones en cuanto a capacidad militar y la desventaja respecto a la estructura liderada por ‘Gentil Duarte’ y otros mandos como Jhon 40 e Iván Mordisco, presentes en esa zona y quienes han logrado recuperar el poder que las FARC tenía allí.

No ocurre lo mismo en Venezuela, pues allí los grupos armados locales asociados a la actividad minera se han resistido a la incursión del ELN, lo que ha desencadenado situaciones de tensión y violencia. El hecho más grave hasta ahora ha sido la masacre en Bolívar, sin embargo las comunidades de ese estado han denunciado el cobro de extorsión, la imposición de reglas de convivencia y la presencia constante de miembros de esa guerrilla.

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