Por: Redacción Pares
Foto tomada de: El Colombiano
En la consulta realizada hace unas semanas Leopoldo Múnera era claramente el favorito por la población universitaria para ser el reemplazo de Dolly Montoya. En la consulta previa obtuvo el 34.3% de los votos seguido por Raúl Esteban Sastre con un 22%. El tercero en disputaba estaba lejos, José Ismael Peña con apenas el 8.3%.
Leopoldo Múnera parecía, acaso, el rector idóneo. Profesor con largo recorrido en la facultad de derecho, doctor en Ciencias Políticas, Múnera tiene experiencia dentro de la universidad: vicerrector en la sede de Bogotá, decano de la facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, su votación tendría que ser ratificada en la votación del Consejo Superior Universitario (CSU) este 21 de marzo. Este está integrado por ocho miembros, la ministra Aurora Vergara, dos miembros designados por el presidente, un representante del Consejo Nacional de Educación Superior, un ex rector, un miembro del Consejo Académico, un representante elegido por los profesores y otro elegido por los estudiantes.
Sobre las siete de la noche el estudiantado esperaba el resultado de las deliberaciones. Expertos, como Rodrigo Uprinmy, afirmaban que lo normal es que Múnera fuera el rector ya que, cuando hay tanta favorabilidad por parte de la comunidad estudiantil hacia un candidato, lo correcto es respetar esa voluntad y no entrar en conflicto.
Se sorprendieron con el resultado. Se sorprendieron además de que la votación hubiera sido secreta y cuyos resultados se conocieron cerca de las diez de la noche. El nuevo rector era José Ismael Peña, actual vicerrector de la sede de Bogotá. Es ingeniero de sistemas graduado de la misma institución, con especializaciones en Pedagogía, Filosofía de la Ciencia y Gestión ágil de proyectos de la Universidad de Ginebra en Suiza.
Inmediatamente seiscientos estudiantes taparon la carrera 30 en señal de protesta por una decisión que, para Jennifer Pedraza, actual congresista y quien fuera la presidenta de los estudiantes de la U Nacional, ¿calificó de inadmisible “Cómo pueden pasarse por la faja la decisión contundente de la Universidad Nacional? ¡Señores CSU, respeten a estudiantes, profesores y egresados/as de la UN! ¿Cuál es el miedo a respetar la voz de la comunidad? Pudieron estar a la altura de la historia”.
Las manifestaciones del pasado jueves 21 de marzo pueden ser apenas el comienzo de lo que se avizora como un gran paro universitario. La confrontación está abierta. El gobierno nacional, a través del presidente Gustavo Petro, afirmó que sus dos miembros que estaban en el CSU votaron por Múnera. A través de la cuenta de X el presidente expresó su inconformidad con la decisión: “Se instituyó en la constitución la autonomía universitaria, pero la autonomía no ha sido acompañada de la democracia universitaria que debe ser constituida”.
A pesar del revuelo que causó su elección, la Universidad Nacional presentó a su nuevo rector de la siguiente forma: "Su trayectoria, hoja de vida y su experiencia académica y administrativa fueron los parámetros para elegirlo en el cargo. Su nombre fue seleccionado dentro del grupo de cinco elegibles, entre los que también estaban los profesores: Leopoldo Múnera Ruiz, Raúl Sastre Cifuentes, Juan Pablo Duque Cañas y Germán Albeiro Castaño".
A pesar de esta sorpresa para Alejandro Chalá, investigador de la línea de Gobernabilidad y Democracia, la elección de Peña no es extraño debido a que desde el 2012, cuando se elige a Ignacio Mantilla, la Nacional va a preferir a un rector con capacidad de gestionar recursos desde afuera que la misma gestión interna: “La mayoría de las rectorías de la Nacional desde el 2012 han buscado elegir rectores que tengan capacidad de negociación con la burocracia y el legislativo, pasó con Dolly Montoya quien, a pesar de las cifras internas, generó un relacionamiento estratégico con la burocracia encargada del tema educativo. Principalmente se vuelven importantes este tipo de rectores más ligas al lobby porque su gestión se centra en la búsqueda de recursos más que en la gestión interna. Como mantilla ha estado presente desde el 2012 hasta ahora en el CSU, es el representante de los ex rectores, eso significa que ha habido el intento de mantener la línea de lobby que se gestionó con él”.
Por eso la universidad ha tenido rectores que no son populares dentro de la institución como sucedió con Dolly Montoya. De Peña se espera que sea un puente con el congreso para la consecución de recursos. La polémica apenas empieza.
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