Cinco características se identifican en el comportamiento del ELN:
Una tímida expansión territorial tras la salida de FARC de los territorios: de 96 municipios en 2016, el ELN pasó a tener presencia en 112 en el 2018. Esto se debe, por un lado, a que la capacidad de confrontación de otros grupos armados limita la llegada y consolidación de la guerrilla en los municipios abandonados por FARC. Este es el caso de Chocó, Antioquia y Nariño. Por otro lado, se debe al comportamiento propio del grupo guerrillero, que no sólo busca el control territorial para la extracción de rentas ilegales, sino que requiere de cierta legitimidad o aceptación por parte de las comunidades, lo cual implica más tiempo.
El fortalecimiento en zonas de presencia histórica. Caso de Cauca y sur de Bolívar.
Profundización de su relación con el narcotráfico, no sólo en el primer eslabón sino también en la producción y comercialización en Chocó, Nariño, Cauca, Catatumbo y Antioquia. Esto le ha permitido aumentar sus rentas, y de esa manera apalancar la expansión y el fortalecimiento.
La relación con los grupos postfarc es, en la mayoría de casos, de disputa. Sólo en Arauca se tiene conocimiento de la existencia de un acuerdo tácito para el ejercicio del control territorial.
La reactivación del accionar bélico, luego de un año de desescalamiento. Esto se debe a tres motivos: (i) al intento de la guerrilla por presionar la Mesa de Conversaciones; (ii) la puesta en marcha de su táctica militar, elemento que el ELN no ha abandonado a pesar de la Mesa de Conversaciones y (iii) la dinámica de violencia propia de los territorios, que obliga a esa guerrilla a aumentar la producción de violencia.
Dinámica de violencia
En total, se han registrado 245 acciones por parte del ELN en el periodo comprendido entre el 10 de enero, cuando finalizó el cese al fuego bilateral y el 31 de octubre, periodo en el cual el ELN decretó dos ceses unilaterales: el primero para las elecciones a Congreso, y el segundo para las presidenciales, en los cuales no se registró ningún hecho violatorio.
Durante este periodo de tiempo, la guerrilla decretó un paro armado, que tuvo un impacto importante en los departamentos de Arauca, Norte de Santander, Sur de Bolívar, Chocó y Nariño, que son los mismos territorios donde se concentra el accionar del ELN, no sólo en cuanto a la producción de violencia, ataques a la fuerza pública o al Estado, sino por la profundización del control social en esos territorios. Este paro armado es una rutina que se repite anualmente[, pues es tradición del ELN decretarlo para conmemorar la muerte de Camilo Torres Restrepo.
A continuación se presenta un histórico de las cifras de acciones bélicas desarrolladas por la guerrilla, en donde se puede observar que en 2018 se reactiva la producción de violencia. Si bien no ha superado el año de mayor accionar que es 2016, el ELN ha logrado demostrar que se ha fortalecido militarmente. A esto se debe agregar que el clima de paz que generó el proceso de paz de La Habana ha conllevado a que la violencia asociada al conflicto armado llame mucho más la atención y genere mayor rechazo social.
Elaboración: Fundación Paz & Reconciliación. Fuente: Revisión sistemática de prensa/Investigación regional.
A continuación, se presenta el gráfico de acciones armadas, por tipo y por departamento que se han presentado en lo corrido del año. El registro de acciones en cada departamento permite observar que la dinámica de la violencia ha tenido una profunda variación respecto a la que se tenía en 2016, pues en la mayoría de territorios esta guerrilla se halla inmersa en escenarios de disputa territorial ocasionados por la desestabilización del orden legal e ilegal que se generó tras la salida de FARC de los territorios. En la única región donde el ELN ha podido mantener el control social y territorial sin librar una disputa que le implique mayores esfuerzos es en Arauca, donde es el actor violento dominante y la exguerrilla de las FARC no determinaba la producción de violencia.
Elaboración: Fundación Paz & Reconciliación. Fuente: Revisión sistemática de prensa/Investigación regional
Chocó: se ha mantenido altos niveles de producción de violencia en el sur, donde el ELN ha tenido presencia histórica, y en el norte del departamento en donde recientemente ha buscado establecerse. En ambos casos los enfrentamientos se dan con el Clan del Golfo: los combates en la zona del río San Juan y en el Baudó comenzaron en 2014 cuando esta guerrilla y el Clan del Golfo comenzaron a ocupar de manera temprana los territorios en los que tenía presencia la ex guerrilla de las FARC. A partir de ese año, se han generado fuertes enfrentamientos y el Clan del Golfo ha llegado a controlar zonas donde el ELN era el actor dominante. En los municipios del Urabá los enfrentamientos comenzaron el año pasado, cuando las FARC comenzaron de manera definitiva el proceso de dejación de armas.
Antioquia: el ELN tiene presencia en la región del Bajo Cauca, el Norte y el Nordeste antioqueño, sin embargo en ninguno de estos territorios es actor dominante. Esta región ha tenido una profundización de la violencia debido a la disputa territorial por parte de diferentes grupos armados.
