Por: Laura Daniela Silva Solano, Asistente de Investigación
Línea Convivencia y Seguridad Ciudadana
Según un informe del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entre 2012 y 2019, 1.954 niñas, niños y adolescentes ingresaron al Proceso Administrativo de Restablecimiento de Derechos por ser víctimas de explotación sexual1 comercial en el país, siendo el 85% de los casos niñas y adolescentes mujeres.
Una de las causas asociadas a la explotación sexual, como lo afirma la UNODC, implica el abordaje de los flujos migratorios en los cuales convergen grupos ilegales que controlan actividades delictivas como la trata de personas y la explotación sexual. Este enfoque de análisis permite evidenciar que los flujos migratorios dados en contextos de precariedad, incrementan la vulnerabilidad de las personas migrantes que, frente a la falta de documentación legal y dificultades en el acceso a la salud, educación y empleo, recurren a ofrecer servicios sexuales para poder sobrevivir.
Otras causas subyacentes asociadas con la explotación sexual en Colombia están relacionadas con la violencia intrafamiliar, el trabajo infantil, el abuso de alcohol o estupefacientes por parte de cuidadores o familiares, e incluso algunos casos se remiten al mismo núcleo familiar de la víctima.
En efecto, los menores de edad han sido las víctimas preferentes de los explotadores sexuales debido a que, en primer lugar, se plantean relacionas asimétricas de poder basadas en el género y, segundo, porque son más vulnerables a la manipulación económica, la intimidación, amenazas y chantajes por parte del explotador.
Ejemplo de lo anterior es el caso que ocurrió en las playas de La Boquilla, en Cartagena, donde dos hermanas de 15 y 17 años eran explotadas sexualmente por su madre, quien ofrecía servicios sexuales a turistas.
La magnitud de esta problemática afecta considerablemente la convivencia y seguridad en las ciudades en tanto que las prácticas de explotación sexual perturban el entorno social, pero además se articulan con otros mercados ilegales como el narcomenudeo. Como lo indica la UNODC, en efecto, existe una cadena de valor de tráfico de estupefacientes y la oferta de servicios sexuales de menores, en la medida en la que se ofrece la droga al turista, pero también al proxeneta que busca a través de esta generar una dependencia por parte de personas en explotación.
En este contexto resulta importante revisar las ciudades con mayores casos de explotación sexual. Según el ICBF, en el último reporte con datos públicos disponibles, entre enero y julio de 2021 se abrieron 227 procesos de protección para niñas, niños y adolescentes víctimas de explotación sexual comercial, de los cuales 86% tienen entre 12 y 17 años y se presentan específicamente en Bogotá (15.9%), Antioquia (14,5%), Caldas (11%), Valle del Cauca (9.2%) y Bolívar (5.2%)- (ICBF,2021).
Bogotá
La Fundación Renacer ha realizado un estudio sobre la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes en la ciudad de Bogotá en el que se han podido precisar las modalidades de explotación a las que están expuestas las víctimas, entre las cuales se encuentran: explotación sexual, trata de personas con fines sexuales y pornografía infantil. En la mayoría de los casos las víctimas reportan haber estado con extranjeros en contextos de turismo sexual en los que el consumo de sustancias psicoactivas se convierte en elemento transversal a esta problemática. Además de esto, otra práctica preocupante que se desarrolla en algunas localidades se basa en asumir el cuerpo de las mujeres como un elemento de control territorial por parte de diferentes grupos, práctica sustentada por la existencia de fronteras imaginarias en los barrios.
Fuente: Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y Juventud (IDIPRON). Infografía ESCNNA
Medellín
Según el diagnóstico y recomendaciones para la erradicación de la Explotación Sexual Comercial de Niñas, Niños y Adolescentes (ESCNNA) en Medellín en la administración municipal 2020-2023, realizado por la Mesa Contra la ESCNNA y la Universidad de Antioquia, las prácticas de explotación sexual a menores más denunciados en la ciudad son: pornografía, demanda de explotación sexual y utilización de medios digitales para ofrecer actividades sexuales con personas menores de 18 años.
Este informe destaca una situación crítica con respecto a la explotación sexual comercial de niñas “vírgenes” entre los 12 y 14 años por parte de bandas criminales que, a pesar de no registrar cifras concretas, en una encuesta realizada por la Mesa Contra la ESCNNA se logró determinar que por lo menos el 75% de los/as encuestados refirieron haber escuchado sobre esta práctica.
De acuerdo con la información aportada por el Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía Nacional (SIEDCO), las comunas con mayor ocurrencia de casos para el periodo 2015-2019 son: La Candelaria, Robledo, Villa Hermosa, Buenos Aires y Castilla.
Cartagena
La labor de monitoreo de campo que ha realizado la Fundación Renacer ha permitido identificar que la modalidad de ESCNNA más recurrente en la ciudad de Cartagena es el turismo sexual, siendo Bocagrande, Laguito, Boquilla, Castillo Grande y el Centro Histórico, los sectores que presentan mayores casos de ESCNNA. A pesar de ser una ciudad que para el año 2011 presentó 650 casos de victimización de menores de 18 años relacionados con comercio sexual, se puede observar que la información sobre este delito es limitada y no se encuentra actualizada. Así lo ha expresado también el ex viceministro de Turismo, Ricardo Galindo, quien asegura que, a pesar de los esfuerzos para la prevención de este flagelo, el total de denuncias por este tipo de delitos en el marco de actividades turísticas es muy bajo, lo cual no se ajusta a la realidad y evidencia dos problemas importantes: un alto subregistro y una falta de acción por parte de las personas para denunciar.
Algunas consideraciones finales
Estos datos además de revelar la magnitud del problema señalan la necesidad de fortalecer las estrategias de prevención a través de procesos de sensibilización, formación y acompañamiento para atender casos de ESCNNA en las ciudades. La explotación sexual comercial es un delito que requiere de intervención del Estado, no solo desde una visión amplia sobre el crimen, sino también desde una perspectiva de salud pública, debido al alto riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual al que están expuestos los niños, niñas y adolescentes implicados.
En este sentido, resulta importante el abordaje de la explotación sexual por parte de las autoridades y entidades públicas, partiendo desde la identificación de zonas de riesgo en las ciudades que permitan determinar de manera más específica las modalidades en las que las redes de criminalidad operan y se articulan con la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes. Como lo menciona el IDIPRON, es esencial el trabajo en conjunto con todos los actores sociales del territorio para poder implementar una hoja de ruta que permita prevenir y erradicar la ESCNNA las ciudades.
Con base en el abordaje de ciudades presentado sobre Medellín, Bogotá y Cartagena, cabe resaltar que en la actualidad se han venido posicionado las Violencias Basadas en Género (VBG) como un asunto prioritario en la agenda pública, en el marco de la participación de grupos de presión, así como organizaciones feministas que buscan profundizar en el debate sobre la explotación sexual como un asunto ligado a elementos culturales e imaginarios colectivos sobre el cuerpo de las mujeres y niños. Luego, es importante que las autoridades actúen con celeridad y que esta discusión pueda materializarse en programas y proyectos que además de contribuir en procesos formativos para la desnaturalización de la ESCNNA, permitan brindar mayores garantías para la protección y restitución de derechos, así como la implementación de rutas de atención integral efectivas para mitigar los riesgos asociados este tipo de violencia sexual.
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