Por: Redacción Pares
Unas dos veces por año suele suceder en la plataforma Netflix que el mundo parece paralizarse para que sólo hablemos de una producción. Esta vez le tocó a una miniserie de apenas cuatro capítulos, filmada con atrevimiento estético, en largos planos secuencias de una hora que exigen que el realizador tenga el control casi que militar de una escena. A pesar de sus complejidades técnicas que retan al espectador de hoy, acostumbrado a formatos como el del realiti, a estar concentrados, a pensar, la serie ha sido un éxito arrollador.
Cuando la forma además tiene un fondo actual, que habla de un problema que está surgiendo en todo el mundo y que hasta hace poco no tenía nombre -o la mayoría de padres no lo conocían- la conección es absoluta. Adolescencia es un clásico inmediato y está número uno en todo el mundo. La trama ha preocupado a cientos de miles de padres que, a pesar de que ellos creen haberle dado el suficiente amor a sus hijos para mantenerlos alejados de la maldad, en el universo de las redes sociales nadie escapa al odio.
No vamos a dar spoilers por si no ha visto la serie. Es cruda, es dura como un puñetazo en el estómago y pone en el tapete el término incels: ¿Qué son? Según la BBC este es un término que se viene usando desde la década del noventa y que describe a los célibes involuntarios, personas que no han mantenido relaciones sexuales a pesar de su intención de hacerlo. Los incels empiezan a crear un odio contra las mujeres porque las acusan directamente de no querer tener relaciones con ellos. Las razones con las que ellos explican el rechazo de las mujeres es porque “ellas quieren dinero” tal y como lo han explicado en foros que mantienen entre ellos “porque son materialistas” y justifican su fracaso sexual afirmando que las mujeres son proclives a la promiscuidad.
El primer Incel reconocido se hacía llamar Alana y tenía un blog que tituló El proyecto de Celibato involuntario de Alana. Esto ocurrió en 1997. Desde entonces se han creado más de 13 mil foros activos en donde el tema es sólo uno: el odio a las mujeres.
Así lo asume el protagonista de Adolescencia, James Miller, un británico de 13 años que no es capaz de asumir un no como respuesta por parte de la chica que le gusta. Stephen Graham, quien escribió, produjo y protagoniza esta película se basó en un caso real para exponer una realidad que afecta a miles de hogares en el mundo. Lo cierto es que no son tiempos fáciles para educar a un hombre. La misoginia, que tiene a sus máximos exponentes en dirigentes con alta influencia como Donald Trump, presidente de Estados Unidos o el argentino Javier Milei, es un tema que se impone en redes sociales. Los ataques a mujeres crecen y el odio hacia ellas también. El estreno este fin de semana de la nueva versión de Blancanieves vino de la mano de una polémica enorme centrada en la apariencia de la protagonista, juzgada por muchos como “fea” o “demasiado latina”.
Hay que recordar que los incels suelen pasar de expresar su odio hacia las mujeres en redes sociales a salir a la calle y empezar a asesinar. Así sucedió precisamente en el norte de Inglaterra y el protagonista fue un reconocido “incel” llamado Jake Davidson quien asesinó a cinco mujeres.
Adolescente es un éxito porque logra conectar con una situación cada vez más real: la misoginia cabalga en los lomos de la ascención de la ultraderecha.