Por: María Victoria Ramírez M.
Está enamorada del asesino que la obliga
noche tras noche a exprimir su memoria
de la ancestral leyenda multiforme y extensa
para salvar por un momento su indefensa vida
Y mientras cuenta y cuenta Scherezada
el Califa la besa y acaricia lujurioso
y ella tiene que seguir entreteniéndolo contando
porque el verdugo espera en cada madrugada
Está a merced de quien la oye emocionado
pero no levanta la sentencia a muerte
El artista tiene siempre un mortal enemigo
que lo extenúa en su trabajo interminable
y que cada noche lo perdona y lo ama: él mismo.
Poema Scherezada de Raúl Gómez Jattin.
En la ciudad de Pereira, en el mes de agosto, se realizará la XIV versión del Festival Internacional de Poesía de Pereira, Luna de Locos. Para esta columna realicé una entrevista a su director, el reconocido poeta y gestor cultural Giovanni Gómez. Para comenzar la conversación, quise que respondiera a la pregunta ¿Qué diferencia a nuestro Festival de otros de Colombia, como por ejemplo el de Medellín, o incluso de otros Festivales en el mundo?
“Luna de Locos nació en septiembre de 1998 como una actividad extra académica de estudiantes de la Universidad Tecnológica de Pereira, que empezamos a hacer lecturas en el Planetario de la Universidad. Gracias al acompañamiento y la respuesta que fuimos consolidando, creamos una revista de poesía seis meses después. Con los años, el sueño de hacer un festival de poesía, en un momento donde el Festival de Medellín y el Festival de Bogotá eran una gran bitácora, un faro, con la Casa Silva, de lo que era la poesía contemporánea de ese momento, nosotros nos alimentamos de todas las gestiones que ellos hicieron, y así empezó el germen de nuestro propio festival.
Lo que ha hecho a este festival entrañable, más que importante, es que ha buscado ser parte de la identidad de la ciudad, ha buscado volverse una manifestación de la actividad cultural de Pereira y ser el anhelo de muchos creadores que están surgiendo y quieren conocer Colombia y apuestan por ello a través de esta puerta.”
Con mucha paciencia, debieron esperar varios años, hasta que en el año 2007 despegó formalmente la primera versión de Luna de Locos. Se han realizado hasta el momento trece versiones presenciales y en 2020, se realizará la XIV versión, que es, además, la primera en formato virtual.
Luna de locos ha tenido a muchos poetas del mundo en esta ciudad e incluso en municipios vecinos, las voces de la mayoría de los grandes poetas y poetisas colombianos han estado presentes en este festival, al igual que las jóvenes apuestas. Este año, pese a la situación de la pandemia, el festival se realiza con la idea de dar cuenta del presente de la poesía contemporánea y de mantener el cuidado porque la poesía siga siendo un elemento trascendental en la agenda cultural de la ciudad.
¿Cómo ve las voces de la poesía femenina colombiana?
“Yo siempre he visto a los poetas y las poetas como voces representativas. El festival a lo largo de su historia ha sido muy diverso, faltan muchas personas por invitar, no lo niego, pero también hemos invitado a muchas personas de todo el país. Nosotros creemos que la poesía existe por los logros como creador que puede hacer el ser humano. Obviamente que hay una sensibilidad, hay una experiencia de mundo en cada uno y eso da unos matices y una autenticidad y da un lugar propio a la hora de la escritura, pero nosotros no hemos invitado a las poetas como una tensión frente a una desigualdad manifiesta que la historia ha tenido, eso no lo niego.
Creo que la forma en que más respetuosos podemos ser con ellas es tratarlas como poetas, en las mismas condiciones que los poetas, con la misma rigurosidad y respeto. Eso ayuda mucho en un reclamo justo y a entender la equidad de género como un lugar de encuentro que se tiene que dar de manera natural.”
Esta contingencia sanitaria que ha estremecido al planeta, ha tenido efectos también en el Festival. El poeta Giovanni Gómez compartió la experiencia de organizar un festival con todas las restricciones que la situación impone:
“Obviamente, esto nos ha hecho replantear muchas cosas, asumir una rutina que es parte de este tiempo, también nos ha hecho confiar y creer más en las cosas buenas que hemos hecho. Trabajar desde la casa es también una bendición porque uno está más cerca de su familia. Hacer un festival virtual nos ha hecho volcarnos a un fenómeno digital que nosotros ya estábamos asumiendo desde el año pasado con algunas emisiones por streaming y que estaban dando buen resultado, y este año ya habíamos decidido darle más espacio a esto, pero nunca pensamos que esa iba a ser la totalidad de la propuesta del festival.
No desdecimos de la situación, esto nos ha dado la oportunidad de acercar muchos poetas que por sus agendas no habían podido venir a Pereira, pero con esta forma de comunicación pueden hacerlo virtualmente y eso le sigue dando vida al festival y posibilidades a la agenda cultural en el mundo. Hemos tratado no solamente de asumir la situación sino de pensarla y buscar opciones para hacer esta propuesta interesante para la gente y que no sea una presentación más sino un lugar de encuentro entre tantos que estamos trabajando en nuestra casa.”
A continuación se muestra la invitación a uno de los eventos que tendrá lugar en este festival que se llevará a cabo entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre.
Esta pandemia nos ha arrebatado muchas cosas y frente a la pregunta de si el maestro, como director del Festival o como creador, siente que algo le ha sido robado o arrebatado, estas fueron sus palabras:
“No me atrevería a decir que me han robado algo. Hay muchas cosas que han cambiado. Por supuesto, los apoyos han sido menores porque todo el mundo está viviendo esta crisis, pero la siento como un reto en el cual debemos asumir muchas posibilidades nuevas y lo acepto de una manera humilde, buscando formas para enfrentar e imaginar este presente.”
Antes del confinamiento obligatorio no se me había ocurrido entrevistar a Giovanni Gómez, aunque había participado como espectadora en distintos eventos del Festival. Él, gentilmente, accedió a darme esta entrevista de forma remota, desde su casa, con una hermosa biblioteca de fondo, lo que de algún modo me dio la confianza para preguntarle sobre la relación artística con su madre, la maestra Luz Dary Gil, que también es poeta; y si como artista siente que hay un sello de ella en su obra. Comparto su reflexión:
“Ha sido una cercanía de sensibilidades, eso es parte del oficio. Creo que todos nos retroalimentamos porque nadie es indiferente al influjo de su mundo y obviamente mi madre es parte de mi mundo y yo como hijo soy parte de su mundo. Con el equipo del Festival que cuenta con un pintor, un fotógrafo y dos poetas, tenemos una misión y tenemos una conversación en torno a eso”.
Un festival de poesía, especialmente en momentos en que el espíritu necesita de canales para respirar, es una ventana maravillosa que como pereirano abrigo y valoro, y del que me siento orgullosa. Sea esta columna mi reconocimiento a Giovanni Gómez, a todos los integrantes del Festival, a todos los creadores que han pasado por él en estas trece versiones, a quienes han contribuido a hacerlo realidad con trabajo o con apoyos económicos, para que permanezca en el tiempo, a que la palabra del mundo se tome esta ciudad y a que nuestras voces lleguen a muchos rincones del mundo.
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