Cauca y Nariño: La dinámica de violencia se presenta especialmente en el andén pacífico y en los municipios de Argelia y El Tambo en Cauca. Si bien la violencia en esta región no ha cesado, el ELN sólo comenzó a involucrarse en las disputas desde hace un año aproximadamente. Se pueden identificar dos razones: (i) los grupos que han surgido en el territorio comenzaron a llegar a zonas donde esta guerrilla es el actor dominante; y (ii) ha buscado entrar a zonas que eran de control de FARC en donde otros grupos también buscan hacer lo mismo, lo que por supuesto ha generado situaciones de violencia.
Catatumbo: los enfrentamientos se dan con el EPL. Estos comenzaron a finales de 2017, y nunca antes se habían presentado enfrentamientos entre estas dos guerrillas, por el contrario existía una buena relación debido a que ELN apoyó al reducto guerrillero del EPL que no se acogió al proceso de paz. La disputa tiene que ver con tres razones, todo en el marco de la expansión de ambos grupos y la salida de FARC del territorio:
Ausencia de liderazgo político en el EPL: entre 2014 y 2017 los operativos de la Fuerza Pública contra el EPL acabaron con toda la vieja comandancia del EPL y quienes quedaron de mando fueron jóvenes campesinos, sin formación política ni militar, que en el interés de seguir su expansión, comenzaron a resquebrajar acuerdos de funcionamiento que se tenían con el ELN y que no tienen el interés de mantener buena relación con esa guerrilla.
El EPL comenzó a actuar de manera arbitraria con liderazgos sociales y comunidades. Las comunidades empezaron a exigir al ELN que frenara la situación, lo que derivó en la profundización de la disputa.
Los viejos acuerdos que se tenían en materia de control territorial y rentas del narcotráfico se rompieron.
Arauca: El ELN se mantiene como actor dominante y ha logrado expandirse a zonas fronterizas, incluso a aquellas que las FARC controlaba.
En el estado de Apure, el Frente de Guerra Oriental ha logrado un mayor nivel de control social y territorial. La penetración en las comunidades de Apure se hizo de la mano de las Fuerzas Bolivarianas de Liberación, una guerrilla venezolana que luego de tener una fuerte alianza con el ELN, ha comenzado a manifestar la existencia de tensiones e inconformidades por supuestos abusos del accionar eleno.
El poderío del Frente de Guerra Oriental se ha extendido en los tres últimos años hacia los estados de Bolívar y Amazonas a través del recientemente creado Frente Rafael Blanco Flórez. En esa región se encuentra el Arco Minero del Orinoco, una región de 111.843 km2 de alto valor estratégico para los grupos armados ilegales, especialmente para su financiamiento, pues cuenta con más de 7.000 toneladas de reservas de oro, coltán, diamante, hierro y cobre entre otros minerales. Si bien el intento de crecimiento del ELN hacia esas zonas es de vieja data, es la salida de las Farc lo que le permite realmente tener alguna injerencia. Desde 2015 las comunidades en Vichada comienzan a identificar movimiento fluvial por parte de esa guerrilla en los ríos Vichada y Orinoco, y en 2016 esta presencia se regularizó hasta el punto que en el paro que decretó el Frente de Guerra Oriental en septiembre de ese año, incluyó al departamento como uno de los epicentros. En 2017 las autoridades nacionales reconocieron la presencia de esa guerrilla en esa región, particularmente en los municipios de Cumaribo y Puerto Carreño.
Al interior de Venezuela la expansión ha sido similar, pues desde 2014 y, especialmente, en 2015 comenzaron a movilizarse por los ríos Autana, Cuao, Sipapo y Guayapo. Posteriormente se regulariza la presencia de pequeñas comisiones en Puerto Paéz, estado de Bolívar y en 2016 en Puerto Ayacucho, estado de Amazonas. En 2017 el Frente Rafael Blanco logra llegar hasta el centro poblado de San Fernando de Atapabo, colindante con el departamento de Guainía.
La llegada del ELN a esas zonas de antiguo control fariano y algunos pasos de control del Frente Libertadores del Vichada no ha acarreado, hasta el momento, ninguna confrontación. Esto puede indicar que el ELN no está disputando el control al interior del país, pues conoce sus limitaciones en cuanto a capacidad militar y la desventaja respecto a la estructura liderada por ‘Gentil Duarte’ y otros mandos como ‘Jhon 40’ e ‘Iván Mordisco’ presentes en esa zona y quienes han logrado recuperar el poder que las FARC tenía allí.
No ocurre lo mismo en Venezuela, pues allí los grupos armados locales asociados a la actividad minera se han resistido a la incursión del ELN, lo que ha desencadenado situaciones de tensión y violencia. El hecho más grave hasta ahora ha sido la masacre en Bolívar, sin embargo las comunidades de Bolívar han denunciado el cobro de extorsión, la imposición de reglas de convivencia y la presencia constante de miembros del ELN.
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