Por: Redacción Pares
La mayoría de narcotraficantes que se metieron al negocio a finales de los años setenta lo hicieron por necesidad. Querían salir de pobres. Otros no. Uno de ellos era Fabio Ochoa Vásquez. Su padre, Fabio Ochoa Restrepo fue un empresario, ganadero, caballista colombiano que terminó metido, en parte por sus tres hijos, Fabio, Juan David y Jorge Luis, en la vorágine del narcotráfico. Una de sus hijas, Martha Nieves, fue secuestrada por el M-19. La respuesta de los Ochoa y de sus socios fue completamente despiadada. Empezaron a torturar y asesinar a todo lo que oliera a izquierda. Aún el país recuerda que en 1981, durante un clásico América de Cali- Deportivo Cali, cayeron sobre el estadio Pascual Guerrero miles de papeles en donde el MAS, Muerte a Secuestradores, se presentaba en sociedad. Empezaba así el germen del paramitarismo en Colombia.
Fabio Ochoa Restrepo tenía un criadero de caballos y un restaurante que se llamaba Las Margaritas. Era muy respetado en Medellín. Su abuelo fue Abelardo Ochoa González, creador de la primera feria ganadera de Colombia y distinguido con la cruz de Boyacá. Fue sobrino de Fidel Ochoa Vélez, reconocido veterinario paisa. La tradición de los Ochoa se rompe con Fabio Ochoa y sus hijos.
Es difícil encontrar miembros del Cartel de Medellín vivos. Aún es más impresionante que estén libres y que pertenezcan a las élites de la sociedad paisa. Así vive Jorge Luis Ochoa quien aún se ve en clubes de Medellín. Juan David murió en un infarto hace unos años. Fabio siguió delinquiendo.
Nacido en 1957 arrancó en este mundo a los veinte años. Por eso siempre le dijeron Fabito. Habría ayudado a su socio Pablo Escobar a ubicar y asesinar al piloto e informante Barry Seal. Desde entonces estuvo en el radar de la DEA. Fue capturado en 1997 por traficar 20 toneladas de cocaína. Salió libre pero sólo sabía hacer una cosa: traquetear. Por eso, una vez desmantelado el Cartel de Medellín, se enroló con el Cartel del Milenio de México. Fue capturado el 13 de octubre de 1999 y el presidente Andrés Pastrana autorizó su extradición en el 2001. Fue condenado a 30 años de prisión en una cárcel norteamericana.
A principios de este año fue sacado de una cárcel de alta seguridad por una de baja seguridad. Era el principio del inicio de su libertad. En el 2023 obtuvo, por su buen comportamiento, un 15% en rebaja de pena. Parte de esa rebaja se la ganó por sus estudios. Dentro de la cárcel Fabio Ochoa se inventó un dispositivo para crear energías limpias. En Medellín, una ciudad cuyo alcalde ha intentado borrar hasta el último vestigio del fantasma de Pablo Escobar, lo están esperando desde hace unas semanas. Su llegada podría concretarse en las próximas horas.
La cárcel de baja seguridad donde está es en Michigan. Esto quiere decir que tiene la pena cumplida por eso su deportación a Colombia es inminente.