Por: León Valencia
Escenario numero 1
El presidente Petro ha visto que no es posible una concertación con las viejas élites políticas y empresariales para sacar adelante el paquete de reformas profundas que prometió en la campaña electoral y se apega a la reforma tributaria que consiguió y al plan nacional de desarrollo aprobado y se dedica a gobernar con estos dos instrumentos. Apela a las facultades presidenciales y a las posibilidades que le da la constitución del 91, sin recurrir o depender del Congreso, para adelantar cambios sociales y políticos que le den respaldo popular.
En todo caso algunas reformas de menor calado pueden pasar, la de educación superior, el sometimiento a la justicia…
Impulsa una nueva coalición y un gobierno de izquierdas con el Pacto Histórico, parte o la mayoría del Partido Verde y parte o la mayoría del Partido Liberal. Las movidas ministeriales que hizo apuntan a empoderar a líderes verdes y liberales que eventualmente le permitan controlar a esos partidos. Con estas alianzas trata de obtener algunos resultados en las elecciones locales para ampliar su base de apoyo en las regiones.
El crecimiento económico es discreto, pero no desastroso y los cambios sociales limitados mantienen en todo caso la esperanza de grandes reformas.
La movilización social no tendrá como objetivo principal a apoyar sus reformas y a mover el congreso en esa dirección, sino denunciar a las élites, mantener el ambiente de polarización, es decir, a descargar la responsabilidad de las frustraciones reformistas en los jefes de los partidos: Dilian Francisca Toro, Vargas Lleras, Cesar Gaviria, Fincho Cepeda y María Fernanda Cabal.
Con base en la movilización social y en una crítica a las élites buscaría atraer al ELN a un acuerdo de paz en un tiempo razonable con el argumento de fortalecer la lucha por los cambios y golpear a las viejas élites políticas, insistiría también en un acuerdo con las disidencias de las Farc e iría desechando poco a poco la búsqueda de un acuerdo con el Clan del Golfo y las organizaciones mafiosas radicalizando su discurso y sus acciones contra esas fuerzas, sometiendo a la justicia a algunos jefes y estructuras menores.
Estas estrategias implicarán también mantener unas fluidas relaciones con Estados Unidos cosa que ha venido haciendo con éxito y que tenderá a profundizarse en la medida que intensifique su lucha contra los narcotraficantes y obtenga resultados ciertos en la transición política de Venezuela.
Implican también hacerle concesiones diversas a las Fuerzas Armadas, mantener unas relaciones respetuosas y cordiales con la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional, buscando romper la solidaridad de las cortes con el fiscal Barbosa por el tiempo que resta del mandato de este fiscal. Un indicativo de esta línea de esta conducta es el comunicado aceptando la recriminación de la Corte Suprema de Justicia por sus declaraciones sobre el fiscal
En este escenario Petro se cuidará de hablar de una Constituyente o cosa parecida, manteniéndose en los límites del andamiaje constitucional del 91. En ese camino -si logra un acuerdo de paz con el ELN y amparado en ese pacto- puede tener un segundo momento para intentar sus reformas en el Congreso o simplemente apuntala la elección de un candidato de izquierdas en el 2026 que continue con la obra reformista.
Escenario número 2
Petro utiliza el cambio de gabinete, el discurso del primero de mayo y los apoyos internacionales que ha obtenido como una forma de presión sobre las elites políticas y empresariales con el fin de que cedan un poco en la reformas, mantiene abiertas las puertas de la concertación y así -mediante la negociación con los líderes de los partidos, o recurriendo a la transacción uno a uno con los parlamentarios- logra sus reformas de la salud, laboral, pensional, agraria, modificadas en puntos esenciales.
Esto quiere decir que mantiene el espíritu de un Acuerdo Nacional con todas las fuerzas políticas y eventualmente recompone más adelante su gabinete para dar cabida a quienes han dado su mano para este pacto.
Los medios de comunicación amainan las críticas y tienen una posición más comprensiva de las dificultades económicas y sociales propiciadas en parte por la coyuntura internacional.
En ese escenario las negociaciones de paz se hacen más lentas porque las fuerzas ilegales aumentan sus demandas y condiciones para firmar acuerdos parciales o definitivos.
El país entrará en un transición lenta y tranquila, en una especie de frente nacional. En este escenario las posibilidades del triunfo de un candidato de centro en las próximas elecciones aumentarán.
Escenario numero 3
El desarrollo del primer escenario -de un gobierno caracterizado de izquierdas, de polarización y protagonismo del presidente Gustavo Petro- hace crecer la oposición de derechas y la confrontación política. Al tiempo, el gobierno deja ver limitaciones para ejecutar lo definido en el plan de desarrollo y no logra victorias tempranas en favor de la equidad social y la paz.
En este escenario crece el fantasma de un gobierno caótico e ineficiente que es el augurio más difundido por las derechas y los medios de comunicación en la actualidad.
En el Congreso de la República las bancadas de gobierno y oposición se neutralizan y el Congreso se convierte en espectador de la crisis.
Por otro lado, las corrientes más radicales de la izquierda empiezan a agitar la idea de una asamblea nacional constituyente o consulta popular para relegitimar el mandato y el presidente Petro empieza a ceder a esta tentación. La movilización y la agitación social crecen y las derechas recurren también a la calle para a validar sus demandas.
El apoyo internacional al gobierno empieza a declinar por los bajos resultados en materia de paz y por los aires de ruptura del hilo constitucional que se respiran.
Las relaciones con las Cortes y con las Fuerzas Armadas entran en graves tensiones y los esfuerzos de reconciliación se aplazan.
La derecha más radical dispara sus posibilidades de volver a la presidencia encarnada en una personalidad populista más allá de Uribe.
Conclusión
En todo caso el ambiente prevalente es la incertidumbre. No es posible darle una probabilidad definitiva a uno de los tres escenarios. La correlación de fuerzas no es clara. Quizás la certidumbre mayor es que la gente está por el cambio, pero no se sabe aún en que dirección. En las presidenciales los electores le votaron a dos opciones de cambio, porque Rodolfo Hernández simbolizaba también un viraje político. Petro y la izquierda ganaron legítimamente la contienda, pero el resultado fue estrecho. En este momento las encuestas no favorecen a Petro, pero en el lado de la oposición nadie descuella. Las elecciones locales serán un medidor importante del ambiente.
En este momento le daría un 40% de posibilidades al escenario número 1, un 30% al 2 y otro 30% el escenario numero 3.
Pero es posible, incluso, que con la marcha de los días los escenarios se vayan mezclando o surja un escenario inesperado. Cada quién tendrá su visión de este enredado, pero fascinante país.
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